La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) ha pasado a ser el conflicto más devastador que hasta el momento ha sufrido la humanidad. En este artículo tan completo entenderás la verdadera dimensión de esta guerra a escala global, los millones de personas que murieron o desaparecieron, las miles de ciudades devastadas, el intento de exterminio de la raza judía, la tecnología creada para aniquilar al adversario y mucho más. Al ser un conflicto tan enorme, se desarrollaron acontecimientos bélicos importantes, como el mayor desembarco anfibio de la historia, el primer bombardeo atómico de la humanidad o la mayor batalla de tanques jamás vista. También se analizarán las batallas más decisivas que cambiaron el rumbo de un mundo sumergido en una guerra a escala global. Quédate con nosotros porque va a merecer la pena. ¿Comenzamos?
Índice del artículo
LAS BATALLAS MÁS DECISIVAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Antes de entrar en materia, te mostramos otros artículos interesantes y completísimos sobre este apasionante conflicto mundial. ¡A disfrutar!
LA BATALLA DE KURSK: el mayor choque de tanques de la historia
OPERACIÓN BARBARROJA: la invasión de Rusia por Hitler durante la Segunda Guerra Mundial
La Batalla de Stalingrado
Curiosidades de la Segunda Guerra Mundial
Hiroshima y Nagasaki: historia de la bomba atómica
El desembarco de Normandía
¿QUÉ FUE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL?
El mundo que habitamos hoy en día no puede entenderse si no echamos la vista hacia atrás y comprendemos lo que sucedió en el conflicto más dramático y destructivo que ha tenido la humanidad: la Segunda Guerra Mundial.
Fue heredera de su predecesora, la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, Esta guerra fue novedosa por numerosos motivos: un desarrollo tecnológico que implicó una capacidad destructiva nunca antes vista, las enormes pérdidas humanas y materiales y el planeta entero como escenario de lucha.
Es lógico pensar que un conflicto de estas características tuviera unas consecuencias que han llegado hasta nuestros días. Esta Guerra Mundial sigue inspirando libros y películas, y es una fuente inagotable de estudios que, cada vez más, nos aclaran lo que ocurrió en este apasionante periodo de la historia. Quédate en este artículo y descubre todos los acontecimientos y curiosidades que se desarrollaron paralelos al conflicto.
¿Cuánto duró el conflicto?
La Segunda Guerra Mundial dio comienzo oficialmente el 1 de septiembre de 1939 con la invasión de Polonia por parte de la Alemania nazi de Hitler, y finalizó el 2 de septiembre de 1945 con la rendición de Japón a Estados Unidos. Previamente, la guerra finalizó en Europa con la rendición alemana el 7 de mayo de 1945. En total, el conflicto duró 6 años y 1 día que cambiaron al mundo para siempre.
Resumen rápido
La Segunda Guerra Mundial fue el “conflicto total” más devastador que el ser humano haya vivido. Se luchó en todas las partes del planeta (Europa, norte de África, Asia oriental y el Pacífico), implicó a más de 20 países y afectó a muchos más. Por primera vez, las víctimas civiles fueron más numerosas que las militares. Reconfiguró el orden mundial, inauguró el desarrollo de armas de destrucción masiva y cambió la mentalidad de muchas sociedades. Las consecuencias del conflicto llegan hasta nuestros días.
Los historiadores suelen distinguir 3 fases en la Segunda Guerra Mundial:
- Una primera fase denominada “guerra relámpago” (1939-1941) que corresponde a los primeros momentos del conflicto (1939-1941) y que se caracterizó por la supremacía de los países del Eje y sus triunfos en el campo de batalla. Alemania conquista toda Europa occidental pero no puede doblegar a Gran Bretaña.
- Un periodo denominado “guerra total” (1941-1943) en el cual el conflicto se hace mundial con la entrada en guerra de Estados Unidos y Japón. Coincide además con la invasión alemana de la URSS. En este periodo la lucha toma mayor intensidad y se vuelve más cruenta, sobre todo en el frente ruso.
- Y una última fase en la que se produce “la derrota de los países del Eje” (1944-1945), donde los Aliados toman la iniciativa y consiguen derrotar a Alemania y Japón.
Combatientes: Potencias del Eje vs Aliados
Potencias del Eje:
En un bando lucharon las que se llamaron Potencias del Eje: Alemania, Italia y Japón. Si bien es verdad que Japón luchó por su propia cuenta en el escenario del Pacífico, Alemania e Italia lo hicieron en Europa. Hungría. Rumanía y Bulgaria actuaron como socios y aliados del Eje, así como Finlandia, que ayudó a los alemanes en la invasión de la URSS y en el asedio a Leningrado.
Aliados:
En el Bando Aliado lucharon la Unión Soviética, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá, como potencias principales, sin olvidarnos de los países pertenecientes a la Commonwealth inglesa. Canadá participó activamente en el desembarco de Normandía y en el posterior avance por Europa; Estados Unidos, por su parte, no entraría en el conflicto hasta diciembre de 1942, con el ataque a Pearl Harbor. Francia se rendiría en 1940 con la invasión alemana de su territorio, pero las fuerzas libres comandadas por el general Charles de Gaulle continuarían la lucha.
CAUSAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL: EL NUEVO MAPA EUROPEO
Son muchas y muy complejas las situaciones que se han ido produciendo para que al final estallase el conflicto más devastador que jamás ha tenido la humanidad. Algunas causas son más importantes que otras, pero todas han tenido su incidencia, aportando su granito de arena al estallido final. En un momento en el que el continente se está lamiendo las heridas de la Primera Guerra Mundial, el horizonte ya se está atisbando otra aún mayor.
El Tratado de Versalles
Las condiciones pactadas por los vencedores de la Gran Guerra en Versalles en 1919 iban destinadas a lograr una paz duradera y estable en Europa. Sin embargo, los efectos que provocaron quedaron muy lejos de las expectativas que se pretendían. Alemania las siente y sufre como una simple venganza.
Alemania quedó mutilada, perdiendo Alsacia, Lorena (anexionada por Bismarck en la guerra franco-prusiana de 1870), el Sarre, Posnania, parte de Prusia oriental y Silesia. Pierde sus colonias en África y Oceanía, que pasan en su mayor parte al Imperio británico. La flota de guerra alemana también se le cede a Gran Bretaña y es obligada a pagar una indemnización de guerra a Francia por la ocupación de su territorio. Con estas medias estaba claro que Alemania era la culpable del conflicto.
Pero Alemania no es el único país descontento tras la guerra. Italia, que a pesar de obtener Trieste, Istria, el Trentino, el Alto Adigio y varias islas de Dalmacia del Imperio Austro-Húngaro, no está conforme con las escasas adquisiciones territoriales. Este factor lo aprovechará hábilmente el fascismo en su propaganda para el ascenso del dictador Mussolini.
El surgimiento de la URSS
Tras la salida de la Gran Guerra con el Tratado de Brest-Litovsk, y su posterior guerra civil, en 1922 Rusia se ha convertido en la Unión Soviética. Nicolás II, el último Zar, es asesinado y la dinastía Romanov llega a su fin. Muerto Lenin, Stalin dirige el país con mano de hierro, exiliando a su gran rival: Trosky. La URSS comienza a ser aislada por las potencias europeas que la ven como una amenaza. Muy pronto surgirán las veleidades expansionistas del gigante rojo que alterarán los equilibrios organizados tras la guerra.
La República de Weimar
En el periodo de entreguerras, la frágil democracia de la República de Weimar, instaurada tras la derrota alemana, se ve constantemente amenazada por las deudas contraídas con los vencedores y con las diferentes huelgas y revueltas tanto de partidos obreros como de extrema derecha.
Aún así Alemania intenta la normalización política con el resto de naciones europeas. En 1925 se firma el Pacto de Locarno donde se compromete a prescindir del uso de las armas en los conflictos con los demás estados. Pero Francia sigue empeñada en bloquear una y otra vez el desarrollo económico y militar de su vecino.
Mussolini y el ascenso del fascismo
El Tratado de Versalles es la punta de lanza de la propaganda fascista de Mussolini que, aprovechando el enrarecido ambiente político y social italiano, da un golpe de mano y se hace con el poder. Como ocurre en otros países, los viejos partidos políticos son incapaces de encauzar la situación que se ha creado. El movimiento fascista de Mussolini mezcla hábilmente un ferviente entusiasmo nacionalista con muchas de las reivindicaciones tradicionales de la izquierda.
Creó las milicias anticomunistas (Fasci italiani di combattimento) formadas por excombatientes de la Primera Guerra Mundial que fueron creciendo espectacularmente durante los años de posguerra. El movimiento fascista se extendió por todo el país y en 1921 se fundó el Partido Nacional Fascista. Tras no conseguir ganar las elecciones en ese mismo año, los camisas negras de Benito Mussolini organizan una marcha sobre Roma en 1922 que terminó triunfando gracias a la neutralidad del ejército y a las simpatías que el movimiento despertaba entre los empresarios.
De esta manera el rey Victor Manuel III le ofreció el Gobierno. El nuevo Duce es nombrado primer ministro y crea el Gran Consejo Fascista. Inmediatamente comienza la persecución de socialistas, comunistas y sindicalistas. Se suprime la libertad de prensa y de huelga. Italia se encaminaba con paso firme hacia una dictadura totalitaria.
La crisis del 29 y la Gran Depresión de los años 30
El Crack de 1929 trastocó todas las buenas intenciones y todos los planes de normalizar la situación en Europa. Los sistemas parlamentarios europeos sufren las consecuencias de la crisis que se origina en Estados Unidos. Pero sobre todo es Alemania quien más las padece.
