Saltar al contenido

La batalla del Ebro

Tanque en batalla del Ebro en la guerra civil española 1938

La batalla del Ebro fue la más larga y sangrienta de toda la guerra civil española. Durante más de 100 días dos ejércitos se aniquilaron en un espacio muy reducido de territorio. Esta es la historia de lo que allí ocurrió. Es el mejor artículo que vas a encontrar en la web sobre esta batalla.Quédate con nosotros y disfruta descubriendo la historia.

Índice del artículo

¿Qué fue la batalla del Ebro? Resúmen

La batalla del Ebro fue una de las más sangrientas de la Guerra Civil Española. Ambos bandos se jugaron su destino mientras libraban otra batalla paralela por ganarse la opinión pública internacional. La historia del Ebro es nuestra historia, y la mejor manera de honrar a todos los que cayeron víctimas de la guerra es conociendo lo que allí ocurrió. Una lección que siempre debemos recordar en los futuros conflictos que se avecinen.

La Guerra Civil Española

La guerra fratricida más sangrienta que ha sufrido España se originó en un levantamiento militar contra la República en julio de 1936. Rápidamente se sublevaron todas las guarniciones del país, con mayor o menor éxito. En algunas partes, como las colonias africanas, las Islas Canarias, Andalucía occidental, la mayor parte de Castilla y León, Navarra y Galicia, los sublevados tomaron el poder. En el resto se paró el golpe militar, en ocasiones con enfrentamientos muy sangrientos. Ciudades tan importantes como Madrid y Barcelona quedaron en manos republicanas.

Estalla una guerra civil entre dos bandos antagónicos irreconciliables; tristemente también dio comienzo la represión en las dos Españas. Las sucesivas batallas llevaron al ejército de Franco, que estaba aglutinando bajo su figura todos los resortes del poder, a las puertas de Madrid. En la capital los milicianos pararon a los legionarios y regulares de forma casi milagrosa, y con la inestimable ayuda de la Unión Soviética y de las Brigadas Internacionales. Después vendrían la campaña del norte y la de Levante.



Ante la desesperada situación que está viviendo la República, el general Miaja, al mando de las fuerzas que defienden Levante, sigue adelante con su plan denominado XYZ, sin embargo se van perdiendo cada vez más posiciones que conquista el enemigo. Por su parte el ejército franquista da muestras de agotamiento tras varios meses de campaña y se teme que la guerra se estanque.

Resumen de la Guerra Civil Española. Academia Play


Las tropas nacionales amenazan Valencia y la ciudad industrial de Sagunto; desde los montes capturados al enemigo sus cañones apuntan a ambas ciudades. Los mandos republicanos comienzan a trazar un nuevo plan surgido de la privilegiada mente de Vicente Rojo, el mejor estratega de la República.

¿Qué bandos se enfrentaron en la batalla del Ebro?

Bandera republicana

EJÉRCITO DEL EBRO

Mando: Juan Modesto Guillón

Jefe del Estado Mayor: José Sánchez Rodríguez

5 CUERPO DE EJÉRCITO

Mando: Enríque Líster

11 División

  • Brigadas 1, 9 y 100

45 División

  • Brigadas 12,14 y 139

46 División

  • Brigadas 10, 37 y 101

15 CUERPO DE EJÉRCITO

Mando: Manuel Tagüeña

3 División

  • Brigadas 31, 33 y 60

35 División Internacional

  • Brigadas Internacionales 11, 13 y 15

42 División

  • Brigadas 59, 226 y 227

12 CUERPO DE EJÉRCITO

Mando: Etelvino Vega

16 División

  • Brigadas 23, 24 y 149

44 División

  • Brigadas 140, 144, 145 y 135

ALIADOS

Bandera de la URSS guerra civil española

Unión Soviética

Bandera de las Brigadas Internacionales guerra civil española

Brigadas Internacionales

El general Vicente Rojo y el renacido Ejército de Maniobra

El héroe de la defensa de Madrid, el general Vicente Rojo, ha elaborado un plan detallado que podría salvar la situación. Este es el origen de una de las batallas más famosas de la Guerra Civil Española, y una de las últimas oportunidades que tiene la República de poder proseguir la guerra.

Vicente Rojo Lluch
General republicano Vicente Rojo Lluch (1894-1966)

La intención es cruzar el río Ebro con el reconstruido Ejército de Maniobra para lograr apartar tropas franquistas de la zona de Levante. En el mejor de los casos, si todo sale bien, se podría unir el territorio republicano de nuevo. Pero si no sale como se había previsto, se tenía la esperanza, al menos, de retrasar la ofensiva de Franco sobre Valencia y dar más tiempo al presidente Negrín para que llevara a cabo la estrategia de mediación internacional que se pretendía. Es el propio Jefe del Gobierno, que ha asumido también la cartera de Defensa, quien encarga al general Rojo el diseño del plan.

Juan Modesto

Vicente Rojo y su Estado Mayor Central elaboran en un corto espacio de tiempo el plan de operaciones en el que se basará su ofensiva en el Ebro. El mando recae en Juan Modesto, un coronel de milicias de 32 años, hijo de obreros, combatiente destacado en la defensa de Madrid. Modesto se pondrá al mando de la denominada Agrupación Autónoma del Ebro, un ejército reorganizado compuesto por 100.000 hombres que se agruparán en tres cuerpos, el 5, el 15 y el 12.

Fotografía de Juan Modesto en la batalla del Ebro
Juan Modesto (1906-1969)

¿Por qué Modesto? Este carpintero ha sido uno de los protagonistas durante toda la Guerra Civil. Impulsó el Quinto Regimiento y, en Madrid, mandó el batallón Thaelman. Esta brillante carrera le ha conducido a teniente coronel. Su competencia como jefe militar está fuera de toda duda y Vicente Rojo se fija en él para comandar las fuerzas que cruzarán el río Ebro.

En una reunión el 15 de abril de 1938 Rojo le comunica a Modesto su nuevo encargo y le comenta cuál es el objetivo: hacer cruzar a las tropas republicanas por el Ebro y volver a unir el territorio de la República. Por su parte Modesto propone a los jefes de los dos cuerpos de ejército: Enrique Líster mandaría el 5 y Manuel Tagueña el 15. La 46 División, que Rojo había decidido unir a la ofensiva, se añadiría a Enrique Líster; el 12 cuerpo de ejército, que posteriormente también participaría, lo comandaría Etelvino Vega.

El ejército de Franco

Bandera de la España de Franco

CUERPO DE EJÉRCITOS MARROQUÍ

Mando: Juan Yagüe Blanco

Jefe del Estado Mayor: Riveras de la Portilla

13 DIVISIÓN

Mando: Fernando Barrón Ortiz

  • 1 Batallón de Mérida
  • 3 Batallón de Vitoria
  • Batallón de Tiradores de Ifni
  • 262 Batallón Cazadores de Ceuta
  • 73 Batallón de Toledo
  • Tabor Ifni -Sáhara
  • 1 Tabor Regulares de Melilla
  • 5 Tabor Regulares de Melilla
  • 6 Tabor Regulares de Melilla
  • 4 Bandera FET de Castilla
  • 4 Bandera de la Legión
  • 6 Bandera de la Legión

40 DIVISIÓN

Mando: Saturnino González Badía

  • 1 Batallón de Gerona
  • 1 Batallón Vitoria
  • 3 Batallón de Burgos
  • 5 Batallón de Granada
  • 6 Batallón de Oviedo
  • 8 Batallón de Granada
  • 10 Batallón de Cádiz
  • 192 Batallón de Zamora
  • 136 Batallón de San Marcial
  • 282 Batallón de Tenerife
  • 179 Batallón de Plasencia
  • 223 Batallón de Lepanto

50 DIVISIÓN

Mando: Luis Campos-Guereta Martínez

  • 4 Batallón de Gerona
  • 5 Batallón de Flandes
  • 7 Batallón de Arapiles
  • 7 Batallón de Valladolid
  • 9 Batallón de San Qunitín
  • 12 Batallón de Bailén
  • 16 Batallón de Burgos
  • 16 Batallón de Mérida
  • 17 Batallón de Burgos
  • 17 Batallón de Mérida
  • 19 Batallón de Zamora
  • 21 Batallón de Zaragoza

ALIADOS

Bandera de la Alemania nazi

Alemania nazi

Bandera de la Italia fascista

Italia fascista

Aunque las diferencias en el bando republicano son más hondas y visibles, el movimiento militar que se levantó en armas en julio de 1936 no está exento de desavenencias entre los propios mandos. La decisión de Franco de desviarse hacia Toledo, en vez de seguir hacia Madrid, y la imposibilidad de tomar la capital posteriormente, con los fracasos de Guadalajara y el Jarama, han generado críticas al Caudillo de sus propios generales. Uno de ellos, el falangista Yagüe, no entiende muy bien la decisión de conquistar Levante en vez de dirigirse directamente hacia Barcelona. Lo cierto es que Franco seguía con su estrategia de aniquilar al enemigo, prolongando una guerra que para algunos militares, como el jefe de la aviación, el general Kindelán, era algo innecesario.

Grabación inédita del general Yagüe en la que se dirige al pueblo iberoamericano en plena guerra civil. Yagüe fue uno de los generales más importantes del bando sublevado, y de los que participó más activamente durante la batalla del Ebro. Josi Sierra Orrantia

A pesar de todo lo anterior, Franco era incuestionable. Antes de dar comienzo la ofensiva del Ebro, operación que los alzados desconocían, se formó el primer gobierno en Burgos. Por fin se articulaba un gabinete de políticos y militares que daban un aspecto más formal a los golpistas, despojándose de esa Junta Militar que había llevado a cabo la organización del embrionario estado franquista.

Las continuas victorias no escondían el cansancio que existía entre los soldados franquistas. Se estaba dejando notar en la campaña del Levante donde los republicanos resisten en las zonas más importantes. En Burgos hay una euforia cada vez más contenida. Los “rojos” se baten en retirada en todos los frentes pero no han sido derrotados. Peor aún, todavía tienen la capacidad de dar alguna que otra sorpresa.

¿Cómo comenzó la batalla?



A solo tres días del inicio de la ofensiva, Juan Negrín recibe una carta del general Vicente Rojo expresando su intención de dimitir. La situación se torna muy grave. Según Rojo, recibió la visita de Maximof, uno de los asesores soviéticos más influyentes enviado por Stalin para ayudar a la República, pero en realidad estaba más por los intereses soviéticos y los del Partido Comunista de España.

Juan Negrín, Presidente de la Segunda República

Juan Negrín (1892-1956) era miembro del Partido Socialista Obrero Español y Ministro de Hacienda durante el gobierno de Largo Caballero. Tras la caída de Caballero, y con el apoyo del PCE, fue elegido Presidente del Gobierno de la República en 1937 hasta su definitiva derrota. En su figura se encarnó la política de resistencia que se basaba en aguantar la guerra hasta que estallase el conflicto en Europa.

Maximof le expuso al general español que el plan en el Ebro resultaría ser un fracaso y además le reprochó anteriores ofensivas de las que lo culpabilizó. Rojo se siente muy ofendido y, entendiendo la importancia de Maximof en el Gobierno, le envía la queja a Negrín.

Por su parte el Jefe del Gobierno decide que la operación se lanzaría costase lo que costase, sin embargo propone a Rojo retrasarla un día para asegurar la llegada de todo el material.

Mientras que Negrín aplaca al cabreado general se lanza una ofensiva de distracción en Serôs. Era necesario despistar al enemigo: el factor sorpresa era fundamental para el éxito del operativo. En esos momentos tropas republicanas se van concentrando en la orilla norte del río Ebro.