Los préstamos estadounidenses al Gobierno de Weimar para pagar las reparaciones de guerra se ven afectados tras la quiebra de muchos bancos de Wall Street. Los países vencederos de la Gran Guerra confían en relanzar sus economías basándose en las reparaciones de guerra que les debe Alemania.
La crisis económica mundial, consecuencia del derrumbe de la bolsa de Wall Street, provoca la caída del comercio global y un aumento del desempleo en Alemania. 6 millones de alemanes están en el paro y el país sumido en continuas huelgas y revueltas.
Hitler y el ascenso del nazismo en Alemania
La depresión económica provoca las dudas sobre el capitalismo liberal hasta el momento predominante en las grandes democracias parlamentarias. Los nacionalismos aprovechan la situación para ahondar más en las crisis ideológica y de valores que se está creando.
A la inestabilidad económica en Alemania se le suma la inestabilidad política. Grupos de paramilitares y de revolucionarios se enfrentan en las calles. En el inicio de los años 30, el nazismo va aglutinando a todos esos grupos reaccionarios descontentos que se unificaron bajo el liderazgo de hasta el momento un desconocido Adolf Hitler. Intentan hacerse con el poder en el Putsch de Múnich, pero fracasó. El partido nazi fue ilegalizado y Hitler acabó en la cárcel donde escribió el Mein Kampf (Mi lucha), la biblia del nazismo.
El punto álgido se produce con la llegada al poder de Hitler. El Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán había tenido unos resultados buenos en las elecciones de 1930 pero insuficientes para poder gobernar. En 1932, el partido se volvió a presentar obteniendo el 33 % de los votos. Ante el miedo de una revolución comunista en Alemania, muchos partidos políticos conservadores se acercaron a los nazis. En 1933, Hindenburg nombra a Hitler canciller gracias a una coalición con los partidos nacionalistas conservadores.
Con el incendio del Reichstag en febrero de 1933, Hitler tiene la excusa perfecta. Echa la culpa a los comunistas, los ilegaliza y declara el estado de excepción. Se presenta de nuevo a las elecciones en marzo de 1933 donde obtiene el 43 % de los votos. En coalición con un partido conservador, los nazis obtienen la mayoría absoluta y proceden a instaurar la dictadura. En la noche de los cuchillos largos (1934) se escenifica la represión contra opositores y judíos. Es el comienzo de años muy negros para Alemania y Europa.
Las tensiones vuelven al viejo continente
Con Hitler, Mussolini y Stalin, Alemania, Italia y la Unión Soviética comienzan una política exterior agresiva que culminará con la guerra. Los países liberales europeos, que siguen inmersos en la crisis económica, se ven cada vez más impotentes ante las demandas de Alemania e Italia. Hitler busca en todo momento expandir las fronteras y terminar de una vez por todas con las condiciones humillantes del Tratado de Versalles. Por su parte, Mussolini quiere llevar a su nación a los tiempos de gloria del pasado con un fervor nacionalista que no se corresponde con la precaria capacidad militar de su ejército. El colonialismo italiano busca expandirse por Somalia, Eritrea, Libia, Abisinia y Albania, ignorando las quejas de la Sociedad de Naciones.
Una vez más las tensiones vuelven a Europa. Francia construye la línea Maginot en la frontera con Alemania mientras Gran Bretaña observa con preocupación el rearme del ejército que está llevando a cabo Hitler.
La agresividad expansionista japonesa
Surgen nuevas potencias imperialistas en otros rincones del mundo. Durante el siglo XIX Japón se fue militarizando progresivamente bajo la tutela del emperador. Su política exterior fue cada vez más agresiva y puso sus intenciones en el inmenso país chino. En 1894 se inició la Primera Guerra Chino-japonesa donde los nipones se hicieron con la isla de Taiwán. Después el país se vería inmerso en un conflicto de intereses con Rusia por la región de Manchuria. En 1904 propinó una seria derrota a la marina rusa en la Guerra Ruso-Japonesa de 1905. Fue un gran triunfo que sumó la península de Liao-dong a los territorios nipones.
Pero sus ansias expansionistas no quedaron aquí. La dictadura japonesa estima esencial controlar los mercados asiáticos para extender su influencia y desarrollar su economía. En 1931 el ejército japonés ataca Manchuria donde crea el estado títere de Manchukuo. Más tarde vendría la Segunda Guerra Chino-japonesa y la ocupación de Pekín, Shangai, Cantón y Nanking. Esto le lleva a convertirse en el actor principal en el Pacífico y al progresivo conflicto con los Estados Unidos que ven con preocupación la expansión del país del sol naciente.
La política exterior germana
Hitler lleva a cabo una serie de pasos que conducirán inevitablemente a la guerra. En 1933 Alemania abandona la Sociedad de Naciones y comienza un rearme con la intención clara de buscar, en un futuro, la guerra. Los nazis quieren recuperar los territorios de Prusia perdidos en la Gran Guerra, sobre todo la Ciudad libre de Dánzig y el Corredor polaco.
En marzo de 1936 tropas alemanas ocupan Renania, y en 1938 Hitler anexiona Austria, un viejo deseo que ha logrado alcanzar. Francia y Gran Bretaña, preocupadas por sus problemas internos, ceden una y otra vez a las pretensiones del nazismo. Se celebra la Conferencia de Múnich donde las potencias europeas encabezadas por británicos y franceses buscan una solución definitiva a los deseos expansionistas alemanes en Checoslovaquia. Alemania quiere la región de los Sudetes, con una población mayoritaria de habla alemana. La política de apaciguamiento del primer ministro inglés Neville Chamberlain acordó ceder la región a los nazis a cambio de que Alemania se comprometiese a no reclamar ningún territorio más.
Checoslovaquia es abandonada a su suerte. El ejército alemán entra en la región de los Sudetes y, además, conquista el país entero. Sin embargo, Checoslovaquia será el último acto de agresión que permitan Francia e Inglaterra. A pesar de la voluntad de estos países de no entrar en la guerra, consideran que las pretensiones del nazismo han ido demasiado lejos. La invasión de Polonia terminará con la paciencia de franceses e ingleses y con la paz en Europa.
La guerra civil española
En julio de 1936, España entra de lleno en una guerra civil que durará tres años. En este momento el país se convierte en el foco de todas las miradas en Europa. La sublevación militar dirigida por Francisco Franco lucha contra un Gobierno republicano minado por sus conflictos internos.
Inmediatamente, Alemania e Italia prestan su ayuda al bando militar sublevado. Los alemanes aprovechan la guerra civil española para probar su armamento militar en acciones de guerra reales. En Guernica los alemanes analizan el impacto que los bombardeos pueden provocar en la población civil. Por su parte, Mussolini aprovecha para foguear a sus tropas en el campo de batalla. Los continuos desastres italianos en España hacen evidente la escasa preparación de su ejército, tal y como se demostrará en la Segunda Guerra Mundial.
La República recibe una vital ayuda de la Unión Soviética. Stalin prueba los nuevos tanques que sus fábricas están construyendo. El material de guerra soviético se torna vital para salvar Madrid de la conquista sublevada y de continuar la guerra. Si bien es verdad que en un primer momento el Gobierno socialista francés de Léon Blum se decide resueltamente a prestar ayuda a la República, con el paso del tiempo las intenciones se van enfriando. Inglaterra y Francia se refugian en el Comité de No Intervención y abandonan a su suerte al Gobierno republicano. Hitler y Mussolini siguen prestando una ayuda determinante para la victoria final de Franco, violando el Pacto De No Intervención.
La República lanza su última ofensiva en la batalla del Ebro mientras espera que el panorama internacional le sea favorable. Pero está siendo abandonada por las potencia europeas que no quieren provocar a Hitler. En España se produce la primera batalla de la Segunda Guerra Mundial, y Francia y Gran Bretaña prosiguen con su política de apaciguamiento que demostrará ser un auténtico fracaso.
¿CÓMO SE INICIÓ?
La invasión de Polonia
A las 4.45 horas del 1 de septiembre de 1939, la humanidad ya no volvería a ser la misma. Las tropas alemanas cruzan la frontera polaca en un avance fulgurante. A su vez la Luftwaffe destruye a la aviación polaca. Se está plasmando con éxito la blitzkrieg, guerra relámpago, que está dando unos resultados extraordinarios.
La capacidad combativa polaca queda totalmente anulada en unas pocas semanas. Contra los 2000 aviones, 55 divisiones y otras 15 de reserva, 6 divisiones Panzer y 10 de infantería motorizada de la Wehrmacht, el ejército polaco solo tienen 30 divisiones de infantería, 11 brigadas de caballería, una de carros y 600 aviones anticuados.
Los polacos intentan un contraataque produciéndose la batalla de Bzura, con pocos resultados. El 17 de septiembre, los alemanes se hacen con el pasillo de Danzing, dejando a Polonia sin salida al mar. Se capturan a más de 100 000 prisioneros que caen en manos alemanas. Este mismo día Varsovia es cercada, capitulando tras 10 días de ataques y bombardeos.
El Pacto Germano-Soviético y la invasión del Ejército Rojo
Antes del inicio de las hostilidades, soviéticos y alemanes pactaron repartirse Polonia en el Pacto Germano-Soviético. En cumplimiento de la cláusula secreta del pacto, la URSS invade Polonia por su parte oriental. Esto impide que los soldados polacos puedan retirarse al verse atrapados entre dos ejércitos.
Los hechos consuman la tragedia y el país se rinde. En virtud del Pacto de Berlín, los rusos invaden Lituania, Letonia y Estonia. Polonia es repartida entre las dos potencias: la región occidental, más rica y poblada, para los alemanes; la zona oriental para la Unión Soviética. La parte central del país es declarada un Gobierno General, pero en la práctica estaba incorporada al Tercer Reich.