Los preparativos

Millares de hombres comienzan a ser entrenados rápidamente. Los suben en barcazas para enseñarles a remar mientras los ingenieros ensayan a marchas forzadas cómo ensamblar las pasarelas fabricadas a toda prisa en Cataluña para que pasen soldados y material de guerra. Los solitarios exploradores cruzan de noche el río para informar sobre las posiciones enemigas, puntos más fortificados y cuántos soldados se esperan.

La moral es alta y el ejército está aprovisionado de fusiles. Bien es verdad que el bando franquista posee más artillería y aviación, es por esto que Rojo supedita el éxito de la misión al factor sorpresa y a la rapidez en el avance.

«Vicente Rojo, junto al general Miaja, fue uno de los artífices que planeó la exitosa defensa de Madrid cuando todo estaba casi perdido. Los historiadores están de acuerdo en considerarlo el estratega más importante que tuvo República»

Por su parte el plan ya se ha concretado lo suficiente: el 15 cuerpo de ejército, al mando de Tagueña, cruzará por la derecha y tomará una cabeza de puente en Riba-roja-Flix-Ascó-Fatarella; Líster actuará por la izquierda, dirigiendo el 5 cuerpo, y tomará la franja de territorio hasta Gandesa, en la que se incluyen Pàndols, Cavalls y Lavall;

Pequeño documental que habla sobre la figura del comandante Tagueña. CANAL DOCUMENTALES

El cuartel general, donde Modesto y Rojo dirigirán la operación, se sitúa en Mola de Sant Pau, alejado a unos kilómetros de la orilla. Los nervios están a flor de piel justo antes de dar comienzo la ofensiva. Esta se programa para las 12.15 de una noche cerrada, sin luna, ideal para ocultar a los soldados que van a cruzar el curso del río.

A la hora indicada en el cuartel no se escucha nada. Desde el frente solo viene calma y silencio. Pero de repente, sin previo aviso, se desata el infierno. El crujir de ametralladoras y las explosiones de artillería llegan a oídos de Vicente Rojo y Modesto. Toda la operación ya está en marcha.

Las fuerzas de Yagüe

El cuerpo de ejército marroquí, formado por unos 40.000 hombres, comandado por Yagüe, tropas de élite experimentadas en combate, resguardan todo el frente al otro lado del río. Componen este ejército la 40, 50, 105 y 13 divisiones. Esta última, a las órdenes de Barrón, está compuesta por legionarios, tambores de regulares, falangistas y Tiradores de Ifni, muy profesionales y aguerridos. La 105 está compuesta en su mayoría de batallones africanos dirigidos por el coronel Natalio López. Por su parte la 50 división es de nueva creación con tropas casi todas de reemplazo.

Fracisco Franco Bahamonde Guerra Civil Española

Del dictador Francisco Franco (1892-1975) ya se ha dicho todo (o casi todo). Tras la sublevación militar se erigió como cabecilla del movimiento para, posteriormente, ser nombrado Generalísimo de los tres ejércitos y Caudillo de España. Su estrategia se basó en destruir al enemigo, y no derrotarlo. Eso le provocó ciertas críticas de sus generales (sobre todo durante la batalla del Ebro) que veían desesperados cómo las decisiones de Franco alargaban el conflicto civil y daban alas a los republicanos. Durante y después de la guerra llevó a cabo una represión sistematizada del bando perdedor que se alargó hasta su muerte.

El sector aparentemente está tranquilo pero a Yagüe le comienzan a llegar informaciones sobre el terreno de sus hombres. Le comunican que se prepara algo importante y que será por la noche. El general da cuenta a sus superiores y ordena que se redoble la vigilancia en la orilla.

Yagüe se lo ve venir y comienza a organizar la defensa. Está confiado porque una operación de esa envergadura, cruzar un río sin apoyo artillero ni aéreo, necesita de una gran planificación y estrategia, elementos que los “rojos” no habían sido capaces de demostrar en toda la guerra.

La misma noche del ataque el general franquista ha informado a su jefe directo, el general Dávila, de que un ataque del enemigo está a punto de producirse, y está convencido de ello. Antes de acostarse tiene una reunión con su Estado Mayor para abordar la situación. Tras ella Yagüe se va a dormir. Al poco tiempo es despertado por su subordinado con una frase que ya no deja lugar a dudas: “los rojos han cruzado el Ebro”. La batalla ha dado comienzo.

Operaciones de distracción



Mi querido amigo y compañero:

“Te escribo después de haber pasado dos días en el campo preparando lo que se va a hacer por aquí. Esto empezará mañana con arreglo a la directiva número 1. La gente está animadísima, sin duda por el largo descanso y porque todo el mundo se da cuenta de la dificultad de vuestra situación ahí. No necesito decirte las dificultades enormes que vamos a tener, principalmente por la falta de aviación y escasez de medios de paso. Únicamente pienso que están ahí los italianos y que si pudiéramos hacerles alguna perrería semejante a la de Guadalajara, el panorama cambiaría totalmente. Estúdialo con cariño y a ver si conseguís, aunque sea echando el resto, darles un buen golpe que tenga alguna repercusión”.

Palabras de Vicente Rojo a su amigo el coronel Manuel Matallana

La maniobra de distracción de Amposta

La 15 Brigada Internacional se le encomienda cruzar el río en la zona de Amposta. Su misión no es la principal, sino que deben llevar a cabo una maniobra de distracción cruzando por Font de Quinto para cortar el ferrocarril y la carretera de Vinaròs. Esto obstaculizaría el envío de refuerzos franquistas a la zona principal del ataque, aumentando las posibilidades de éxito.

Amparados por la oscuridad de la noche, hombres casi desnudos cruzan a nado el agua armados de bombas de mano y machetes. Son la vanguardia de las barcazas llenas de hombres que les seguirán.

Las primeras oleadas sufren intensamente el fuego enemigo. En algunos casos se ven obligados a regresar al ver diezmados casi todos sus efectivos. Las tropas franquistas que se topan con este primer ataque informan rápidamente a sus superiores y se aprestan a organizarse para la defensa. Para ellos ya no hay duda de que algo importante está por ocurrir.

ejercito de franco guerra civil española
Tropas del bando rebelde (entre las que se ve a moros y regulares) festejando la toma de Rubielos de Mora. julio 1938

A pesar de las dificultades y los muertos de los primeros momentos, el cruce comienza a ser fluido.  En la zona central del ataque varias barcazas logran dejar a los primeros republicanos que se aprestan rápidamente a tomar los nidos de ametralladoras enemigos al asalto. Justamente detrás, en un alarde organizativo sin precedentes, los ingenieros empiezan a levantar las pasarelas para el paso de material y tropas.

El ímpetu del asalto sorprende a los defensores. Siguen llegando contingentes que logran tomar una cabeza de puente de 400 metros al otro lado del río. La reacción no se hace esperar y el batallón 111 lanza una contraofensiva que se estrella contra las ametralladoras republicanas. El batallón 110 lleva otro intento que también es repelido. Las bajas en ambos bandos son numerosas y los atacados deciden esperar refuerzos. Es imposible desalojar al enemigo.

La contraofensiva  

El cielo empieza a clarear. Son las 6.00 de la mañana y los primeros refuerzos llegan al campo de batalla. El Tabor 292 de Tiradores de Ifni, que ha recibido órdenes de desplegarse para contener a los asaltantes, se ponen en posición. La luz del día les favorece; la artillería ya puede apuntar con precisión hacia las barcazas que cruzan el río. La aviación sale y ametralla las posiciones republicanas conquistadas al otro lado del río. Las pasarelas son destruidas y los ingenieros vuelven a levantarlas.

El coronel Coco, cuya compañía ha recibido todo el impacto de la ofensiva republicana, decide organizar una contraofensiva con todas sus fuerzas. Los Tiradores de Ifni lanzan un ataque frontal contra las posiciones enemigas. El asalto, que termina en un cuerpo a cuerpo, fracasa, y los moros retroceden dejándose muchos muertos en el camino.

Pero la situación de los brigadistas y de las tropas republicanas es muy precaria. Las pasarelas están destruidas y las barcazas tienen cada vez más dificultad para atravesar el Ebro. 1 000 se quedan aislados en un territorio de 2 kilómetros de ancho y 200 metros de profundidad. Aún así, los brigadistas rechazan dos asaltos más y se organizan en semicírculo a la espera de más ataques.

Un tercer ataque pretende acosar los flancos mientras el batallón 262 se lanza frontalmente. Durante todo el día la lucha es encarnizada y brutal. Ametralladoras y granadas de mano suenan constantemente. Al atardecer los brigadistas el territorio donde resisten se ha reducido a 300 metros de largo y solo una decena de metros de profundidad. Su esperanza es aguantar hasta la noche para que la oscuridad les ayude de nuevo a cruzar el río.

mapa de la batalla del ebro guerra civil española
Mapa con la distribución de fuerzas en los momentos previos la batalla del Ebro. Las bolsas de color rojo equivalen a divisiones del ejército popular con su denominación oficial. Las bolsas de color azul equivalen a las divisiones del ejército franquista con su denominación. Los cuadros que aparecen se refieren o bien a presencia de un Estado Mayor o de una unidad militar independiente.

Finalmente los soldados del Tabor 292 se lanzan al asalto tomando las últimas posiciones enemigas. Los resistentes brigadistas se tiran al río para escapar de una muerte segura mientras los moros los tirotean. Detrás han quedado 800 hombres de los suyos.

¿Ha servido de algo esta maniobra de distracción? En palabras de Modesto ha sido un éxito: ha conseguido retrasar el envío de refuerzos a la zona principal de la ofensiva y se ha distraído durante un tiempo crucial a la 105 división.

La segunda maniobra de diversión

Este ataque de distracción se produce al norte del teatro de operaciones, entre Mequinenza y Fayón, y está al cargo de la brigada 226. En este caso el primer cruce se produce de forma silenciosa y sin incidencias. Los hombres salen de las barcazas y se despliegan rápidamente. Mientras que, en Amposta, sus compañeros están siendo aniquilados, la compañía asalta las posiciones enemigas sin apenas resistencia. Logran cruzar la 227 y la 59 brigadas.

Superada la sorpresa inicial el 17 batallón de Burgos y el 7 de Valladolid, junto a la 18 bandera de la Legión, lanza el contraataque. Los republicanos ven imposible tomar Fayón y Mequinenza debido a las dificultades que están teniendo los ingenieros para levantar pasos por el río. Esto ralentiza la llegada de refuerzos y material de guerra. Las dificultades se acentúan debido a que los asaltantes no tienen apoyo artillero. Aún así se disponen a defenderse.

El cruce del río: ¿qué ocurrió en la batalla?



Pero es en el centro de operaciones donde el grueso del ejército republicano lanza todo su ímpetu y energía, flanqueado por los dos ataques de distracción comentados anteriormente. Es aquí donde la República se está jugando su propia existencia.

Sector al noroeste de Riba-roja: 3 división

Este sector le ha tocado a la 3 división, al mando de Esteban Cabezo,  compuesta por la 31 y 33 brigadas internacionales, con la 60 que será la última en pasar. Los primeros que desembarcan en tierra se encuentran una pequeña resistencia que es rápidamente anulada. Se despliegan para tomar posiciones mientras que centenares de barcazas cargadas de compañeros llegan a la orilla.

Esta vez el ataque tiene el apoyo de la artillería, muy escasa en el bando republicano, pero que se ha desplegado de manera que pueda cubrir las zonas más importantes de la ofensiva.

Tropas republicanas cruzando el Ebro. Guerra Civil Española
Tropas republicanas cruzando el río Ebro. 1938

Los soldados se dirigen hacia Riba-Roja que es tomada sin muchas dificultades. Los soldados franquistas que defienden la plaza se rinden ante el sorpresivo despliegue. La 60 se lanza a la conquista de Flix, el otro gran objetivo a tomar en este sector. En cuanto llegan son recibidos con un nutrido fuego de ametralladora que es contrarrestado por el imparable avance republicano. A las 5 de la mañana parte de la ciudad está tomada. Al día siguiente se conquista en su totalidad.