Declaración de guerra de Gran Bretaña y Francia
Dos días después de que los soldados alemanes cruzaran la frontera polaca, Francia y Gran Bretaña declaran la guerra a Alemania. Pero la intención de los Aliados no pasó de ahí. Polonia fue abandonada a su suerte mientras los franceses preparaban una lenta movilización de sus tropas. Posteriormente llevaron a cabo una ofensiva en el Sarre que solo vino a ser un aviso más que un verdadero ataque. Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Sudáfrica también declararon la guerra a Alemania.
La blitzkrieg o guerra relámpago
Blitzkrieg en alemán significa “guerra relámpago”, término que los historiadores se lo atribuyen a Hitler y que fue empleada por primera vez durante la campaña de Polonia.
La guerra relámpago consiste en una operación militar rápida en la que se concentran las fuerzas que siguen una estrategia basada en la rápida sucesión de pequeñas campañas. El objetivo no es eliminar al enemigo, sino otro mucho más prosaico: desmoralizarlo o rodearlo, obligándolo a rendirse. En Polonia provocó unos efectos devastadores para su ejército, rindiendo el país en solo unas cuantas semanas.
DESARROLLO DE LA GUERRA
Inmediatamente después de terminar la invasión polaca, la Wehrmacht envía sus fuerzas a proteger la línea Sigfrido en la frontera con Francia. Stalin ofrece a su aliado nazi cubrirle la retaguardia y continuar suministrándole las materias primas que necesite.
Hitler, sin embargo, está dispuesto a hacer la paz con los Aliados, pero en frente se encuentra con la negativa británica. Los ingleses no tienen prisa, piensan que el bloqueo a Alemania, junto con los bombardeos, terminarán con su capacidad combativa. Pero Hitler no estaba dispuesto a repetir una guerra de posiciones y bloqueos tal y como ocurrió en la Primera Guerra Mundial. Había que actuar y rápido.
La Guerra de Invierno
Las clausulas secretas de su pacto con Alemania permiten también a la Unión Soviética invadir Finlandia, que seguía en la mira de Stalin tras conseguir su independencia durante la guerra civil rusa.
El 30 de noviembre de 1939 se inicia la guerra ruso-finlandesa con la orden de Stalin a sus tropas de invadir territorio fronterizo. 800 000 mil soldados soviéticos se abalanzaron contra apenas 150 000 finlandeses. La patente desproporción de fuerzas no afectó al devenir de la guerra. La resistencia finlandesa puso en jaque un ataque que Stalin preveía que fuera un paseo. Los combates en las estepas nevadas se convierten en una auténtica trampa para un mal preparado Ejército Rojo. Tras unas terribles pérdidas, los soviéticos consiguen sus objetivos. El 12 de marzo de 1940, Finlandia se rinde y cede la región de la Carelia y territorios cerca de Leningrado, poco antes de que la ayuda prometida por Francia y Gran Bretaña se materializase.
¿Por qué nadie ataca?
Los planes de Hitler pasaban por invadir Francia lo antes posible y, tras su ocupación, obligar a los ingleses a firmar la paz con ellos, pues ya tenía en mente la invasión a Rusia, uno de los objetivos primordiales.
Tras los sucedido en Polonia, la guerra en Europa se ha parado, pero el tiempo sigue corriendo. En la memoria de todos está el recuerdo del desastre que significó la Gran Guerra, y el Alto Mando alemán está de acuerdo en actuar con rapidez porque el tiempo no corre a su favor.
Los Aliados piensan que no iniciar hostilidades contra Alemania les beneficia. Creían que su economía se ahogaría pronto con el bloqueo naval y se comete el error (sobre todo en Francia) de organizar planes meramente defensivos. Mientras tanto los ingleses preparan el Cuerpo Expedicionario que será enviado al país galo.
Drôle de guerre
Los franceses llamaron a este periodo de impás la drôle de guerre (la extraña guerra). El ejército galo confía en su línea defensiva Maginot, que recorría toda la frontera con Alemania. Seguían anclados en la mentalidad heredada de la Primera Guerra Mundial, pero la nueva estrategia militar iba por otro camino.
Resultó ser ineficaz en la invasión alemana de Francia. Licencia
Los franceses siguen cometiendo los mismos errores del pasado. Tras la Línea Maginot, y confiando en que Alemania no violaría las fronteras belga y holandesa, se sienten seguros.
La guerra relámpago no se podría desplegar a lo largo de la frontera francesa y el Alto Mando alemán comienza a buscar alternativas por Bélgica en un movimiento rápido que permita rodear al enemigo.
LA OCUPACIÓN DE FRANCIA
Lo que sucederá en este nuevo periodo que se ha abierto en la guerra configurará el nuevo mapa de Europa. Hitler está decidido a actuar rápidamente mientras sus contrincantes cometen el error estratégico de seguir a la defensiva.
Con una serie de operaciones relámpago el nazismo va adquiriendo más territorio y poder. Las potencias europeas se ven incapaces de frenar la amenaza que se cierne sobre ellas. Comienza uno de los capítulos más dramáticos de la Europa contemporánea.
Operación Weserübung, la invasión de Dinamarca y Noruega
El 9 de abril de 1940 los alemanes dan un nuevo golpe de efecto. Su ejército ocupa Dinamarca, que en un solo día se rinde fácilmente ante la amenaza de bombardear Copenhague. Rápidamente se convierte en un protectorado que durará toda la guerra.
La Wehrmacht se dirige ahora hacia Noruega donde franceses e ingleses han desembarcado para defender, junto a los noruegos, el país. Los Aliados obstaculizan el avance germano hasta mediados de mayo. El 3 de mayo cae Oslo, pero la resistencia prosigue hasta la derrota francesa el 8 de junio. El Gobierno noruego se exilia a Londres y se instaura un “comisariado Civil del Reich para Noruega”, que en la práctica es un gobierno títere.
Sin embargo, en el mar no les está yendo tan bien a los alemanes que pierden 10 destructores a causa del fuego de la marina británica en la batalla de Narvik. Aún así, Noruega se convertirá durante toda la guerra en una base naval alemana para el ataque a los convoyes árticos Aliados cargados con suministros y armamento que se dirigen a la Unión Soviética.
Winston Churchill
Los acontecimientos en Gran Bretaña se precipitan. El fracaso en Noruega provoca la dimisión del primer ministro Chamberlain, sustituido el 10 de mayo por Winston Churchill. Este político conservador será una figura clave en los años duros que quedan por venir y conducirá a su país con gran determinación ante la Alemania nazi.
El 13 de mayo, solo 3 días después de la agresión alemana a Francia, Churchill da un discurso histórico en la Cámara de los Comunes dirigiéndose a los que defienden una paz negociada con el Tercer Reich:
“No tengo otra cosa que ofreceros, solo sangre, sudor, fatiga y lágrimas. Me preguntáis: ¿cuál es nuestra política? Yo os respondo: batirnos por tierra, mar y aire con todas nuestras fuerzas y el espíritu guerrero que Dios pueda infundirnos. ¿Cuáles son nuestros objetivos?, me preguntáis. Puedo responderos con una sola palabra: victoria, victoria a toda costa, victoria a pesar del terror, por largo y duro que pueda ser el camino”
La invasión de Bélgica y Paises Bajos
Hitler da la autorización y unidades aerotransportadas aterrizan en Holanda y Bélgica. El 10 de mayo de 1940 comienza la campaña de Francia.
El 11 de mayo se conquista el fuerte inexpugnable belga de Eben-Emael y un día más tarde llegan hasta el Mosa. El Ejército galo y el Cuerpo Expedicionario inglés acuden rápidamente para unirse con los belgas pero ya es demasiado tarde. La capital, Lieja, cae irremediablemente. La tenaza alemana se está haciendo realidad.
Al mismo tiempo Países Bajos capitula ante el avance arrollador de los ejércitos de Hitler. La reina Guillermina y su Gobierno parten hacia Londres, observando impotentes el bombardeo de Rotterdam que causa miles de muertos.
Las fuerzas acorazadas alemanas siguen su avance por Bélgica y Luxemburgo alcanzando los bosques de las Ardenas y Sedán. Los aliados ingleses y franceses se ven sorprendidos y se repliegan.
Operación Golpe de Hoz
El plan para la invasión alemana de Francia se desarrolla bajo las directrices que se dan a tres grupos de ejército alemanes:
Grupo de Ejércitos B (29 divisiones de infantería al mando del general von Bocke): atacaría Bélgica y el sur de Países Bajos presionando a los Aliados hacia el este para luego rodearlos desde el norte.
Grupo de Ejércitos C (19 divisiones de infantería al mando del general von Leeb): se le encarga la tarea de atacar la línea Maginot.
Grupo de Ejércitos A (45 divisiones de infantería bajo las órdenes de Gerd von Rundstedt): avanza desde el centro del frente a través del bosque de las Ardenas, para luego girar hacia el norte y continuar a lo largo del Somme hasta el Canal de la Mancha.
Frente a los 2 750 000 alemanes, los Aliados anteponen a 2 900 000 de sus soldados. Los ataques en Países Bajos y Bélgica distraen la atención de franceses e ingleses de la operación principal: la ofensiva del Grupo de Ejército A por las Ardenas encabezado por el Panzergruppe von Kleist.
El hundimiento de Francia
La operación Golpe de Hoz está resultando un verdadero éxito. La guerra relámpago desplegada por los ejércitos de Hitler, su coordinación tierra-aire y la potencia de las divisiones acorazadas consiguen una victoria sobre las lentas divisiones francesas.
Los Aliados se repliegan cada vez más y el avance es imparable. Francia se desmoraliza y lleva a cabo contraataques desesperados que no surten efecto. Las fuerzas enemigas ya han penetrado en suelo francés, y lo peor de la situación es que galos y británicos son incapaces de coordinarse para llevar a cabo una ofensiva.