Prosiguen su camino hacia Fatarella, obviando los núcleos que aún resisten: no quieren perder el tiempo y las órdenes de sus mandos de avanzar a toda velocidad es cumplida a rajatabla. En Fatarella el enemigo no está, ha abandonado el pueblo, que es ocupado junto a la ingente cantidad de provisiones que ha dejado en la huida.

Sector de Ascó: 35 división

La 35 división, formada por las 13, 15 y 11 brigadas, dirigida por el mayor Pedro Mateo Merino, tiene que ocupar Ascó y seguir hacia la Venta de Camposines , Corbera y Gandesa. La 11 brigada es la que tiene que tomar Ascó, mientras que las otras dos seguirán su camino hacia los restantes objetivos.

El cruce del río es accidentado, soportando fuego enemigo y el bombardeo aéreo de las barcazas. Sin embargo el despliegue en la otra orilla es rápido. Ascó ofrece muy poca resistencia ya que el factor sorpresa está funcionando en toda la operación. Casi todos los soldados del batallón franquista de Mérida, que defendía la plaza, caen prisioneros.

«¿Sabías que la mitad de los efectivos la 11 brigada estaban compuestos por norteamericanos y alemanes? Como todos los brigadistas internacionales que vinieron a España, eran luchadores antifascistas. En el caso de los alemanes, eran contrarios al nazismo de Hitler, huyendo de un país que los perseguía»

Gandesa está al alcance de los republicanos. Yagüe refuerza la zona con el 5 tabor de Regulares de Melilla al mando del coronel Peñarredonda. Pero no es suficiente. El ataque es arrollador y los defensores están siendo vencidos. Las líneas franquistas están rotas y los marroquíes son trasladados para taponar los huecos que su desmoronado frente está dejando. No es posible parar al enemigo, pero sí ralentizarlo. El tabor se despliega por la zona y se apresta a resistir. El imparable avance republicano los empuja irremediablemente hacia Gandesa. En su huída dejan al 80 % de sus efectivos muertos o apresados. El ejército franquista se repliega de forma generalizada y el coronel Peñarredonda es capturado antes de que pudiera escapar.

Se toma Corbera y las fuerzas republicanas hacen un parón para reorganizarse y tomar Gandesa, donde las desbandada de fuerzas franquistas han confluido. Ahora se aprestan a defender la ciudad con lo que tienen.

El bombardeo de las pasarelas

El general Kindelán, consciente de la necesidad de destruir las zonas de paso construidas por los republicanos en el río, organiza, junto con la Legión Cóndor  y la aviación italiana, un bombardeo coordinado. Savoia-79, Heinkel-111, Dornier-20 y Junker lanzan sus bombas diariamente contra las pasarelas.

Se encuentran poca resistencia por parte de la artillería antiaérea republicana. Eso les permite afinar su puntería y causar más destrozos. Y para más desgracias, el mando franquista ordena abrir las compuertas de las presas de Camarasa y Tremp, provocando una crecida que arrasa con hombres, tanques, camiones, caballos,  puentes y todo lo que se ponga en su paso.

Pero los ingenieros republicanos comienzan de nuevo a rehacer su trabajo. A cada destrozo, a cada derribo de sus estructuras, se construyen rápidamente otras. Esa profesionalidad durará toda la batalla, volviendo a levantar una y otra vez las pasarelas que el enemigo destruye.

Película: Ebro, de la cuna a la batalla (2015). Román Parrado

El ataque a Gandesa



Gandesa es la urbe principal del arco de territorio que el río Ebro dibuja a su paso. Allí la situación para Yagüe es crítica. La 50 división ha desaparecido y la defensa es precaria. Las columnas de brigadistas se acercan con el mismo ímpetu que lo ha hecho durante todo el día.

Franco manda enviar las reservas al teatro de operaciones. La 13 y  84 divisiones se trasladan a marchas forzadas. La ofensiva de distracción de Amposta ha fracasado, lo que significa que no se ha podido cortar las líneas de comunicación y el ferrocarril.  Gracias a esto las tropas franquistas se desplazan sin mayor dificultad.

La retirada franquista

Los republicanos, avanzando de manera muy precaria, sin el apoyo de medios de transporte, artillería o aviación, han recorrido a pie 800 kilómetros cuadrados de territorio en solo un día. Este avance tan fulgurante les ha llevado a las puertas de Vilalba de Arcs y Gandesa.

Las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil Española, diciembre de 1936 - enero de 1937
Miembros de la Brigadas Internacionales en la cocina británica de Albacete levantan los puños en el saludo comunista

Los franquistas están sorprendidos y desbordados, y la consigna que se extiende por todo el frente es la de resistir y contener el avance republicano. En una cosa el ejército franquista supera en creces al de su contrincante: la capacidad logística y de movilización para trasladar las tropas de un frente a otro. Ese mismo día la 13 división de Barrón ya está desplegada al completo. Y en esas están mientras se reorganizan las defensas en Gandesa. La toma de Gandesa y Vilalba puede ser un punto de inflexión en la guerra: si son ocupadas se necesitaría un esfuerzo considerable para volver a tomarlas, y no están seguros de si tendrían suficientes divisiones para llevarlo a cabo.

El asalto

El día 26, en torno al mediodía, se da la orden de asalto. La 15 brigada internacional, formada por españoles, británicos, norteamericanos y latinoamericanos, avanzan a fuego de fusilería y bombas de mano. Ya no cuentan con el factor sorpresa y los defensores, tropas experimentadas de falangistas, legionarios y regulares, los detienen sin muchas dificultades.

Un segundo intento se produce horas más tarde, y vuelve a ser rechazado. Por la noche se organiza la tercera ofensiva y se combate a muerte durante horas, pero el frente no se mueve. Esa misma noche franquistas y brigadistas luchan por tomar la cota 481 (el Puig de l´Àliga), que se hará tristemente famosa para los dos bandos debido a la importancia que tiene para el control de Gandesa. Este pico, junto a otros, será testigo mudo durante toda la batalla de las ofensivas y contraofensivas sangrientas por conquistarlo.

Vilalba de Arcs

Coordinadamente con el ataque a Gandesa las tropas republicanas atacan Vilalba. Toman parte de la población pero son frenados. La crecida del río a retaguardia les está dificultando la logística. Se produce un impás para los dos contrincantes. Los republicanos, desde sus líneas, ven impotentes como los camiones llenos de soldados van llegando para reforzar las líneas del enemigo.

La euforia no está dejando ver los problemas que se están originando: las tropas de Líster no han llegado para efectuar un ataque coordinado por el sur, junto a la ofensiva principal, y no se ha podido pasar aún por el río la artillería pesada para apoyar la toma de Gandesa y Vilalba de Arcs. Y para colmo el enemigo ya ha concentrado toda su artillería en torno al frente. Esto significa que cada minuto que pasa perjudica al Ejército del Ebro y beneficia a la precaria defensa organizada por Yagüe.

Hay un factor importante que está lastrando las expectativas del avance: la inexistencia de la aviación. En Vicente Rojo, el cerebro de la operación, está la decisión de trasladar la aviación desde Valencia a Cataluña para apoyar la ofensiva. Se muestra dubitativo, no quiere desguarnecer aquél frente, y este retraso tendrá consecuencias graves en el devenir de las operaciones.

Mapa de la batalla del Ebro

Mapa batalla del ebro. Cruce del río en julio de 1938
Mapa de la batalla del Ebro: primeros momento del cruce del río por las tropas republicanas. Julio de 1938. Licencia

Al día siguiente se da la orden de continuar avanzando. Modesto da instrucciones al 15 cuerpo de ejército de Tagueña para que continúe por Fatarella-Vilalba-Batea, y que rodee Gandesa por el norte para cortar la carretera a Tarragona. Al 5 cuerpo de Líster se le encomienda cortar la carretera que va de Gandesa a Tortosa. Al mismo tiempo se da un impulso en la construcción de las pasarelas para retomar el paso normalizado de tropas y material de guerra.

Pero los refuerzos franquistas han equilibrado la situación, sin contar que poseen más artillería y aviones. Incluso Modesto está reconociendo de manera velada en sus órdenes que la conquista de Gandesa se ha transformado en una empresa muy difícil. Sigue confiando en la determinación de sus hombres, y que la euforia de los primeros momentos no se termine.

Tanque T-26 soviético. Guerra Civil Española
Tanque ligero T-26B, conocido en España como «Vickers». Fabricado en la URSS y utilizado por los republicanos en la Guerra Civil. También participó en las operaciones de la batalla del Ebro. Está expuesto en el Museo de Unidades Acorazadas del Goloso (Madrid). Licencia

En la tarde del día 26 llegan los primeros tanques T-26 soviéticos para reforzar el ataque. Han podido cruzar gracias a la extraordinaria labor que están haciendo los ingenieros en el río. Pese a las adversidades siguen manteniendo las vías de paso. Sin embargo su llegada es accidentada. Los franquistas los visualizan y disponen su artillería anti blindados: en poco tiempo son destruidos y sus ocupantes muertos.

En Vilalba de Arcs continúan la ofensiva. La 3 bandera de legionarios, bien apostados en el cementerio de la población, rechazan los ataques. En Fayón y Mequinenza también resisten los envites. Se visualiza en el horizonte un estancamiento por parte de los dos contrincantes: uno impotente por no poder avanzar; el otro solo pude resistir sin la posibilidad, por ahora, de lanzar una contraofensiva.

Una lucha encarnizada



Han pasado 4 días desde el inicio de la ofensiva y Gandesa, Vilalba de Arcs, Fayón y Miqueninza aún no han caído. Y los refuerzos en el lado franquista siguen llegando sin descanso.

Se prepara de nuevo un ataque al sector de Gandesa, con la 24 que ha logrado cruzar el río y se ha desplegado rápidamente. Esta vez el Estado Mayor republicano busca cortar las comunicaciones de Gandesa y tomar de una vez por todas la carretera de Tortosa. Se pretende dejar al enemigo completamente aislado en la población a la vez que ordenan a la 42 división tomar Fayón.

Los republicanos están de suerte. Su artillería está llegando al frente y se sienten más confiados. Esta misma confianza la tiene el general Yagüe que, pese a que su ejército resiste a duras penas al enemigo, ordena una contraofensiva desde Gandesa que a todas luces es imposible. Pero al ejército se viene a cumplir órdenes y la artillería franquista abre fuego.

La frustración en ambos bandos es más que evidente. Yagüe no logra retirar al enemigo y Modesto observa impotente como la operación de cercamiento fracasa, así como la toma de Fayón. Los franquistas siguen resistiendo a lo largo y ancho del frente, cada vez más y mejor preparados, con una aviación y una artillería suficientes que sí les apoyan, y no como ocurre en su bando.

Poeta Miguel Hernández. Guerra Civil Española
Miguel Hernández (1910-1942). Fue una de las principales voces del bando republicano y representante de la literatura española del siglo pasado. Combatió como un soldado más hasta que enfermó. Suyo es el siguiente poema:
 Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.

El general Vicente Rojo, que sigue muy de cerca toda la ofensiva, toma una decisión crucial, pero que quizás llega demasiado tarde: trasladar la aviación de la zona de Valencia al teatro de operaciones del Ebro. Algunos de sus mandos directos, como Modesto o Tagueña, piensan que una cobertura aérea a los ingenieros habría facilitado su trabajo, transportando soldados y material de guerra más rápidamente al frente, ayudando al avance. Y no les falta razón. De hecho lo hasta ahora conseguido se puede catalogar como algo extraordinario: se ha logrado a pie, sin el apoyo de artillería ni blindados.