El fantasma de la Primera Guerra Mundial se vuelve a escenificar para los franceses, pero esta vez los alemanes no pueden ser frenados.
Dunkerque y la Operación Dinamo
Ingleses y franceses son separados de las restantes fuerzas del frente y rodeados. Churchill hace un llamamiento a todos los destructores, pesqueros, embarcaciones deportivas, barcos fluviales y todos aquellos que tengan algo para desplazarse por el mar para que acudan a las costas francesas. Comienza entonces la Operación Dinamo para salvar las tropas en Francia. Es prioritario evacuar a los más de 340 000 soldados atrapados en Dunkerque esenciales para continuar la lucha más adelante.
A pesar de los ataques continuos de la Luftwaffe, la evacuación es un éxito: 300 000 soldados son trasladados a través del Canal de la Mancha hacia Gran Bretaña, a pesar de que tienen que abandonar toda la artillería, tanques y demás vehículos que pasan a manos alemanas.
La derrota
Desmoralizados y desorganizados, los franceses hacen un último intento organizando una línea defensiva en el Somme. El 9 de junio es arrollada por los alemanes que ponen al país galo de rodillas. Un día después los soldados cruzan el Sena y el 12, ante la amenaza de bombardeo, los franceses declaran París ciudad abierta.
Los soldados del Tercer Reich desfilando por los Campos Elíseos es una imagen que queda gravada para la historia y que los franceses nunca olvidarán. Los ejércitos de Hitler siguen su penetración por el país y las divisiones entre franceses e ingleses sobre qué hacer se recrudecen.
Churchill insta al primer ministro francés a que siga resistiendo a toda costa, pero Reynaud dimite. Toma el cargo del gobierno el héroe de Verdún, el mariscal Henri-Philippe Pétain, que pide a Hitler el armisticio.
El armisticio de Compiègne
El 22 de junio de 1940, en el mismo vagón donde Alemania firmó la rendición de la Primera Guerra Mundial, los franceses se sientan para firmar ahora ellos las durísimas condiciones que Hitler les impone. Tres quintas partes del país quedan directamente bajo administración alemana, el resto está en poder del Gobierno títere de Vichy, cuya presidencia la ostenta Pétain. Además, Francia se verá obligada a sufragar todos los gastos de la ocupación, su marina de guerra desmontada y las colonias quedan a merced del Gobierno de Vichy de acuerdo a las directrices alemanas.
Mussolini va a la guerra
El Duce aprovecha la situación que se ha creado en Europa con la derrota francesa y declara la guerra a Gran Bretaña y Francia. Sin embargo, Italia no está en condiciones de entrar en ningún conflicto. Su ejército no está preparado para lo que se le viene en cima, aún así la dictadura fascista confía en que la guerra sea corta.
El 10 de junio de 1940, Italia entra oficialmente en la Segunda Guerra Mundial. Ese mismo día aviones italianos bombardean la base naval inglesa en Malta. Con su vecino derrotado, se apodera de una franja de territorio al otro lado de los Alpes. La cúpula fascista cree que podrá llevar a cabo una guerra paralela a la que está llevando Alemania.
LA BATALLA DE INGLATERRA
Con Francia derrotada, el siguiente objetivo es Gran Bretaña, que tiene una particularidad que condicionará los siguientes acontecimientos: es una isla. La guerra relámpago, que tan buenos resultados le había dado a Alemania, aquí no se podría llevar a cabo hasta que no se derrotase a la aviación enemiga, para luego organizar un desembarco.
La estrategia de Göring es la aniquilación total de la RAF (Royal Air Force) y bombardeos estratégicos a poblaciones e industrias inglesas. Con la fuerza aérea destruida se llevaría a cabo la invasión de las islas británicas en la denominada Operación León Marino
Aviones: Raf vs Luftwaffe
La Luftwafe dispone de los Junkers Ju 87 “Stuka”, excelentes bombarderos, el Junkers Ju 88, bombardero bimotor, el Messerschmitt Bf-109, monomotor muy manejable, el Messerschmitt Bf-110, el Heinkel He-111 y el Dornier Do-17.
Frente al poderío de la fuerza aérea nazi, la RAF tiene el Spitfire, el mejor caza inglés de la Segunda Guerra Mundial y el Hurricane Mk I.
Al comienzo de la batalla los alemanes tienen una clara superioridad aérea, pero conforme avanzan los enfrentamientos esa superioridad vas disminuyendo.
Los bombardeos sobre Inglaterra
La batalla por la supervivencia inglesa comienza el 13 de agosto en la que sus cielos son testigos mudos de los duros enfrentamientos. La Luftwaffe bombardea día y noche ciudades (Londres, Liverpool, Manchester, Coventry, Birmingham, Bristol, etc.), bases aéreas, fábricas, estaciones de radar y todo complejo o estructura militar.
El 15 de septiembre los ingleses dan un golpe de efecto: la mayor formación de bombarderos alemanes que se dirigían hacia Londres es derrotada. El balance está siendo negativo para Hitler: de julio a octubre de 1940 la RAF había perdido 700, aviones mientras que la Luftwaffe 1700. Esto hace patente que el dominio de los cielos no ha sido arrebatado a los ingleses y que la Operación León Marino (nombre en clave de la invasión terrestre de Gran Bretaña) se tendría que posponer.
El fracaso estriba en la obsesiva determinación de atacar las ciudades para doblegar la moral inglesa dejando a un lado las industrias y objetivos militares que habrían tenido mayor impacto en la capacidad de resistencia británica.
El radar
Este sistema de avistamiento que permitía interceptar la llegada de aviones enemigos fue una innovación tecnológica crucial para los ingleses durante la batalla de Inglaterra. Inventado por Robert Watson-Watt, el radar es un instrumento que emite ondas electromagnéticas que chocan con un objeto en el espacio y son reflejadas por este permitiendo establecer la dirección, la distancia, velocidad y altura. De esta manera los ingleses poseían una ventaja decisiva en los enfrentamientos que se producían en el aire.
El pacto entre las tres potencias
El 27 de septiembre de 1940, Italia, Alemania y Japón firman el Pacto de las Tres Potencias en el que los firmantes están obligados a ayudarse en caso de que alguno de ellos sea atacado. Japón reconoce el papel predominante de Alemania e Italia en Europa, mientras que al país nipón se le reconoce su influencia en Asia. No es un auténtico pacto de colaboración, sino que los firmantes se reservan plena libertad de acción y la posibilidad de desencadenar la guerra contra otros países.
La invasión italiana de Grecia
En su afán por entrar en la guerra y demostrar que Italia también es una potencia temible, Mussolini desencadena un ataque contra el único aliado que le queda a Gran Bretaña en Europa: Grecia. El 28 de octubre de 1940 las tropas italianas apostadas en Albania cruzan la frontera helena. Dos semanas después los italianos son frenados y, más tarde, se ven obligados a replegarse. Y para colmo de males para Mussolini, la Royal Navy hunde tres destructores italianos en el puerto de Tarento. Griegos y británicos, en solo unas semanas, han terminado con el sueño de Mussolini de crear un imperio italiano en torno al Mediterráneo.
LA CAMPAÑA EN EL NORTE DE ÁFRICA
La Armada Francesa queda inmovilizada en el Mediterráneo tras la rendición de su país. Los ingleses quieren que se entreguen pero el régimen de Vichy se niega. En julio de 1940, la Royal Navy abre fuego contra la Armada Francesa destruyéndola. Estaba en juego la supremacía naval inglesa en el Mediterráneo. Mientras tanto, los italianos aprovechan la precaria situación inglesa y atacan sus colonias en África. Kenia y Somalia son ocupadas y lo más peligroso, el Canal de Suez, la ruta de comunicación inglesa con sus colonias, está en peligro.
La guerra en el desierto
Se abre un nuevo escenario de guerra cuando las tropas italianas, al mando de Rodolfo Graziani, invaden Egipto. Se quiere conquistar a los ingleses la base de Alejandría y el Canal de Suez, pero el ejército italiano, mal equipado, es detenido en las dunas de Sidi el-Barrani.
En el desierto libio se llevará a cabo una guerra de avances y retrocesos por ambos contendientes. Tras detener al enemigo, los ingleses, con solo dos divisiones frente a las diez italianas, contraatacan en la denominada Operación Compass en diciembre de 1940. Es un rotundo éxito, los italianos son rodeados y se retiran. Los continuos ataques provocan que su ejército se vea reducido a un cuerpo expedicionario que se mantiene a duras penas por los suministros que le llegan de Sicilia.
Pero los ingleses no tienen la fuerza suficiente para derrotar definitivamente a los italianos y conquistar Trípoli. Esto obliga a concentrar sus ejércitos de nuevo en Egipto, y la supremacía en el Mediterráneo queda en suspenso.
El África Korps de Rommel
Hitler toma la decisión de ayudar al aliado italiano y manda al África Korps en febrero de 1941. Solo eran dos divisiones alemanas al mando del general Erwin Rommel las que desembarcan en Libia, pero fueron capaces de dar un vuelco a la guerra en el norte de África. En tres semanas las tropas alemanas e italianas avanzan más de 1000 kilómetros haciendo retroceder a los ingleses hasta la frontera egipcia. La maestría de Rommel a la hora de utilizar los blindados, y sus tácticas militares, pasarán a la historia.
Pero Rommel sufre la falta de suministros y tiene que llevar la guerra con tan solo dos exiguas divisiones, lo que hace imposible expulsar al enemigo. Hitler no ofrece más recursos al África Korps y pierde una oportunidad de oro de conquistar Egipto.
A pesar de la aplastante superioridad inglesa, sus ejércitos no pueden traspasar las líneas alemanas ingeniosamente organizadas por el mariscal alemán. Una defensa que se lleva a cabo de forma móvil y flexible. El Zorro del Desierto, como es apodado Rommel, hace gala, en las bastas distancias del desierto, de su extraordinario ingenio para la táctica militar.
Churchill apremia al general Claude Auchinleck para que lleve a cabo una ofensiva. En noviembre de 1941 los ingleses rompen el cerco de Tubruq y los italo-alemanes se ven forzados a retirarse hasta El Agheila. Es una clara victoria británica que tanto estaba anhelando su Primer Ministro. Pero la guerra aún no estaba ganada.
El VIII Ejército británico
Cuando todo parecía favorable a los ingleses, Rommel se adelanta al enemigo y lanza una ofensiva que logra una victoria en Tubruq. Una vez más los británicos se ven obligados a replegarse a Egipto.
A principios de 1942, Churchill toma cartas en el asunto y manda reorganizar el VIII Ejército británico confiando el mando al general Montgomery, y dotándolo de material y armamento.
La batalla de El-Alamein
Montgomery, que no tiene el ingenio de su oponente alemán, pero sí la superioridad numérica en hombres, blindados y aviones, desata una ofensiva el 23 de octubre en El-Alamein, al oeste de Alejandría. El objetivo es el aniquilamiento del adversario, y no solo su retirada. Rommel sufre la clara inferioridad de medios y la falta de suministros que no terminan de llegar debido a los bombardeos aliados de los transportes marítimos del Eje.
El masivo fuego artillero británico logra romper las líneas defensivas enemigas y las tropas italianas y alemanas se ven obligadas a replegarse hacia Túnez. El norte de África está más cerca de ser conquistado por los Aliados.
La Operación Torch: el desembarco norteamericano
La ofensiva de El-Alamein ha sido un éxito que se suma al masivo desembarco aliado en Argelia y Marruecos dentro de la Operación Torch. Franceses, británicos y norteamericanos desembarcan en Orán, Casablanca y Bône el 8 de noviembre de 1942. Como más tarde veremos, Estados Unidos acaba de entrar en el conflicto y su primera intervención militar se produce en el norte de África.
El 23 de enero de 1943, el VIII Ejército británico conquista Trípoli mientras que el general norteamericano Eisenhower ocupa Argelia. Todo el litoral del norte de África queda en manos aliadas y Rommel, con apenas 30 000 alemanes y 48 000 italianos, ordena el repliegue a Túnez, completamente rodeados.
A pesar de la gran superioridad aliada, el mariscal alemán muestra una vez más su ingenio atacando por sorpresa a la I División Acorazada norteamericana en al batalla del paso de Kasserine con una maniobra envolvente en la cual concentra sus escasas fuerzas en un punto para crear una superioridad que en la práctica no existe.
La victoria aliada
La superioridad de ingleses y norteamericanos van debilitando irremediablemente las capacidades combativas de los ejércitos del Eje. El 13 de mayo las unidades del general Jürgen von Arnim y del I Ejército al mando de Giovanni Messe se rinden.
Hitler, que nunca consideró el norte de África como un escenario prioritario en la guerra, ha cometido un error. Los aliados consiguen que el Mediterráneo se vuelva a abrir a la navegación de su marina e Italia, el único aliado alemán, se queda en una posición muy vulnerable. La Italia fascista se convierte en un país satélite de la Alemania nazi, pero también en una futura puerta de acceso periférica hacia la Europa ocupada.
LA BATALLA DEL ATLÁNTICO
El Atlántico norte es crucial para la supervivencia británica. Estados Unidos se ha convertido en el arsenal de los países que aún resisten a Hitler y las rutas marítimas están siendo constantemente amenazadas por los U-Boote alemanes. Hasta 1942 estos submarinos hunden más de un millón de toneladas de mercantes que parten desde Estados Unidos a Gran Bretaña.
A partir de la segunda mitad de 1942, la guerra en el Atlántico va dando un giro. Los Aliados, gracias a la capacidad productiva norteamericana, arman convoyes que consiguen dar batalla a los submarinos. Sin las rutas del Atlántico norte, Gran Bretaña no puede proseguir la guerra.
U-Boote
La estrategia alemana parte de la necesidad de asfixiar la economía inglesa hundiendo todos los mercantes que se dirijan a la isla y así interrumpir el flujo de suministros. Los alemanes no poseen una marina de guerra tan poderosa como la inglesa pero apuestan por los submarinos.
Karl Donitz, almirante de la flota submarina, concibe la estrategia de los U-Boote como si estos fueran una manada de lobos: avistan a sus presas solitarias y las atacan juntos para luego separarse hacia otros objetivos.
Desde sus bases en Francia y Noruega operan en latitudes árticas contra los buques que se dirigen al norte de Rusia, y en el Atlántico contra los que se dirigen a Gran Bretaña. Sus ataques tienen la mayor intensidad entre 1942 y 1943, llegando a alcanzar los 140 submarinos, que suelen atacar de noche en situación de emersión.
Sin embargo, la guerra en el mar dará un giro inesperado con el descubrimiento de la máquina Enigma.
Enigma
Enigma era un artefacto parecido a una máquina de escribir utilizado por los alemanes para cifrar sus documentos. Un aparato Enigma está en todas las unidades del ejército alemán y su poder residía en que era indescifrable.
Los Aliados se hacen con una de estas máquinas al hundir un submarino alemán cuyos tripulantes no pudieron hacerlo estallar cuando lo abandonaron. Este golpe de suerte será decisivo.
La tarea de descifrar Enigma es encargada a la Escuela de Criptografía de los servicios secretos ingleses. Más adelante los trabajos de desciframiento pasarán a Estados Unidos donde a finales de 1942 avanzan más rápidamente. Este acontecimiento hará que la batalla del Atlántico sea ganada por los aliados.
LA INVASIÓN DE LOS BALCANES
La grave situación italiana en Albania obliga a Hitler una vez más a ayudar a su aliado, retrasando la invasión a la Unión Soviética.
Rumanía, Hungría y Bulgaria entran en la esfera alemana como aliados tras la adhesión al Pacto Tripartito en marzo de 1941. Hitler invade Yugoslavia para conseguir el total control de los Balcanes, socorrer a los italianos y alejar a los ingleses de Grecia.
El ataque se produce el 6 de abril tras un masivo bombardeo a Belgrado de la Luftwaffe de Goring. En tres semanas el país es ocupado por la Wehrmacht: Serbia y Eslovenia quedan bajo protectorado alemán, Macedonia es cedida a Bulgaria y Croacia queda en la esfera italiana.
Tras la desmembración yugoslava, el XII Ejército del mariscal de campo Wilhelm List ocupa Grecia, provocando el repliegue griego y de cuatro divisiones británicas. El país es ocupado y el Cuerpo Expedicionario Británico se retira hacia la isla de Creta.
Atenas es tomada el 27 de abril de 1941 y los Balcanes quedan bajo la tutela nazi añadiendo una gigantesca área a su ya extenso imperio que ocupa toda Europa continental.
El lanzamiento sobre Creta
La primera de las operaciones aerotransportadas alemanas de la guerra mundial fue organizada por el general Kurt Student. El 20 de mayo varias oleadas de paracaidistas sorprenden a las guarniciones inglesas de la isla que estaban convencidas de que era impensable una conquista de Creta sin el control del mar.
Pero los alemanes, en una variante de la guerra relámpago, bombardean los aeropuertos y lanzan masivamente a los paracaidistas que se hacen pronto con los puntos más importantes de la isla. Los ingleses sufren 3000 bajas y 18 000 soldados consiguen ser evacuados antes de ser capturados.
La conquista de Creta, además de ser una operación brillante, es esencial puesto que asesta un golpe duro a los británicos que pierden el control del Egeo. En el transcurso de las operaciones la aviación alemana destruye numerosos navíos enemigos. Sin embargo, las pérdidas alemanas fueron cuantiosas: casi 4000 muertos y otros tantos heridos disuadirán a los ejércitos del Tercer Reich de emprender acciones de este tipo en el futuro.
OPERACIÓN BARBARROJA
Con la Europa continental bajo su dominio, Hitler pone los ojos en la Unión Soviética y comienza a organizar la Operación Barbarroja. Es necesario conquistar este país para lo que los nazis denominan “espacio vital” y, ya de camino, obligar a Gran Bretaña a la rendición. Era un objetivo planeado meses atrás, pero los reveses italianos y la invasión de los Balcanes habían estado posponiendo la operación.
Su nombre en clave se basa en el apodo del emperador alemán del siglo XII, Federico I, y se estimaba que la campaña duraría unas diez semanas hasta aniquilar al ejército soviético mediante la guerra relámpago.
La guerra total
Es una guerra ideológica y de diferencias raciales
Adolf Hitler
Hitler quería ir un paso más allá de la conquista; su intención última es la aniquilación de los pueblos eslavos cuya raza era considerada inferior, expandir el poderío militar alemán y trasladar a los nuevos territorios conquistados a colonos germanos.
La guerra en el este inaugurará un nuevo tipo de enfrentamiento donde se elimina cualquier principio humanitario. Las batallas se llevan con una crueldad nunca antes vista; las poblaciones en la retaguardia alemana son masacradas; los prisioneros rusos ejecutados; las SS de Heinrich Himmler organizan una sistemática eliminación de los judíos de los territorios conquistados. En definitiva, un tipo de guerra total como la conciben los nazis, en la que ningún civil puede escapar.
La invasión alemana de la Unión Soviética
El ataque sorpresa se inició el 22 de junio de 1941 en un frente que se extendía desde Finlandia al Mar Negro. La cifras de la invasión son espectaculares: 3 millones de soldados alemanes, 600 000 vehículos motorizados, 3600 tanques y 2700 aviones, a lo que hay que añadir 5000 soldados más entre rumanos, italianos, húngaros, finlandeses y eslovacos.