Una guerra de desgaste

Los carros T-26 rusos hacen su primera aparición en combate en el ataque al sur de Gandesa. Esta vez la penetración en el sector es más profunda. Los blindados asaltan las posiciones enemigas y siguen su camino. Pero los soldados republicanos son incapaces de seguirlos y estos tienen que volver.

Se ha perdido una oportunidad de oro para romper las líneas franquistas debido a la incapacidad de coordinarse en el ataque. Lo mismo ocurre en otras partes del frente donde la 74 división acude rápidamente a taponar las brechas que están causando los ataques republicanos. La situación sigue igual pero la lucha cada vez es más brutal y cruenta. Cada bando se venga como puede, cebándose con los prisioneros, como ocurrió en la cota 705, en la sierra de Pandols. Tras un intento fallido de tomarla, los republicanos hacen prisioneros a un grupo de moros de un tabor de Melilla. Después son despeñados ante la mirada de sus compañeros.

La ofensiva final republicana

El 31 de julio Modesto reorganiza sus tropas para el empujón final. Se distribuye la artillería que sigue siendo escasa. Una cortina de fuego sobre Gandesa cae en las posiciones franquistas. Inmediatamente después tropas republicanas, apoyadas con blindados, saltan al ataque.

La ofensiva es sorprendentemente insistente. Una y otra vez los soldados republicanos se lanzan hacia las posiciones enemigas. 10 asaltos en 4 horas, durante toda la mañana del día, dejan desplegados sobre el terreno miles de cadáveres. La muerte no distingue de clases sociales, bandos o ideologías. La batalla es una apología a la muerte.

Legion condor, Guerra Civil Española
Miembros de la Legión Cóndor durante la Guerra Civil Española. Esta legión estaba compuesta exclusivamente por soldados y material alemanes y fue la inestimable ayuda que Hitler ofreció a Franco. La Guerra Civil fue el escenario donde los alemanes probaron su material de guerra. A día de hoy los historiadores están de acuerdo en afirmar que el bombardeo de Guernica fue obra suya. Durante la batalla del Ebro la aviación alemana, junto a la italiana, jugó un papel muy importante.

Esa misma tarde da comienzo de nuevo la misma rutina de muerte. La 16 división consigue infiltrarse en las líneas enemigas en la zona del cementerio de Gandesa. Barrón manda taponar esa zona y ya solicita que su artillería apunte a las primeras casas. El enemigo cada vez aprieta más y se repliegan un poco para reagruparse. Los republicanos están a punto de tomar la población pero tropas de reserva franquistas trasladadas al frente del Ebro toman posiciones y hacen retroceder a unos exhaustos republicanos.

La ofensiva en Vilalba de Arcs es una copia de lo que está ocurriendo en Gandesa. Aquí los atacantes sufren con más intensidad el bombardeo de los aviones que sobrevuelan sus cabezas. El Alto Mando franquista ha decidido concentrar el grueso de su aviación a bombardear día y noche los puntos de paso en el río. Esto alivia a los soldados republicanos en el frente que no tienen que aguantar los ataques con tanta intensidad como sí los sufren los ingenieros en el Ebro.

El estancamiento



Los propios defensores lo están notando: los ataques republicanos cada vez se producen con menor intensidad. El agotamiento hace mella en los soldados de Modesto. Vicente Rojo es ya plenamente consciente que Gandesa y Vilalba de Arcs no pueden ser tomadas y es necesario pasar a una estrategia defensiva.

Franco y sus generales en la Guerra Civil Española
En la imagen están los militares que se alzaron en armas contra la República en 1936. En primera plana los dos cabecillas principales: los generales Francisco Franco y Emilio Mola. Este último moriría en una accidente de avión en 1937, dejando llano el camino a Franco para liderar la sublevación y la guerra. Licencia

La falta de apoyo de la aviación ha sido determinante en el fracaso de los objetivos. Rojo se queja amargamente de su no aparición en el campo de batalla cuando dio la orden de trasladarla de un frente a otro. Pero esta orden también vino demasiado tarde.

La descoordinación entre los mandos, el movimiento lento de algunas divisiones, la escasa artillería y la inexistencia de la aviación, dejando desprotegidas las divisiones ante los ataques aéreos enemigos, son las causas que no han permitido finalmente arrollar al enemigo. Pero también hay que dar importancia a la magnífica capacidad logística del bando franquista: han sido capaces de mover las tropas de las diferentes zonas de guerra de toda España. En solo 3 días consiguieron equilibrar las fuerzas.

La estabilización del frente

Comienza el mes de agosto y todo se ha vuelto una sangrienta rutina: lo primero que suena es la artillería que durante un tiempo explota su mortífera carga contra el enemigo; después viene el asalto con el repiquetear de las ametralladoras y el sonido de las explosiones de las bombas de mano que sesgan todas las vidas humanas que se cruzan en su camino; por último los fusiles siguen descargando balas hasta que, cansados y diezmados, los republicanos retroceden.  Entre ambos, en tierra de nadie, se quedan los muertos. Llevan días así, y nada hace presagiar que la situación pueda cambiar. El frente se está estabilizando.

“El lugar apesta debido a los muertos… las balas silban sobre nuestras cabezas, trazos rojos que parecen moverse lentamente por el aire. Hombres gritando ‘socorro’, ‘socorro’, o gimiendo ‘madre mía’. Nos tienen toda la noche lanzándonos intermitentemente granadas de mano, bombas de artillería y ametrallándonos por el valle. Hay hombres muertos a centenares, sobre todo enemigos. Milman, comandante del batallón 24, muerto de un tiro limpio en la cabeza. Frank Stout, gravemente herido, tiene fragmentos de mortero en garganta y el intestino… Es el día más largo de mi vida”

Edwin Rolfe, soldado republicano del batallón Lincoln

Al fin los ojos de los cansados republicanos contemplan aviones que no les lanzan bombas: son de los suyos. Los Grumman (llamados coloquialmente como “Delfines”), aparatos comprados a los norteamericanos, llevan a cabo un ineficaz bombardeo en Gandesa. No sirve de nada pero, al menos, levanta la moral de los combatientes.

Francisco Franco

El 2 de agosto Yagüe, desde su puesto de mando situado en un privilegiado promontorio donde se visualiza todo el frente, espera a su ilustre invitado. El Caudillo viene de Burgos a ponerse personalmente al mando de las operaciones.

Se discute sobre los pasos a seguir pero todos están de acuerdo en que la ofensiva republicana ha podido ser frenada y que no tienen más capacidad de avance. Se decide atacar la zona norte del frente, en Fayón, donde los republicanos están asentados de manera muy precaria. Las pasarelas montadas en el río a sus espaldas aguantan a duras penas y los suministros casi no les llegan. Si logran vencerlos, podrán disponer de tropas en los otros sectores más importantes. Y ¿después qué?

Aquí aparecen las discrepancias más importantes. Los generales de Franco quieren desviar los recursos del Ebro hacia Lleida y lanzar una ofensiva que les lleve hasta Barcelona. Esto aislaría completamente al ejército republicano del Ebro que se quedaría sin retaguardia y sin ninguna capacidad de proseguir la lucha. La ofensiva podría triunfar debido a varios motivos:

  • Lo mandos estiman que la capacidad ofensiva republicana se ha desvanecido. Por eso pueden retirar tropas y recursos de ese frente y dejar lo necesario para seguir aguantando las posiciones.
  • La concentración de efectivos en el Ebro tiene desprotegida Cataluña. Esto facilitaría una ofensiva franquista. Si Cataluña cae la guerra se terminará.

Sin embargo Francisco Franco no comulga con esta visión. A diferencia de sus colegas, en su estrategia no influyen solo los aspectos puramente militares y estratégicos, sino también los políticos. Una invasión de Cataluña podría despertar los recelos franceses. A través de sus informantes Franco sabe que Francia tiene un plan organizado para pasar los Pirineos e invadir la península en caso de que alemanes e italianos (integrados en el ejército franquista) violen la frontera francesa. Francia, a diferencia de Gran Bretaña, simpatiza con el bando republicano, y si no fuera por las presiones de su aliado inglés, hubiese prestado más ayuda militar a la República.

Mientras dure la guerra (2019). Alejandro Amenábar. En la escena se observa la estrategia de Franco en la guerra: no solo vencer, sino conquistar. Buenavistacine

El choque frontal

La concepción que Franco tiene de la guerra la ha ido elaborando en las anteriores batallas de Madrid o Guadalajara. Se trata de una guerra de desgaste donde lo importante no es vencer al enemigo sino hacerlo desaparecer. Prefiere una victoria lenta que aniquile al adversario, que una rápida.

No tiene prisa por terminar la guerra. La situación internacional le es favorable. Tiene el apoyo incondicional de Italia y Alemania, la neutralidad inglesa y francesa (que en la práctica le está beneficiando) y la ayuda soviética a la República pronto dejará de ser un problema cuando Francia cierre la frontera. El vecino galo, en contra de su voluntad y presionado por Gran Bretaña, que no quiere que el asunto español haga estallar una guerra europea, va a cerrar definitivamente la frontera de acuerdo con su compromiso en el Comité de No Intervención. Hasta ahora estaba haciendo la vista gorda.

Franco ya ha decidido: va a exterminar al enemigo en el Ebro mediante un choque frontal. Nada de segundos frentes; se recuperará el terreno perdido y los restos de los derrotados serán expulsados más allá del Ebro. Después, y solo después, se hablaría de otros frentes.

Fayón-Miquenenza

Sin saberlo, los hombres de la 42 división van a ser sacrificados. Hace tiempo que los republicanos se sostienen a duras penas sobre el terreno. Su artillería es trasladada al otro lado del río por temor a ser capturada por el enemigo en una previsible ofensiva.

Joris Ivens, Ernest Hemingway y Ludwig Renn en la Guerra Civil Española
De izquierda a derecha, el director holandés Joris Ivens, el escritor estadounidense Ernest Hemingway, visitando la sede de las Brigadas Internacionales y Arnold Friedrich Vieth von Golsseneau, también conocido como Ludwig Renn, Jefe de Estado Mayor de la 15 Brigada, en una foto tomada al principio de 1937. Hemingway fue una de las figuras internacionales más famosas que apoyó a la República. Licencia

Los franquistas están reuniendo tropas, artillería y aviación para tomar la bolsa de Fayón-Miquenenza. El mando republicano, siendo plenamente consciente de la superioridad del enemigo, decide no retirar a sus soldados. La 42 división distrae tropas enemigas del frente principal y cuanto más tiempo aguanten, mejor. Franco lo sabe y ya ha ordenado un ataque para hacerlos retroceder.

Los soldados de la 42 división perciben el nuevo ambiente: de la ofensiva se ha pasado a la defensiva. Se cavan trincheras y se fijan bien las posiciones. El enemigo ya comienza a tener la iniciativa. Franco quiere destruir de una vez por todas la bolsa de Fayón-Miquenenza para luego lanzarse con todas las tropas al centro del teatro de operaciones.

La contraofensiva franquista



A las 8 de la mañana del 6 de agosto de 1938 una cortina de fuego de artillería comienza a caer en las posiciones republicanas de la 42 división. El propio Generalísimo supervisa toda la operación y el coronel Francisco Delgado Serrano la dirige. Cuando termina el bombardeo, 3 horas después, los tanques avanzan hacia las posiciones enemigas. Detrás de ellos les sigue la infantería franquista.

Francisco Delgado Serrano, militar franquista en la Guerra Civil Española
Francisco Delgado Serrano (1887-1967) fue uno de los primeros militares que secundó la rebelión contra la República. Su unidad compuesta de marroquíes ayudó a tomar Melilla y, posteriormente, bajo el mando de Yagüe, avanzó por Extremadura, donde sus fuerzas son responsables de una dura represión contra los civiles. Participó en las batallas de Madrid, Teruel, Levante y la del Ebro. Licencia

Los republicanos levantan la cabeza y se aprestan a preparar las ametralladoras. Las ráfagas matan a muchos soldados de la 6 bandera de la legión. Hay muchos cadáveres. Retroceden. Vuelven a la carga junto a la 15 compañía. El combate es muy cruel, pero esto ya viene siendo una rutina. Al final los franquistas abren brecha y en seguida se cuela todo el grueso del ejército.