El ataque a lo largo de todo el frente lo componen tres grupos de ejércitos: el del Norte, con Wilhem von Leeb al mando y que se dirige hacia Leningrado; el del Centro dirigido por Fedor von Bock y cuyos objetivos son Ucrania y Moscú; y el del Sur de Gerd von Rundstedt que se encamina hacia el Cáucaso.
Frente a esta extraordinaria maquinaria de guerra los soviéticos anteponen 2 millones y medio de hombres, un ejército muy mermado y con poca operatividad como consecuencia de las purgas estalinistas.
La guerra relámpago en oriente
Las primeras semanas fueron un verdadero éxito de la guerra relámpago alemana. Mediante maniobras envolventes la Wehrmacht aniquila al grueso de las fuerzas rusas. El avance es vertiginoso e imparable y entre el 9 y el 19 de julio se llega a mitad de camino de Moscú.
El Grupo de Ejércitos del Sur avanza más lento debido a la resistencia rusa que allí se encuentra, pero su progresión no puede ser detenida. De hecho von Rundstedt consigue uno de los más aplastantes éxitos militares de la guerra: con la ayuda del II Grupo Panzer de Guderian, el 26 de septiembre los alemanes cierran las líneas en torno a Kiev y aniquilan a cinco ejércitos rusos, capturando a más de 600 000 prisioneros y 884 blindados. Se ocupa Ucracia, Crimea y la cuenca del Donetz.
Aunque las cifran hablan por sí solas, a finales de octubre el avance se ralentiza. A pesar de los 4 millones de muertos y prisioneros, el Ejército Rojo no se ha desintegrado y el régimen de Stalin no se ha derrumbado. Las amplias extensiones rusas ayudan en prolongar la guerra.
Josip Stalin
Desde 1937 hasta 1939 el Primer Ministro soviético puso en práctica la política del terror decapitando la cúpula del Ejército Rojo. Este hecho tuvo gran importancia cuando los ejércitos alemanes entraron en el país debido a la falta de oficiales preparados.
La invasión alemana cogió de sorpresa a Stalin que en ningún momento creyó o quiso creer las informaciones de sus espías acerca del inminente ataque. La poca preparación del ejército casi provoca el derrumbe en las primeras semanas, pero las enormes distancias del país beneficiaron a los rusos en sus constantes repliegues y retiradas.
A pesar de las desastrosas decisiones que casi abocan a su país a la conquista por parte del enemigo, Stalin es nombrado Jefe del Gobierno y comandante supremo, preside el Comité para la Defensa del Estado y la STAVKA (Alto Mando), que dirige y coordina los demás estados mayores. De esta manera consigue concentrar en su persona todos los poderes y cargos del Estado soviético.
La batalla de Moscú
La capital rusa es el objetivo de los ejércitos alemanes. A pesar de las continuas retiradas, de la desaparición de ejércitos enteros y del aprisionamiento de cientos de miles de soldados, los rusos consiguen detener la ofensiva alemana en las puertas de Moscú.
Este logro titánico se suma al gran esfuerzo para trasladar las fábricas detrás de los Urales y así salvar la producción industrial. De esta manera los primeros tanques T-34 salen de las fábricas para ser trasladados con rapidez al frente. Además, tras las informaciones que Stalin recibe de sus espías en Oriente, en las que se asegura que el objetivo a atacar por parte de Japón es Estados Unidos y no la Unión Soviética, se ordena trasladar los ejércitos de oriente al frente occidental. Más de 4 millones de soldados rusos se suman al esfuerzo bélico para detener a los nazis.
Todas estas acciones van dando sus resultados. Aunque los rusos siguen sin poder romper el cerco de Kiev, consiguen apartar el grueso de fuerzas alemanas de la capital. La ofensiva del Reich se ha detenido debido a la adversa climatología en las estepas rusas: Moscú, Leningrado y Stalingrado, están cercadas, pero no conquistadas.
El 5 de diciembre de 1941, Zhukov, el flamante mariscal de Stalin, lanza una ofensiva en torno a la capital rompiendo el cerco alemán. Es la primera victoria soviética de la guerra. Con el fantasma de la retirada siempre presente, Hitler asume personalmente el mando de las operaciones.
El asedio a Leningrado
El 8 de julio de 1941, pocas semanas después del comienzo de la Operación Barbarroja, los ejércitos alemanes llegan a Leningrado y la asedian. Hitler ordena aniquilar a la población civil mientras que Stalin manda que resistan hasta el último aliento. Se construyen casi 1 000 kilómetros de trincheras en torno a la ciudad para defenderse del enemigo.
Con la ocupación alemana, Leningrado solo queda unida al resto del país por el lago Ladoga, por el cual llegan los escasos aprovisionamientos, insuficientes para abastecer a la ciudad. El hambre provoca la muerte de un millón de personas hasta que fue liberada en 1944. El asedio duró casi 900 días.
APOCALIPSIS: LA GUERRA SE HACE MUNDIAL
Japón, que ha tenido varios enfrentamientos no oficiales con la Unión Soviética en la frontera de Manchuria, decide cambiar de objetivo y su ofensiva diplomática y militar se centra ahora en construir “la gran área de dominio japonés” que abarcaría las posesiones coloniales francesas e inglesa en el extremo Oriente: Indochina francesa, Malasia, Singapur, Birmania, Siam y la actual Tailandia.
La tensión entre Japón y Estados Unidos
Las pretensiones expansionista niponas provocan un giro en la política norteamericana. Roosevelt comienza a presionar al Imperio del Sol Naciente para que deponga su actitud y abandone los territorios chinos conquistados. Pero la política norteamericana va más allá de las palabras: se intensifica la presión económica y financiera con la congelación de los bienes japoneses en Estados Unidos y el embargo petrolífero.
Con este panorama Japón acelera los preparativos para su ofensiva en el Pacífico para evitar la asfixia económica y energética a la que se le somete por parte de Estados Unidos. El Pacífico se va a convertir en el nuevo escenario de una guerra que, ya sin lugar a dudas, tiene la categoría de mundial.
Pearl Harbor
Para la operación de ataque contra la flota americana del Pacífico apostada en Pearl Harbor, Isoroku Yamamoto, cerebro principal del plan, destina 6 portaaviones, 2 acorazados, 2 cruceros pesados, 1 crucero ligero, 9 destructores, 3 submarinos, 8 naves de apoyo y 392 aviones entre cazas, torpederos y bombarderos.
La Operación Z (nombre en clave) se inicia el 7 de diciembre de 1941 a las 7:49 de la mañana. La primera oleada de 181 aviones lleva el fuego y la destrucción a la base norteamericana: destruye o daña gravemente 4 acorazados; la segunda oleada hunde 11 navíos menores, infringiendo la mayor derrota a Estados Unidos en su joven historia.
A pesar de lo espectaculares que son las cifras, Japón perdió una oportunidad de oro al no destruir las reservas de depósitos de carburante y el arsenal de la marina, lo que hubiera ocasionado un daño muy importante al enemigo. Además, dio la casualidad de que los 3 portaaviones estadounidenses no estaban en la base durante el ataque, gracias a esto el desastre no fue mayor.
Japón queda dueña del Pacífico dejando inoperativa por un tiempo la capacidad combativa de su enemigo. El 7 de diciembre fue catalogado como “el día de la infamia” y Roosevelt mete de lleno a su país en la guerra mundial. Al día siguiente Gran Bretaña también declara la guerra a Japón y el 11 de diciembre Italia y Alemania se la declaran a Estados Unidos.
En esta guerra que ya es global se han definido con claridad los dos bandos. Estados Unidos se verá envuelto en dos frentes y será el actor principal que lleve todo el peso en el Pacífico y Europa. Las grandes reservas y la producción ilimitada de este gigante americano darán la vuelta a un conflicto donde las países que forman el Eje ya está dando muestras de agotamiento.
LA GUERRA DEL PACÍFICO
Tras el ataque a Estados Unidos se abre la segunda fase del plan nipón: la conquista del Extremo Oriente. Sus tropas terrestres se extienden rápidamente por Birmania. En solo 6 meses Japón se adueña de la mitad del Pacífico, conquistando las principales plazas fuertes coloniales del enemigo. Se destruyen todas las unidades británicas de la Royal Navy apostadas en el sudeste asiático, consiguiendo tomar unas regiones vitales para el abastecimiento de materias primas para proseguir la guerra.
Malasia
El país del Sol Naciente lleva a cabo un ataque contra las colonias británicas en el Pacífico mientras está atacando Pearl Harbor. En esta rápida ofensiva destruyen la flota aérea y naval inglesa en Hong Kong. Inmediatamente después conquistan Tailandia, una semana después Malasia y el 15 de febrero de 1942 termina cayendo Singapur. 80 000 soldados ingleses se rinden dejando sus colonias en manos japonesas.
Filipinas
Filipinas la guardaban fuerzas militares norteamericanas desde su independencia de España. El protectorado norteamericano es fundamental para el plan estratégico defensivo nipón y a principios de diciembre comienzan los ataques. Tres ejércitos japoneses desembarcan después de una exitosa ofensiva aérea que había destruido los aviones del enemigo.
El 2 de enero se ocupa Manila y el 11 de marzo los norteamericanos, con Duglas MacArthur a la cabeza, son obligados definitivamente a abandonar la isla. 50 000 soldados son hechos prisioneros.
La batalla del mar de Java
El avance imparable nipón les conduce a las indias holandesas cuyos recursos naturales son esenciales para su maquinaria bélica. Su avance prosigue hasta la capital, Batavia, la actual Yakarta. La batalla decisiva se produce en el mar de Java donde la clara superioridad de la flota japonesa se lanza contra la flota aliada comandada por el contraalmirante holandés Karel Doorman.