Álvarez y Tagueña, que dirigen a la 46 división, ordenan que la 226 compañía resista mientras se evacúa detrás del río a toda la división. La derrota ya es clara pero se intenta organizar una retirada para que no se produzca una desbandada.

Cuando llega la noche los soldados montan en las barcas para cruzar el río. En su travesía son bombardeados por la aviación franquista. Los soldados de Delgado Serrano llegan hasta la orilla del Ebro matando y capturando a todo republicano que no le ha dado tiempo a cruzar al otro lado. La 42 división pierde en solo un día más de 3.000 hombres, entre muertos, desaparecidos y capturados. Franco ya tiene lo que quería: la bolsa de Fayón-Mequinenza, en uno de los extremos del frente, ha sido conquistada.

Segunda contraofensiva: la sierra de Pàndols

Los soldados de la 4 de división de Navarra, de Alonso Vega,  se van concentrando al abrigo de la oscuridad. Se dirigen por el camino de Gandesa al pie de la sierra de Pàndols. Van a tomarla.

Los ingenieros franquistas reciben una orden: abrir otra vez las compuertas de la presa. De nuevo el agua hace estragos a su paso. Muchos hombres de la 56 división, que en esos momentos estaban cruzando, mueren ahogados.

Después el tronar de la artillería franquista, que revienta en las posiciones republicanas. Las piezas artilleras escupen fuego durante varias horas. Yagüe manda la ofensiva, bajo la supervisión de Franco. El objetivo es extenderse por la sierra de Pàndols y cortar la carretera de Gandesa-Pinell. La 9 brigada de la 11 división y las 37 y 101 brigadas de la 46 división republicanas reciben el impacto directo del ataque. Se busca desalojar al enemigo de varias cotas en la sierra.

Los republicanos montan las ametralladoras y disparan contra la primera oleada. Los hombres caen a centenares. Es una carnicería. ¿Cómo es posible que el enemigo siga resistiendo tras el bombardeo de la artillería? ¿No tendrían que estar todos muertos? Las brigadas de Líster resisten ferozmente y el avance es muy lento. Llega la noche y el ataque se para.

Al día siguiente vuelta a empezar: bombardeo masivo de artillería y avance de la 4 división de Navarra. El ataque se produce desde las posiciones conquistadas el día anterior. Por primera vez la aviación republicana hace acto masivo de presencia. Se produce una batalla aérea sobre las cabezas de los combatientes del Ebro.

Aviación republicana AK47KalashniK

La 11 división está al límite pero sigue resistiendo. Por su parte la división franquista sufre 900 bajas es solo dos días. Han conseguido tomar algunas cotas de la sierra, pero insuficientes para expulsar al enemigo. Es tal la sangría que algunas brigadas del bando republicano tienen que ser relevadas del frente porque, simplemente, se han quedado sin efectivos. Durante días las cotas serán tomadas por los franquistas y después por los republicanos, una y otra vez.

La cota 666

Semana tras semana este punto en la sierra de Pándols es disputado por ambos bandos. Durante el día tropas franquistas suben para conquistarla, apoyados por la aviación. La toman. Por la noche, cubiertos por la oscuridad, los republicanos se lanzan para recuperarla. Y la toman. Y así una y otra vez. Los enfrentamientos son atroces. Bombas de mano y balas destrozan cuerpos día tras día. Las posiciones republicanas no son muy estables pero la consigna que les llega desde retaguardia, ordenada por Líster, es la de no retroceder. Los oficiales republicanos que pierdan una posición, u ordenen una retirada, se tendrán que enfrentar al fusilamiento.

La segunda ofensiva de Franco, en el centro del frente, ha sido un fracaso. Se han tomado varias cotas en la sierra de Pàndols pero no se ha desalojado al enemigo. Los ataques frontales solo han dado el resultado de miles de bajas. En la cota 666 cientos de hombres, de un lado y otro de la trinchera, morirán por ocupar una posición clave para defender la sierra.

Tercera contraofensiva

Se dictan nuevas órdenes para el ejército franquista del Ebro. Se organiza un nuevo ataque para no dar descanso al enemigo. Para ello se incorporan más refuerzos: batallones de ametralladoras y morteros, cañones anticarro, tanques, artillería y toda la aviación (la española, la italiana y la Legión Cóndor alemana). Franco va a echarlo todo en el Ebro.

Artillería franquista de la Legión Cóndor en la batalla del Ebro. Guerra Civil Española
Artillería franquista de la Legión Cóndor disparando contra la resistencia republicana, probablemente cerca de Amposta (Cataluña) durante los últimos pasos de la batalla del Ebro, Guerra Civil Española, otoño de 1938. Licencia

Por ahora se va dejar de lado la sierra de Pàndols. La intención es romper el frente enemigo por el sector de Vilalba dels Arcs, abrir brecha y avanzar por ella, partiendo en dos y rodeando a los republicanos por la retaguardia. El ejército franquista se reorganiza y la agrupación de divisiones del centro será la que lleve todo el peso del ataque.

Los republicanos saben del próximo ataque y organizan un sistema defensivo en profundidad: fortines de hormigón, nidos de ametralladoras y líneas de trincheras les esperan a los soldados franquistas.

El comienzo de la ofensiva lo marca, una vez más, la presa del Segre. Se abren las compuertas y el agua arrasa todo a su paso, incluidos los puentes sobre el río. En el centro del dispositivo del ataque, en la posición denominada “Targa”, los requetés del Tercio de Montserrat asaltan las defensas enemigas. La tercera contraofensiva franquista da comienzo.

Los soldaos avanzan entre la lluvia de balas, esquivando las bombas de mano y cortando las alambradas. Las ametralladoras republicanas hacen un eficaz blanco y sesgan vidas. Al poco tiempo el Tercio de Monserrat ya no existe. Los muertos y heridos se esparcen por el campo de batalla.

A lo largo de todo el sector prosigue el ataque. Las 82 y 74 divisiones le corresponden romper el dispositivo de defensa enemigo; a la 60 división republicana le toca aguantar la embestida.

La resistencia republicana

La coordinación en los ataques es cada vez más precisa: la artillería estalla en las posiciones de los brigadistas mientras la infantería franquista avanza detrás de los blindados. No dejan ni un momento de respiro. En la lluvia de fuego los republicanos disparan, algunas compañías son desbordadas y se rinden. La 135 brigada es casi aniquilada y los que han sobrevivido se retiran. En el otro bando ocurre lo mismo: los cuerpos de la 18 bandera de la legión están esparcidos sobre el terreno o echados en las alambras de espino. Sus compañeros no han podido recogerlos.

La 82 división franquista lleva a cabo un último esfuerzo. En la zona de Gaeta hacen retroceder a la 16 división republicana. La situación es crítica. La 33 brigada se reorganiza milagrosamente y contraataca a unos exhaustos legionarios. La artillería republicana desvía sus cañones y apuntan a esta zona. La 60 brigada es enviada rápidamente a taponar los huecos que ha dejado la 16 división. Se vuelven a recuperar las posiciones evitando que el enemigo rompa el frente. Aunque ha estado muy cerca.

XI recreación histórica de la batalla del Ebro. Carlos Cid

La tercera contraofensiva franquista ya ha perdido fuelle. Continúan los asaltos y los muertos por ambos bandos, pero el frente se estabiliza y los objetivos se han diluido con el cansancio de las divisiones. Ya nadie sabe lo que está haciendo. Ambos atacan, se defienden y mueren. Un día tras otro. Sin preguntas.

La batalla aérea

La lucha en los cielos se recrudece. Ambos contendientes han puesto toda la carne en el asador en la batalla. Este es el caso de la “Gloriosa”, como así se le llama a la aviación republicana.

Lejos están ya los reproches de Vicente Rojo al jefe de la fuerza aérea, el general Hidalgo de Cisneros, ante la inacción de sus aviones. Ahora estos luchan encarnizadamente con los aparatos del enemigo, claramente superiores. Los republicanos poseen los bombarderos Katiuska y un centenar de cazas denominados “Chatos” y “Moscas” por sus pilotos. Las fábricas de Cataluña y Murcia, siempre que tienen las materias primas, siguen fabricando los aparatos tan necesarios en el frente.

Avión Messerschmitt Bf 109 en la guerra civil española
Messerschmitt Bf 109, el modelo de caza alemán más avanzado que luchó en los cielos de España durante la Guerra Civil Española. Licencia

En la España de Franco no hay fábricas de aviones. No las necesitan. Alemanes e italianos les proveen de cuantos necesitan, y además de última generación. Los cazas He-51, pero sobre todo los revolucionarios Me-109, que alcanzan una velocidad de 550 kilómetros hora, son probados por primera vez en los cielos de España. Contra estas temibles máquinas poco pueden hacer los cazas republicanos. El dominio de los cielos sigue siendo franquista.

Cuarta contraofensiva



Se prepara de nuevo otra ofensiva. El Caudillo no va a cambiar sus planes: ataque masivo de artillería seguido de un choque frontal en el que se empleará a la 1 división de Navarra. Le toca el turno al general García Valiño; Franco ha retirado del mando a Yagüe. El punto elegido para romper el frente es entre el Puig de l’ Àliga y la carretera de Corbera. Nada de estrategias alternativas, ni de otros frentes; al enemigo se le va a vencer y exterminar donde ha planteado la batalla: en el Ebro.

El despliegue artillero franquista solo es comparable al que se había visto en la Primera Guerra Mundial. El fuego contra las posiciones republicanas dura 6 horas y hace una auténtica escabechina. Se conquistan varias cotas y Corbera está al alcance de Franco.

Guernica. Pablo Picasso
Guernica. Pablo Picasso. 1937. Este icónico cuadro fue encargado a Picasso por la República para formar parte del Pabellón Español en la Exposición Internacional de París, de 1937. La inspiración le vino al pintor malagueño cuando le llegaron las noticias del sangriento bombardeo de Guernica por la aviación alemana integrada en el bando franquista.

Las fuerzas franquistas de la 4 división entran al fin en Corbera el 4 de septiembre. La resistencia desesperada del enemigo ha sido muy dura, y las bajas cuantiosas. Pero por primera vez en más de un mes de batalla se ha movido algo el frente. Aquí no se termina: los republicanos llevan a cabo un contraataque para recuperar las posiciones perdidas. Como en Madrid la consigna es clara: “ni un paso atrás”.

La desorganización republicana

Los problemas se multiplican. La 11 división se retira sin orden dejando un gran hueco en el dispositivo de defensa frente a Gandesa y Cavalls. Si García Valiño se da cuenta enviará rápidamente a sus soldados por la brecha y terminará de romper el frente. Modesto actúa con rapidez y envía un batallón apoyado con blindados.

Cartel de propaganda republicana
Cartel de la propaganda republicana denunciando la intervención de tropas italianas a las órdenes de Mussolini en la Guerra Civil Española

El traslado de tropas se hace al instante y a plena luz del día: se trae en camiones a la 13 brigada de la 35 división, que está en el otro lado del frente. Los brigadistas llegan, se bajan de los camiones, y se lanzan a ocupar las cotas que tienen en su poder la 1 división de Navarra. Esta acción ha permitido tapar la brecha y detener al enemigo. La amenaza de romper el frente se disipa. Pero han estado a punto de perder la batalla.

Los ataques prosiguen pero los mandos franquistas ya son conscientes que esta nueva ofensiva ha vuelto a fracasar. La 1 división de Navarra ya se encuentra muy desgastada, algunos batallones han perdido la mitad de sus hombres, y el frente sigue sin moverse significativamente. Solo se ha podido conquistar Corbera, pero a costa de ataques violentísimos que han costado demasiadas vidas para tan pocos resultados.

La estrategia de Vicente Rojo

El general republicano Rojo se comunica con el Jefe del Gobierno, el socialista Negrín. Le expone los punto a seguir en el Ebro y le presiona para que cuanto antes se lleve a cabo una ofensiva en otro frente, esto aliviaría al Ejército de Maniobra que aguanta como puede las embestidas del enemigo.

Mapa de la batalla del Ebro en 1938
Mapa de la batalla del Ebro (1938) Licencia

Para Rojo es urgente que el grupo de ejércitos del Centro o de Levante ataquen posiciones enemigas para que Franco divida sus fuerzas que ahora mismo se concentran en el Ebro. Pero en esos frentes nada se mueve, a pesar de las promesas recibidas de Miaja o Menéndez. La inacción, para Rojo, es fruto de la incompetencia de sus mandos; para Modesto o Líster es pura traición. El Ebro se ha convertido en una batalla de desgaste donde Franco lo ha apostado todo. Si no se abren otros frentes que distraigan y dispersen las fuerzas franquistas se terminará perdiendo la batalla. Rojo ya está planificando una retirada organizada detrás del río. Es esencial reforzar la defensa de Cataluña para una futura ofensiva de Franco. Sin embargo, por ahora, la batalla continúa sin descanso.

La quinta del biberón

Los recursos humanos de Cataluña se están agotando. Los mandos republicanos buscan alternativas para proseguir la lucha. De esta forma surgió lo que se denominó “leva del biberón”. Fueron movilizados unos 30 000 jóvenes que, en la mayoría de los casos, no superaban los 17 años de edad, muchos solo tenían 14. Líster, desde su puesto de mando, los observa con resignación. Miles de ellos van llegando al frente del Ebro y se hacen adultos a fuego de ametralladora. Muchos dejarán su vida muy pronto, en las tierras del Ebro, pero los soldados veteranos, que los observan llegar al frente, más tarde estarán de acuerdo en la entrega y arrojo que desplegaron en la batalla, a pesar de su juventud. Es otra de las tragedias que nos deja la Guerra Civil Española.

La quinta del biberón, batalla del Ebro. Guerra Civil Española
La Quinta del Biberón de Pradejón en 1998. Licencia

El Pacto de Múnich



“Ni Checoslovaquia ni España valen una guerra”. Ese era el sentir del gobierno inglés ante los acontecimientos que se están produciendo. Hitler sigue con su política expansionista. Anexionada Austria ahora se dirige a Checoslovaquia. Chamberlain, primer ministro inglés, sabe que Alemania tiene preparado un plan secreto para invadir militarmente el país. No se opone. Su política de apaciguamiento está arrastrando también a Francia que no da un paso sin su aliado inglés. Lo prioritario para Gran Bretaña es no provocar a Hitler y evitar una guerra en Europa.

Neville Chamberlain, Primer Ministro inglés
Neville Chamberlain era el Primer Ministro inglés en los años en los que España se sumergió en la cruenta guerra civil. El mandatario británico fue el impulsor del Comité de No Intervención que, en la práctica, beneficiaba a Franco. El constante temor a una guerra contra Hitler le llevó a desarrollar una política de apaciguamiento con Alemania que al final no daría resultado. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial Chamberlain fue sustituido por Winston Churchill, quien conduciría a su país hasta la victoria. Licencia

Checoslovaquia

La Alemania nazi ya ha hecho su apuesta. Hitler está decidido a invadir Checoslovaquia para, en su opinión, defender a la minoría alemana de los Sudetes. Esto preocupa enormemente a Franco. Si estalla una guerra, Gran Bretaña y Francia considerarán de inmediato a la República como aliada. Incluso llegados a ese extremo Francia podría optar por una invasión desde los Pirineos. La España de Burgos quedaría aislada y con un apoyo incierto de alemanes e italianos.

Pacto de Múnich (1938)
Pacto de Múnich (septiembre de 1938). De izquierda a derecha: Benito Mussolini, Adolf Hitler, Paul Otto Schmidt (intérprete de Hitler) y Neville Chamberlain. Licencia

Para los republicanos es una buena noticia. De hecho la operación del Ebro se justifica por la necesidad de resistir hasta que estalle la conflagración. Negrín es el primer defensor de la causa. Se tienen que mantener las posiciones a todas costa. Sin embargo cada vez hay más dificultades para reponer las bajas que se están produciendo en el frente. Algunos mandos republicanos están observando con pavor que las posibilidades humanas de Cataluña se están agotando.

Chamberlain se reúne con Hitler en Alemania para convencerle de que no tome decisiones apresuradas sobre Checoslovaquia. Es la expresión más cruda de la política de apaciguamiento británica.

La retirada de las Brigadas Internacionales

Ante la actitud apaciguadora de Gran Bretaña hacia la Alemania nazi, Stalin veía a todas luces que la única manera de evitar que su país se viese arrastrado hacia la guerra era un pacto con Hitler. El mandatario soviético ya había dejado insinuar a las autoridades republicanas su intención de desvincularse de España y de retirar a todos los extranjeros que luchaban en España.

Las Brigadas Internacionales ya no cumplían una función importante en la guerra. Muchos de sus miembros o habían muerto o se había marchado. La mayoría de sus actuales componentes eran españoles, como se estaba viendo en el Ebro. En el batallón Lincoln, por ejemplo, que en sus inicios estaba conformado solo por norteamericanos, ahora había tres veces más españoles que extranjeros.

Despedida de las Brigadas Internacionales. DuxBellorum

Negrín tomó la iniciativa en plenas negociaciones de Múnich y propuso a la Sociedad de Naciones la evacuación de los voluntarios extranjeros de la España republicana. No había ningún peligro militar aunque Rojo estaba muy preocupado por el agotamiento de las levas en Cataluña.

El triunfo de Hitler

Chamberlain se reúne con Hitler en Renania para convencerle de su postura en Checoslovaquia. Más que una reunión parece una súplica del mandatario británico. Está dispuesto a aceptar que Alemania se quede de facto con los Sudetes si no hay intervención militar en el resto del país. Hitler sigue con su táctica, está decidido a llevar a cabo la invasión.

Retrato de Adolf Hitler
Adolf Hitler (1889-1945). Desde el primer momento que se produjo el alzamiento militar, Hitler ayuda militarmente a Franco. España es el campo de pruebas para el nuevo armamento que está desarrollando el ejército nazi y que, tiempo después, sembrará el terror en toda Europa

El Primer Ministro regresa a Gran Bretaña muy pesimista. No ha logrado convencer al Führer y los tambores de guerra suenan en Europa. Una buena noticia para Negrín, que ve más justificada si cabe la resistencia en el Ebro. Pésima noticia para Franco.

En Burgos la nueva situación se observa con gran alarmismo. Gran Bretaña y Francia, junto a Checoslovaquia, se preparan para la guerra. Los soviéticos hacen lo mismo. Pero Chamberlain sigue decidido a evitarla a toda costa, aunque eso signifique lo que muchos temen: dejar a Checoslovaquia abandonada a su suerte.

Tras un amago de rectificación de Hitler, Chamberlain viaja a Munich para una conferencia entre las potencias europeas a las que no está invitada Checoslovaquia ni la Unión Soviética. Se aceptan las exigencias alemanas y se pliegan totalmente a sus intereses. Hitler está pletórico, y sale de la Conferencia de Múnich con el sentimiento de que nada ni nadie puede ya frenarle. Lo que se ha acordado es dejar vía libre al ejército nazi para invadir el país. Los checoslovacos se enteran en la propia reunión que las potencias que se suponen aliadas acaban de vender su país.

La Conferencia de Múnich de 1938. manueltorremocha madrid

Es la sentencia de Checoslovaquia, y de la España republicana. Este país del centro de Europa había apoyado siempre, y sin fisuras, la causa republicana. Desde sus fábricas de Skoda se fabricaban las ametralladoras y fusiles que los soldados estaban empleando en el frente del Ebro. Ahora su Primer Ministro ofrece la capitulación a Alemania para no crear un baño de sangre. De todas formas se habían quedado solos. Es un reflejo de lo que le está ocurriendo a la República: ha sido abandonada por todas las potencias. Solo la Unión Soviética les sigue suministrando material, aunque no saben por cuánto tiempo. El premier británico y el mandatario galo caerán en la cuenta, años más tarde, que la primera batalla de la Segunda Guerra Mundial se estaba produciendo en suelo español, y la estaban perdiendo.

El empeño franquista: quinta contraofensiva



La cuarta contraofensiva ha fracasado pero da igual. Franco ordena montar otra. Ahora se atacará por el nudo de comunicaciones de Camposines. Los cuerpos de ejército Marroquí y del Maestrazgo se encargarán de la ofensiva. La estrategia la de siempre: concentración de tropas y medios, ataque artillero y asalto de las posiciones. Se aumentan el número de tropas añadiendo dos nuevas unidades.

Los republicanos cuentan ya con una organizada defensa en profundidad producto de su experiencia en todas las ofensivas sufridas hasta el momento. Pero la situación no es fácil. El empeño casi suicida de regulares, legionarios y falangistas provoca algunas rupturas del frente. Con extrema violencia ambos contendientes están absortos en una vorágine de sangre sin precedentes en España.

Winston Churchill y la Guerra Civil Española

  «Los comunistas, dueños del poder, realizaron matanzas, en masa y a sangre fría, de sus adversarios políticos y de la gente acomodada. Los cadetes de infantería defendieron con la mayor de las tenacidades su academia militar del Alcázar de Toledo, y las tropas de Franco, abriéndose camino desde el sur, libertaron a los sitiados. El episodio de Toledo es digno de pasar a la historia. Yo fui neutral en aquella contienda. Desde luego, no defendía a los comunistas. ¿Cómo había de defenderlos cuando sabía que, de haber sido español, ellos nos habrían asesinado a mí y a mi familia y amigos? De todos modos, entendía que el gobierno inglés tenía tantas cosas de qué preocuparse, que le convenía no mezclarse en los asuntos de España.»

Extracto del libro «Memorias sobre la Segunda Guerra Mundial» de Winston Churchill. Licencia

Por fin se lleva a cabo lo que tanto estaba esperando Rojo: la ofensiva de Levante. Las tropas del general Menéndez avanzan con poca decisión y sin utilizar todos los efectivos. Los franquistas se ven obligados a enviar 10 batallones para contener el ataque. Todo apunta a que la ofensiva es un amago, no un verdadero ataque, lo que significa que no tendrá impacto en el Ebro. O quizás sí lo tendrá, sobre todo para desmoralizar aún más a las tropas republicanas.

Juan Negrín interviene ante la Sociedad de Naciones el 1 de octubre para anunciar la retirada de los extranjeros. Era un punto que llevaba meses negociándose en el Comité de No Intervención. Gran Bretaña quiere que la retirada de extranjeros se haga por ambos bandos y el Jefe de Gobierno de la España republicana quiere contentarlos.

Pero ya es demasiado tarde. Chamberlain está conduciendo a Europa hacia el desastre. Su política de concesiones a Hitler no está logrando su objetivo. Alemania quiere más y más, y entre las negociaciones de las potencias europeas poco cuenta la guerra que se está librando en España.

El último día de los brigadistas

El 23 de septiembre de 1938 los brigadistas luchan y mueren en el que será su último día de combate. Los ataques de la 1 división de Navarra son muy violentos. La lucha está tomando proporciones verdaderamente sangrientas. No hay minuto de respiro y ya casi no se recogen prisioneros: el tiro en la nuca es la respuesta al odio que se produce en cantidades ingentes en los campos de batalla del Ebro.