El enfrentamiento se tornó en cruento pero los aliados no fueron capaces de resistir. El 7 de marzo firman la capitulación. Sin embargo los japoneses no pararon aquí: en las semanas siguientes conquistaron Rabaul, Lae y Salamaua en la costa de Nueva Guinea, y una parte de las islas Salomón.
El Imperio del Sol Naciente está en su cénit: se extiende por todo el Pacífico, desde la India hasta los límites de Australia, país este que ahora es objetivo. Se ha apoderado de las tres cuartas partes de las reservas mundiales del caucho, de dos tercios del estaño y de muchas provisiones petrolíferas.
La batalla del Mar del Coral
La flota japonesa ya está preparada para conquistar Australia, pero para esto es necesaria una operación de desembarco previa en Port Moresby, Nueva Guinea. Para el ataque planificado por Yamamoto se prepara una flota de 6 portaviones que incorporan más de 500 aviones.
Los norteamericanos, con 2 portaviones, el Lexington y el Yorktown, están claramente en inferioridad numérica pero parten con la ventaja de haber descifrado las intenciones de ataque niponas y los estás esperando.
El 8 de mayo de 1942 las escuadras norteamericana y japonesa se enfrentan en el Mar del Coral, en la primera batalla aeronaval de la historia. Un enfrentamiento en el que ambos contendientes están a una distancia de 150 kilómetros y en la que se atacan con cazas y cazabombarderos.
El resultado es equilibrado: ambos pierden un portaviones y 60 aviones. No obstante los Estados Unidos han conseguido una victoria estratégica al frenar momentáneamente el avance japonés a Australia.
Midway
Los japoneses prosiguen con sus planes y esta vez deciden concentrar su flota en el atolón de Midway, a 1600 kilómetros al oeste de Pearl Harbor, con la intención de convertirlo en una cabeza de puente para un futuro desembarco en las costas norteamericanas del Pacífico.
Los estadounidenses vuelven a descifrar los mensajes del enemigo, y esto les brinda una ventaja estratégica que será fundamental en el desarrollo de los acontecimientos. Yamamoto lleva a cabo ataques a las Aleutianas para confundir a los norteamericanos, pero el almirante Chester W. Nimizt, comandante en jefe de la flota del Pacífico, conocedor de los mensajes descifrados a los japoneses, no cae en la trampa y concentra todas sus fuerzas en Midway.
El 4 de julio comienzan los enfrentamientos que durarán 3 días. Los 11 acorazados, 8 portaviones, 22 cruceros, 65 destructores y 21 submarinos japoneses atacan a los 3 portaviones, 8 cruceros y 17 destructores estadounidenses. La gran superioridad japonesa queda anulada por la eficacia de los sistemas de reconocimiento aéreos norteamericanos.
Sin la ventaja táctica del radar y con una estrategia defensiva, los japoneses esperan mientras los estadounidenses toman la iniciativa y sus aviones torpederos atacan a los portaviones enemigos. Sorprendentemente la victoria tras 3 días de lucha fue aplastante: hunden 4 portaviones, un crucero, 332 aviones y matan o hieren a 3500 soldados nipones. Los norteamericanos por su parte solo pierden 1 portaviones, un destructor y 150 aviones.
La excesiva confianza japonesa en su superioridad numérica les ha conducido a errores tácticos que han provocado una desastrosa derrota. Ahora la iniciativa la tiene Estados Unidos que tras la victoria en Midway ha equilibrado las fuerzas con su enemigo. Japón desecha su intención de conquistar Nueva Guinea y Australia, dejando paso al lento pero inexorable avance de la maquinaria industrial y militar estadounidense.
Guadalcanal
Con el triunfo en Midway los norteamericanos desencadenan su primera ofensiva terrestre al mando del jefe de las fuerzas terrestres, el general MacArthur. Guadalcanal y Nueva Guinea son los objetivos prioritarios en el avance definitivo hacia Japón.
Guadalcanal será uno de los escenarios de guerra más tristemente recordados debido a los sangrientos que fueros los combates. El 7 de agosto de 1942 desembarcaron los Marines que se encuentran una cruenta y desesperada defensa por parte de los japoneses. La isla no será completamente conquistada hasta febrero, 7 meses después del primer desembarco.
Las cifras hablan por sí solas: 1500 soldados americanos muertos y 23 000 japoneses. La defensa a ultranza japonesa no ofrece más remedio a los estadounidenses de llevar una guerra de aniquilación.
La marina salta de atolón en atolón conquistando las posiciones japonesas. Los siguientes objetivos son las Islas Salomón, Bismarck y Filipinas. La capacidad industrial norteamericana está demostrando su eficacia, construyendo portaviones y acorazados a un ritmo vertiginoso.
EL HOLOCAUSTO JUDÍO
¿Qué fue el holocausto judío? Desde la conquista de Francia la mayor parte de Europa está bajo dominio de los nazis. Hitler busca el espacio vital (lebensraum) para el pueblo alemán y apoderarse de las materias primas de las regiones conquistadas. Todo esto bajo las premisas raciales. Los estados invadidos tendrían que suministrar la mano de obra esclava para las necesidades productivas del Tercer Reich. La raza judía, a la cual los nazis habían culpabilizado de prácticamente todo, debía ser exterminada.
Europa bajo dominio nazi
Controlado el continente, Hitler da las directrices a los principales jerarcas nazis para llevar a cabo la germanización de Europa. Se pretende el aniquilamiento de los estados polaco y soviético y el traslado masivo de colonos alemanes hacia esos territorios para expandir la raza alemana. Los pueblos eslavos deben dejar sencillamente de existir para dar paso a la expansión del pueblo alemán.
Esto se traducía en la práctica en la persecución sistemática de judíos y polacos que son afinados en guetos y masacrados. La persecución la llevaban a cabo la Einsatzgupen de las SS y unidades de la Wehrmacht.
La producción en masa de esclavos
La producción bélica es lo más importante y todos los esfuerzos se destinan a ganar la guerra. Los estados ocupados se encargan de suministrar los alimentos necesarios para mantener bien alimentada a la población de Alemania, aunque Europa se muera de hambre.
La población alemana es reclutada para la guerra y se hace necesario gran cantidad de personas para sostener la producción bélica del estado nazi. El continente suministrará toda la mano de obra esclava necesaria para la industria alemana. Persona y materias primas comienzan a ser trasladadas en masa hacia Alemania.
A mediados de 1942 la mano de obra esclava extranjera supera los 2 millones. Las cifras son escalofriantes: de los 5 millones de prisioneros soviéticos capturados en la invasión alemana, la mitad es reclutada para mano de obra, la otra mitad muere de hambre y frío.
La organización de la mano de obra es gestionada personalmente por el despiadado Albert Speer. Crea una oficina central donde se planifica la movilización de los esclavos para la economía de guerra y reorganiza todo el sistema productivo. Gracias a esto Alemania es capaz que incrementar su productividad a pesar de los masivos bombardeos aliados.
El gueto de Varsovia
El gueto de Varsovia se instauró en 1939 tras la conquista de Polonia. La ciudad fue separada por un muro donde se hacinaron a más de 400 000 judíos. Inmediatamente después empezaron las deportaciones a campos de exterminio como el de Treblinka.
La situación en el gueto no era aguantable. Las infrahumanas condiciones a las que eran sometidos los judíos, hacinados, sin alimentos ni agua y sin probabilidades de sobrevivir, provocan una insurrección.
El levantamiento del gueto de Varsovia fue dirigido por Mordechai Anielewicz en mayo de 1943. La feroz resistencia trajo consigo un definitivo, y atroz, aplastamiento por los alemanes de la SS. Durante los enfrentamientos mueren 14 000 judíos y 500 alemanes. Cuando todo termina el gueto ya no existe: es un montón de escombros cuya población ha terminado siendo deportada en masa.
La solución final
El fracaso de la campaña rusa hace evidente que la guerra se va a alargar. A su vez los jerarcas nazis abren la posibilidad real del exterminio definitivo de los judíos en Europa, un asunto que será cada vez más prioritario conforme aumenten los reveses militares alemanes.
Los nazis calculan que 8 millones de judíos están bajo su territorio, y la solución adoptada en la sublevación de Varsovia les muestra el camino a seguir. Comienzan la eutanasia y las esterilizaciones de mujeres para judíos, enfermos mentales, enfermos incurables y epilépticos.
En enero de 1942 se produce la Conferencia de Wannsee donde se reúne la cúpula de las SS, junto al Partido Nacionalsocialista, para organizar la implementación de lo que se denominará “solución final” para los judíos. Heinrich Himmler, Reinhard Heydrich y Adolf Eichmann serán los responsables de la exterminación de millones de judíos en las cámaras de gas. En toda Europa dan comienzo las deportaciones.
Los campos de concentración nazis
Estos campos de la muerte serán tristemente conocidos y se extenderán por toda Europa. Se construyeron incluso antes de que estallase la guerra (el campo de Dachau fue el primero en ser levantado en 1933). La Gestapo y la policía militar se encargarán de capturar y trasladar a estos campos a todo judío, o sospechoso de serlo.
Mujeres, hombres y niños son conducidos a campos cuyo nombres son sinónimo de terror: Auschwitz, Mathausen, Treblinka, Chelmo, Nelzec, Buchenwald y Flossenburg, entre muchos otros. Se estima que unos 20 millones de personas pasaron por campos de concentración, y 6 millones murieron en ellos.
¿Cómo funcionaba un campo de exterminio?