Monumento/memorial a las Brigadas Internacionales situado en la Ciudad Universitaria de Madrid (España)
Monumento en memoria de las Brigadas Internacionales situado en la Ciudad Universitaria de Madrid (España). Licencia

El último día de combate morirán en suelo español muchos internacionales. Franceses, belgas, británicos, polacos, alemanes, austriacos, portugueses, italianos, norteamericanos, canadienses, argentinos, mexicanos, cubanos, húngaros, búlgaros, yugoslavos, checoslovacos y de otros países derramarán su sangre en tierras españolas. Cuando regresen a su hogar, muchos de ellos sufrirán la represión y el encarcelamiento, sobre todo en los países con regímenes fascistas. Otros seguirán combatiendo en la Segunda Guerra Mundial. Pero todos ellos tendrán en común el recuerdo de haber luchado contra el fascismo en España. Nunca se les olvidará.

El día que se retiran del frente los internacionales, Franco está haciendo balance de su última ofensiva: solo ha conseguido conquistar al enemigo 500 metros.

Sexta contraofensiva

Ambos bandos buscan proveerse de material ante la batalla que se está planteando. Si esto va de resistir es prioritario armarse bien. Los franquistas solicitan más ayuda a los alemanes e italianos; los republicanos siguen pagando con oro el material que les llega de la Unión Soviética. Pero el oro se está acabando y la frontera francesa es un lugar cada vez más difícil por el que pasar las provisiones.

Durante esta nueva ofensiva Vicente Rojo ya conoce el destino de Checoslovaquia y, en consecuencia, el que le espera a la República. Una guerra europea hubiese cambiado todo 360 grados, pero ahora están completamente solos y tanto él, como Negrín, buscan alternativas. Piensan que, más temprano que tarde, la guerra va a estallar, por eso se hace prioritaria la resistencia a ultranza. La operación en el Ebro debe mantenerse.

Arturo Pérez Reverte hablando de la Guerra Civil Española. megustaleer

En el frente la ofensiva sigue estrellándose contra las defensas. Las divisiones son relevadas a consecuencia de las bajas; las nuevas compañías son diezmadas en cuanto entran en combate; los costes humanos son altísimos para los dos contrincantes; pero las líneas siguen sin apenas moverse. Durante el día atacan los franquistas, con toda la aviación y artillería. Por la noche los republicanos, evitando así el fuego de artillería y aviación del enemigo. Un día tras otro. A Franco no le perturban las críticas de sus generales, pero cada vez las escucha más nítidas y claras. La ofensiva debe continuar hasta derrotar al enemigo.

Un día rutinario en el frente

El 9 de octubre el general más prestigioso de la República, Vicente Rojo, va a ser testigo de la ofensiva franquista desde el observatorio privilegiado sobre la Venta de Camposines.

De pronto un ruido atronador envuelve el ambiente, segundos después Rojo, con sus prismáticos, observa como las explosiones levantan la tierra en las posiciones donde se encuentran sus soldados. Es el acostumbrado fuego artillero que precede el ataque. Se combina con los bombardeos aéreos. Así durante horas. Tras el derroche de fuego, Rojo cree que las posiciones de su ejército se han hundido: es imposible que después de ese ataque pueda haber alguien con vida.

La artillería por fin calla. Los soldados y los tanques franquistas avanzan, sin esperar si quiera a que se disipe el humo de las explosiones. De pronto Rojo observa a los soldados enemigos que se detienen y caen al suelo, inertes. Dos tanques son incendiados. El general no sabe cómo después del ataque artillero sus soldados siguen con vida, pero ahí están, aguantando y rechazando a las tropas de Franco que deciden retirarse. La escena se repetirá varias veces ese día, con idéntico resultado.

Mientras continúa la rutinaria y sangrienta lucha en el Ebro, Vicente Rojo comienza a desesperarse. Ha pedido en varias ocasiones, con cierto tono de súplica las últimas veces, que el ejército de Levante y del Centro lancen ofensivas serias que distraigan fuerzas enemigas del Ebro. Pero no se producen. ¿Qué está ocurriendo? Las sospechas de traición siguen enrareciendo el ambiente. Rojo no quiere pensar que sea por eso, pero ya ha llegado al límite de la paciencia.

Recreación del bombardeo de un aeródromo republicano por la aviación italiana. TUCKIE100

El pesimismo republicano

Para algunos ya se masca la tragedia. La escasez en la España republicana crece cada día y el Pacto de Múnich ha sido un jarro de agua fría en la moral de todos. Los bombardeos de la aviación en Barcelona son muy intensos y la población está cada vez más agotada. La República pierde fuelle. Las noticias que llegan del Ebro tampoco son demasiado alentadoras: muchos piensan que la batalla está perdida. Como también lo piensan en Gran Bretaña o Francia. Pero Negrín sigue adelante con su resistencia a ultranza. Es verdad que la República ya no tiene la capacidad de lanzar ninguna ofensiva más de envergadura, pero todavía es capaz de resistir. Pero es cada vez más cierto que solo los comunistas creen ciegamente en la resistencia; socialistas, anarquistas y nacionalistas caen en el pesimismo, que también comparte el Presidente de la República, Manuel Azaña.

Manuel Azaña, Presidente de la República en la Guerra Civil Española

Manuel Azaña Díaz (1880-1940) era el Presidente de la República española durante los combates en el Ebro, y el último Jefe de Estado que se eligió democráticamente en España. Llegó a ser político de causalidad, porque su verdadera pasión era escribir; de hecho consiguió el Premio Nacional de Literatura en 1926 por su libro «La vida de San Juan Valera».

Su profundo sufrimiento, el que llevó toda la vida, surge de la contradicción de su visión critica de España con su amor a ella. Dimitió como Jefe del Estado cuando la guerra ya estaba perdida. Su últimos años los pasó exiliado en Francia, trasladándose de pueblo en pueblo para no ser capturado por la Gestapo. Su enfermedad terminó con él en 1940 y fue enterrado en un cementerio de Montauban. Las autoridades francesas, colaboracionistas con los nazis, prohibieron un funeral de estado, tal y como correspondía a su figura. En el olvido terminó, como tantos otros republicanos, una de las figuras intelectuales claves en la España contemporánea.

La nueva estrategia franquista

Para Franco la última ofensiva ha conseguido cierto éxito, pero los puntos importantes siguen en manos del enemigo. En Burgos reúne a sus generales para discutir el plan a seguir y toman decisiones importantes. Saben de sobra lo bien fortificados que están  los soldados republicanos y elaboran un ataque arriesgado. La única manera de romper sus defensas es pillarlos por sorpresa. Para ello harán avanzar a su infantería al mismo tiempo que se está bombardeando con artillería. Se acercarán lo máximo posible para atacar justo cuando termine el bombardeo, sin tiempo para que el enemigo se pueda preparar para la defensa. Seguirán, además, con la guerra de desgaste y atacarán sobre el flanco derecho, en la sierra de Pàndols y en la sierra de Cavalls, con vistas a un futuro envolvimiento. Por lo tanto se reorganizan los planes y se aumentan aún más las fuerzas, trasladadas de otros frentes. Y un apunte importante: la artillería que logran reunir, más de 500 piezas, junto al despliegue de aviones, es inédito en la Guerra Civil Española.

Avión Mosca republicano, Guerra Civil Española
Polikarpov I-16 republicano, llamado coloquialmente «mosca». Museo de Cuatrovientos, Madrid, España. Licencia

Las operaciones tendrán una coordinación minuciosa para impedir que la infantería caiga bajo el fuego de su propia artillería. La aviación comenzará a desgastar al enemigo el día de antes. La guerra también es una lucha por desmoralizar al contrario, y en esto Franco es un experto.

La derrota republicana



Franco va a llevar a cabo la que espera sea la última ofensiva, la que conduzca a la victoria. El 30 de octubre de 1938, a las 6 de la mañana, comienzan las piezas de artillería a escupir fuego. Es la séptima contraofensiva.

La última ofensiva

Durante horas el suelo se levanta a cada explosión. Cientos de piezas artilleras hacen un fuego muy preciso y concentrado en una franja de terreno. Es el bombardeo más devastador hasta el momento. Los republicanos están a cubierto, esperando a que termine la lluvia de bombas y metralla para ocupar sus posiciones y defenderse del previsible ataque.

Mientras, legionarios y requetés esperan a que finalice. Están muy cerca de las explosiones, jugándose el cuello para llegar cuanto antes al enemigo y no dejarlo que se prepare. Algunos miran al cielo rezando para que ninguna de esos proyectiles de su retaguardia los mate.

Cuando al fin cesa el fuego de artillería, los soldados se lanzan sobre la sierra de Cavalls, el principal objetivo. Los defensores aún están saliendo de sus refugios cuando les sobreviene la avalancha. Tiros, bombas de mano y machetazos hacen estragos en la 43 división republicana.

Se abre una brecha en el muro defensivo republicano que poco a poco se va ensanchando. Las tropas franquistas van tomando las cotas y se hacen con la sierra. Se extiende el pánico y se produce una desbandada. Los atacantes ya controlan la carretera de Gandesa  a Tortosa. La 43 división ya no está defendiendo la sierra de Cavalls. El frente se ha roto. Sin embargo en algunas zonas los defensores aguantan hasta tal punto de desquiciar a los mandos franquistas.

Franco visita el frente. DMAX España

El frente se hunde

El 1 de noviembre cae la cota 666, que tanta sangre ha provocado en los bandos. Prosigue el avance y se toman otras cotas. Los enfrentamientos son durísimos, pero la defensa se ha derrumbado en la sierra de Pàndols con el avance de la 84 división. Por su parte la 74 avanza por el Puig de l’ Àliga.

La retirada es generalizada, y por primera vez los soldados franquistas no encuentran resistencia en su avance. La sierra de Pàndols ya está en manos de Franco mientras Modesto intenta a duras penas recomponer el desastre. Reorganiza las líneas de la 45 división y de lo que queda de la 11.

Pero el avance es decidido. La 84 división llega el 4 de noviembre a las orillas del Ebro mientras que la 82 división ha conquistado completamente la sierra de Cavalls. Los enfrentamientos se suavizan, ya no son tan duros como cuando los republicanos resistían.

Vicente Rojo se apresta a reorganizar una defensa que mantenga una cabeza de puente mientras espera a que se produzcan las esperabas ofensivas en otros frentes como el de Levante, Extremadura o Motril. Pero no tiene muchas esperanzas. Su moral también se está hundiendo.

Republicanos en la Guerra Civil Española
Un grupo de soldados republicanos habla con periodistas durante la Guerra Civil Española. De espaldas a la cámara se observa la figura de Ernest Hemingway. Licencia

La 1 división de Navarra toma Benissanet y se dirige a Móra d’ Ebre. La maniobra de envolvimiento, una vez roto el frente, está funcionando perfectamente. Modesto solo ordena repliegues que ya les vienen dados por las circunstancias.

Ya comienzan los trabajos de fortificación de la orilla izquierda del Ebro. Se da por hecho que las tropas republicanas, más temprano que tarde, cruzarán el río y se hace necesario fortificarlo para que el enemigo no lo cruce también. Mientras tanto se sigue resistiendo en un territorio que cada vez se hace más pequeño con el avance franquista.

La batalla del Segre

El general Saravia va a lanzar una ofensiva al norte y sur de Aitona, en Lleida, y forzar el paso del río Segre. Es la ofensiva que Vicente Rojo tanto estaba esperando para distraer las fuerzas enemigas del Ebro. La mala noticia es que los ejércitos del Centro y Levante siguen sin moverse, y no se espera que lo hagan.

El 6 de noviembre da comienzo la operación en la que las divisiones 16 y 34 cruzan el río Segre. Los objetivos son reducir a los defensores y avanzar hacia Fraga y después Lleida. Pero nada sale bien.