En el campo de Auschwitz-Birkenau funcionaban a pleno rendimiento 13 cámaras de gas y 5 hornos crematorios. Cuando llegaba la remesa de prisioneros al campo eran seleccionados entre los aptos y los no aptos para el trabajo. Estos últimos eran enviados directamente a la cámara de gas.
Los que tenían la suerte de sobrevivir en la primera selección son afinados en barracones y obligados a trabajar como mano de obra productiva en unas condiciones humanas deplorables. Cuando estos enfermaban, o ya no servían, eran enviados a las cámaras de gas, y sus cuerpos incinerados en masa en los crematorios industriales.
Por el campo de Auschwitz pasaron 2 millones de personas y, en su máxima ocupación, llegó a albergar más de 200 000 prisioneros. En 1945 será liberado por el Ejército Rojo en su avance hacia Berlín. Desde ese momento la humanidad comenzó a conocer la verdadera dimensión de lo que estaban llevando a cabo la Alemania nazi.
LA OFENSIVA DE LOS ALIADOS EN EUROPA
Con la entrada en la guerra mundial del gigante norteamericano, los británicos comienzan a respirar más tranquilos sabiendo que tienen el apoyo de recursos militares y de hombres casi inagotables; este sentimiento no se da en los soviéticos, que prosiguen una lucha por la supervivencia. Los alemanes persisten en el ataque el país, que está a punto de derrumbarse, pero lo soviéticos aguantan. Se abre una nueva etapa donde el signo de la guerra va a cambiar de bando.
La conferencia de Casa Blanca
Roosevelt y Churchill se reúnen en Casablanca en 1943 para establecer las líneas generales de actuación de los aliados en Europa. Falta Stalin, que se excusa argumentando que tiene que dirigir personalmente la operación que se está librando en Stalingrado.
Norteamericanos y británicos acuerdan abrir un nuevo frente en Europa por Sicilia, combatir los U-Boote en el Atlántico y destruir mediante bombardeos la capacidad militar e industrial de Alemania. Sicilia era una exigencia de Stalin que demandaba constantemente abrir un segundo frente en Europa que aliviase la presión en su país.
Pero lo más importante de la conferencia es el compromiso de británicos y norteamericanos de imponer a Alemania, Japón e Italia una rendición incondicional. El objetivo es que ninguno de los contendientes lleve a cabo una rendición por separado.
Stalingrado
En Stalingrado los alemanes sufren una ofensiva soviética que rodea al VI Ejército del general Paulus. Ahora los soldados alemanes están completamente rodeados por el Ejército Rojo y pendientes de los aprovisionamientos por aire que les ha prometido Göring. El repliegue deseado por Paulus para salvar al VI Ejército no se produce ante las órdenes tajantes de Hitler de resistir.
Ante la situación extrema que están sufriendo sus soldados (miles de ellos están muriendo literalmente de hambre y frío) Paulus rinde al VI Ejército. Los alemanes han perdido todo un ejército de 285 000 hombres y por primera vez son derrotados. El signo de la guerra ha cambiado, ahora los soviéticos tienen la capacidad industrial y militar para hacer frente al enemigo. En Stalingrado los rusos empiezan a tomar la iniciativa en la guerra.
La batalla de Jarkov
Por primera vez los ejércitos de Hitler están a la defensiva. El Grupo de Ejércitos del Don al mando de Manstein es obligado a replegarse a Rostov, mientras que el Grupo de Ejércitos A que atacaba el Cáucaso hacen lo mismo.
durante toda la Segunda Guerra Mundial
A mediados de 1943 los alemanes se ven obligados a abandonar Jarkov ante la presión rusa abriendo una brecha en el frente de casi 300 kilómetros entre los grupos de ejércitos Centro y Sur alemanes. Ante esta situación Manstein toma la iniciativa y lanza sus acorazados contra Jarkov llevando a cabo una maniobra envolvente sobre las fuerzas soviéticas situadas en el saliente de Kursk.
La batalla de Kursk
A principios de julio de 1943 se produce en Kursk el mayor enfrentamiento acorazado de toda la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes, con sus nuevos modelos de blindados Panzer y Tiger, hacen retroceder a los soviéticos hasta el río Donetz. Los rusos no están dispuestos a seguir perdiendo terreno y preparan una defensa escalonada con una profundidad de 160 kilómetros que impidiese la penetración blindada del enemigo.
En julio Hitler da la orden de ataque y 2000 tanques, junto a 20 000 piezas de artillería, 2 000 aviones y un millón de hombres se lanzan contra la colosal maquinaria bélica rusa: 3500 carros de combate, 20 000 cañones, 1000 lanzacohetes Katiuska (llamados los órganos de Stalin), 2400 aviones y 1 300 000 hombres.
El enfrentamiento de miles de tanques provoca un ruido ensordecedor jamás antes escuchado y las columnas de humo de los blindados destruidos se distribuyen a miles por toda la estepa. Por primera vez en toda la guerra los ejércitos de Hitler, incapaces de penetrar las defensas rusas, son derrotados a campo abierto. Tras la batalla de Kursk, la iniciativa está en manos soviéticas y sus ejércitos comienzan una marcha segura hacia el corazón de Alemania.
LA INVASIÓN DE ITALIA
El 10 de julio de 1943 el VII Ejército norteamericano del general Patton y el VIII Ejército inglés de Montgomery desembarcan en Sicilia siguiendo el plan que se había establecido con anterioridad para invadir al aliado más débil de Hitler y marchar hacia Alemania.
150 000 soldados aliados desembarcan para enfrentarse al VI Ejército italiano que ha sido reforzado con una división acorazada alemana enviada por Hitler.
En su avance por Italia los aliados se encuentran una resistencia inesperada. Al cabo de un mes llegan a Mesina pero el enemigo ha cruzado el estrecho sin problema para organizar la resistencia en la península italiana. El 19 de julio se produce el primer bombardeo de Roma por 500 aviones estadounidenses. La conmoción en el pueblo italiano es enorme y las consecuencias políticas se hacen patentes.
La caída del régimen fascista
Con la invasión aliada la desconfianza hacia Mussolini hace su aparición. Los principales políticos y militares del país se convencen de que solo se podrá salvarse Italia si se aparta del poder al Duce.
Los conspiradores obtienen el apoyo del rey y en la reunión del Gran Consejo del Fascismo del 25 de julio de 1943 se confieren al rey el mando efectivo de las fuerzas armadas. Inmediatamente Mussolini es arrestado y sustituido por el general Pietro Badoglio que ordena derribar los símbolos del régimen fascista y disolver el Partido Nacional Fascista.
Las manifestaciones se hacen cada vez más multitudinarias pidiendo la libertad y la salida de Italia de la guerra. El Gobierno inicia negociaciones secretas con los aliados y el 5 de septiembre se firma el armisticio en Cassibile, Sicilia, en presencia de Gran Bretaña y Estados Unidos. El rey Victor Manuel III y toda la cúpula militar y política se fugan para alejarse de las tropas alemanas.
El país se queda sin mandos y es abandonado a los nazis cuyos soldados se aprestan a organizar una línea defensiva para parar el avance de británicos y estadounidenses.
La República Social Italiana
El 12 de septiembre se produce una de las operaciones más espectaculares de la guerra. Hitler ordena liberar a Mussolini de la prisión donde se encuentra. Paracaidistas alemanes al mando del mayor Otto Skorzeny se lanzan sobre el castillo donde el ilustre preso se encuentra y lo liberan, trasladándolo posteriormente a Alemania.
El 23 de septiembre de 1943 nace oficialmente la República Social Italina, estado títere del Reich. Tras su liberación, Hitler le ordena a Mussolini que se traslade a Italia y se ponga a la cabeza de este nuevo Estado que en la práctica está controlado y administrado por los alemanes.
Su economía se pone al servicio de la maquinaria bélica nazi y decenas de miles de trabajadores italianos son deportados a los campos de concentración alemanes. Las nuevas autoridades fascistas colaboran con los nazis en la persecución y deportación de los judíos.
La Línea Gustav
Tras el desmoronamiento del régimen fascista el X Ejército alemán al mando de Kesselring dispone a sus tropas a lo largo de la cadena apenina y hacia el Adriático y el Tirreno para detener el avance aliado.
La línea alemana de defensa Gustav se organiza en la franja entre Nápoles y Roma, donde se construyen una serie de puntos fortificados para parar al enemigo. De hecho el avance se ralentiza frente a la defensa en la abadía de Montecassino. Ingleses y norteamericanos todavía están a más de 100 kilómetros de conquistar la capital italiana.
defenderse de la invasión aliada de Italia. Licencia
La liberación de Roma
Ante la encarnizada resistencia alemana en Italia, que está haciendo peligrar la operación aliada, norteamericanos e ingleses tienen opiniones distintas. Los primeros reclaman un desembarco en el sur de Francia para apoyar la invasión italiana, aunque esto signifique retrasar el desembarco planeado en Normandía. Los norteamericanos por su parte no quieren perder más tiempo con la invasión en el norte de Francia y dejan Italia como un teatro de operaciones secundario que distraerá fuerzas alemanas del escenario principal francés.
A pesar de las desavenencias los aliados se ponen de acuerdo en desembarcar en Anzio, el 22 de enero, y en continuar la ofensiva sobre la línea Gustav alemana. Solo con terroríficos bombardeos masivos se abre brecha en la línea defensiva y la retirada alemana posibilita la liberación de Roma el 5 de junio. Pero la capital italiana solo se convierte en un símbolo pues las desastrosas pérdidas humanas de los aliados en Italia no han compensado los escasos resultados estratégicos: los alemanes crean la línea Gótica de defensa que estabiliza de nuevo el frente. Los aliados no son capaces de avanzar con rapidez ni tampoco de sustraer divisiones alemanas de Francia.
Los bombardeos masivos sobre Alemania
Los aliados llevan a