Restos de un nido de ametralladoras en el Segre. Licencia

La crecida del río arrastra el puente que se ha tendido. Desde luego los las pasarelas en el Segre no son como los del Ebro. Los franquistas lanzan una contraofensiva a los republicanos que han tomado la cabeza de puente. Los empujan hasta el río, donde ya no hay puente. Algunos se rinden, otros mueren por el fuego enemigo, y los últimos se tiran al río y son engullidos por el caudal del agua. Los cuerpos sin vida son transportados por la corriente, y con ellos la última esperanza de la República.

¿Quién ganó la batalla del Ebro?

Yagüe ordena a sus tropas que conquisten Ascó, Flix y Riba-roja, hay que expulsar a los “rojos” cuanto antes a la otra orilla del río. Sin embargo la resistencia republicana, por enésima vez, volverá a sorprender al general falangista. Los republicanos resisten, no solo por no perder la batalla en el Ebro, también por su propia existencia.

Documental España dividida. DMAX España

Por algunas parte del frente los soldados de Tagüeña cruzan los puentes para después volarlos. El trabajo de los ingenieros ha sido espectacular. A pesar de las repetidas crecidas del agua, como consecuencia de abrir las puertas de la presa, y de los constantes bombardeos aéreos, las pasarelas y los puentes han estado ahí, desde el primer día hasta último, reconstruidos una y otra vez. La de los puentes ha sido la única batalla que los republicanos han ganado a los franquistas en el Ebro. Ahora los soldados pasan por ellos derrotados, con cierta nostalgia de los primeros días de julio cuando, al cruzarlos, sorprendieron al enemigo.

En otras partes los republicanos contraatacan y se niegan a una retirada definitiva. En Camposines las dos fuerzas atacantes convergen en una maniobra para envolver a los precarios defensores. Es la cabeza de puente que aún conservan los republicanos. Pero la ofensiva coordinada de las tropas marroquíes de Yagüe asaltan las fortificaciones y matan a la guarnición.

El cruce del río

La población de Fatarella es ocupada y los soldados de Tagüeña son empujados al Ebro. Se preparan para cruzarlo. Todo está ya perdido. Son las últimas fuerzas que resisten. Hay deserciones y motines. El estrés de guerra aflora tras meses de lucha. Hay intentos para reconstruir la defensa pero algunos mandos se niegan. Los que se rebelan son sometidos a consejos de guerra. Es un acto muy doloroso ya que muchos de ellos han luchado con valor y entrega durante toda la batalla. Ahora son fusilados por sus propios compañeros. Su delito no ha sido la cobardía, sino la desesperación y el cansancio. Pero la ley militar no distingue esas sutilezas. No obedecer una orden es rebelión; y la rebelión se paga cara.

En la imagen, Azaña y Negrín visitan un frente republicano en las afueras de Barcelona acompañados por dos de las principales autoridades militares de la República: Vicente Rojo Lluch y José Miaja, en noviembre de 1937.

Todo el material se ha ido transportando por el río en los días de la retirada: municiones, provisiones, algunos tanques y artillería. Tagüeña organiza el paso por el Ebro. La niebla, abundante en esos días es un aliado para un paso ordenado, sin el hostigamiento enemigo. Cuenta también con el buen trabajo de los ingenieros que mantienen en perfectas condiciones los puentes por donde han de pasar.

La aviación republicana, en coordinación con las fuerzas de tierra, sale masivamente y bombardea las tropas de vanguardia franquistas, deteniendo su avance y dando más tiempo a los soldados de Tagüeña para cruzar. Cuando llega la noche las brigadas 11, 15 y 31 pasan por Flix, la 33 por Ascó. La 13 brigada le toca la engorrosa tarea de cubrir la retirada. Será la última en abandonar el margen derecho del Ebro. Hasta el último momento, y salvo casos excepcionales, se ha mantenido el orden. Mientras pasan el puente muchos llevan consigo el mismo pensamiento: la República no va a ganar la guerra.

Cuando el último hombre ha cruzado se da la orden y el puente revienta. La explosión corta en seco el silencio de la noche e ilumina por segundos el agua. Es el último acto de la batalla del Ebro.

Consecuencias de la batalla



Con el Ebro se fueron las esperanzas de una resistencia republicana. Había sido un duro golpe las noticias provenientes de Munich, donde vergonzosamente se ha dejado vía libre a Hitler para que invadiese otro país. Ahora la República se encuentra sin recursos ni medios para hacer frente en Cataluña al ejército enemigo. Los países europeos dan por hecha la victoria de Franco. Solo la Unión Soviética sigue suministrando armas, pero a la República se le agota la financiación. Los soldados más veteranos están enterrados en las tierras del Ebro y la resistencia en la previsible invasión de Cataluña se antoja difícil.

Franco, por su parte, es el auténtico vencedor. No solo porque ha conseguido ganarle la batalla a Rojo, sino que también ha consolidado su poder en la España que está venciendo. Ya no es discutido. Ahora tiene vía libre en una Cataluña que espera nerviosa su invasión. En el frente del Centro y en Levante se preparan para la derrota.

Sería muy prematuro afirmar con rotundidad que la derrota en la batalla del Ebro fue el final de la República. Negrín y el PCE siguen siendo partidarios de resistir, porque a pesar del triunfo de Hitler en Checoslovaquia, la guerra europea no la ven muy lejana. Y no les faltan razones. Sin embargo el contexto internacional en ese momento terminó sentenciando al régimen republicano.

Lo que siguió a la batalla que se libró en el Ebro ya es historia: la invasión de Cataluña, el golpe de estado del general Casado en Madrid y la rendición del ejército del Centro, la victoria franquista en la Guerra Civil, la invasión de Polonia por parte de Hitler y una guerra mundial que costó alrededor de 50 millones de víctimas. Y un dictador que, tras la victoria en España, permanecería en el poder durante 36 años.

Muertos y desaparecidos en la batalla

Los historiadores no se ponen de acuerdo a la hora de ofrecer unas cifras exactas, sobre todo por lo difícil que resulta darlas. Los republicanos llegaron a concentrar 90.000 soldados en el frente del Ebro, frente a los 80.000 franquistas. Las cifras rondan entre los 13.000 y los 21.000 muertos, aunque Anthony Beevor defiende que en el Ebro perecieron 30.000 soldados. A esto hay que sumar los heridos, entre los 40.000 y 60.000. En total, sumando fallecidos y heridos, algunas cifras giran en torno a las 100.000 bajas, que dan una idea de la magnitud de los enfrentamientos.

Monumento a los caídos en la Batalla del Ebro (Mequinenza)
Monumento a los caídos en la Batalla del Ebro (Mequinenza). Licencia

Discurso de Manuel Azaña

«Este fenómeno profundo, que se da en todas las guerras, me impide a mi hablar de España en el orden político y en el orden moral, porque es un profundo misterio, en este país de las sorpresas y de las reacciones inesperadas, lo que podrá resultar el día de mañana en que los españoles, en paz, se pongan a considerar lo que han hecho durante la guerra. Yo creo que si de esta acumulación de males ha de salir el mayor bien posible, será con ese espíritu, y desventurado el que no lo entienda así.

No tengo el optimismo de un panglosa ni voy a aplicar a este drama español la simplísima doctrina del adagio, de que «no hay mal que por bien no venga». No es verdad, no es verdad.

Pero es obligación moral, sobre todos los que padecen la guerra, cuando se acabe como nosotros queremos que se acabe, de sacar de la lección y de la musa del escarmiento el mayor bien posible, y cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a otras generaciones, que se acordarán, si alguna vez sienten que le hierve la sangre iracunda y otra vez el genio español vuelve a enfurecerse con la intolerancia y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que escuchen su lección: la de esos hombres, que han caído embravecidos en la batalla luchando magnánimamente por un ideal grandioso y que ahora, abrigados en la tierra materna ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: Paz, Piedad y Perdón.»

Extracto del famoso discurso de Manuel Azaña pronunciado el 18 de julio de 1938 en el ayuntamiento de Barcelona

Libros sobre la batalla del Ebro



Oferta La batalla del Ebro
Terra Alta: Premio Planeta 2019
Oferta De Madrid al Ebro: Las grandes batallas de la guerra civil española (Historia)
Oferta El Ebro en llamas (Historia)
Oferta La batalla del Ebro
Oferta La batalla del Ebro: 1 (Contrastes)
Oferta La Guerra Civil española en 50 lugares: 19 (Viajar)
La batalla del Ebro

Canciones de la batalla del Ebro



Si me quieres escribir carlosgardel70
Ay Carmela. El paso del Ebro. modern.comrade
Cálzame las alpargatas. Himno carlista. Ex Cathedra
Novio de la muerte. Himno de la Legión. Various Artists – Topic

Fotos de la batalla



Pincha en las imágenes para verlas en tamaño real:

Pueblos de la batalla del Ebro

¿Dónde fue la batalla del Ebro? El teatro de operaciones se insertó en Tarragona, más concretamente en la Comarca de las Tierras Altas. Estas tierras obligan al río Ebro a dar una enorme curva en su imparable camino hacia el Mediterráneo. Es ahí donde perdieron la vida miles de combatientes, dejando una huella imborrable que aún hoy perdura. Pero la lucha también se adentró por Zaragoza (Aragón), en la región de Mequinenza.

Para las personas que comenzaron a vivir en la zona después de la batalla supuso un verdadero trauma. Más del 70 % de las edificaciones de los pueblos afectados fueron destruidas y se perdieron dos años de cosecha. A estos dos factores hay que sumarle el contexto de precariedad de la posguerra, lo que vino a complicar aún más las cosas.

Cuando los hombres y mujeres volvieron a sus pueblos, vieron con angustia que estaban destruidos. Sus casas eran un montón de escombros y el futuro no existía. Sin olvidar que la región sufrió por ambos bando una dura represión.

Pueblos como Corbera del Ebro se reconstruyeron en su totalidad en otro emplazamiento. Pero otros pueblos también se vieron muy afectados como Mequinenza, Fayón, Batea, Vilalba de Arcs, Fatarella, Gandesa y Pinell de Brai; sin olvidar los duros combates que se produjeron en las sierras de Pànsols y Cavall, donde los constantes bombardeos destruyeron toda la vegetación.

Corbera del Ebro. Memoria de un pueblo. Infinity Investigación y Divulgación

Museos de la batalla del Ebro

  1. Museo de la batalla del Ebro en Fayón
  2. Consorcio memorial de los espacios de la batalla del Ebro
  3. Corbera D’Ebre
  4. Pinell de Brai
  5. Recreaciones de la batalla

Bibliografía

Jorge M. Reverte (2003). La batalla del Ebro. Planeta DeAgostini

Besolí, A (2006). La batalla del Ebro. Barcelona: RBA

Thomas, Hugh (1976). Historia de la Guerra Civil Española. Círculo de Lectores

Baquer, M. A (2015). El Ebro. La batalla decisiva de los cien días. La Esfera

Summary
La batalla del Ebro
Article Name
La batalla del Ebro
Description
La batalla del Ebro fue una de las más sangrientas de la Guerra Civil Española. Ambos bandos se jugaron su destino mientras libraban otra batalla paralela por ganarse la opinión pública internacional. La historia del Ebro es nuestra historia, y la mejor manera de honrar a todos los que cayeron víctimas de la guerra es conociendo lo que allí ocurrió. Una lección que siempre debemos recordar en los futuros conflictos que se avecinen
Author
Publisher Name
Deguerra

Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para recopilar información que ayude a optimizar tu visita. No se utilizarán las cookies para recoger información de carácter personal. Puedes aceptar o rechazar su uso siempre que lo desees. Encontrarás más información en nuestra política de cookies Política de cookies

Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar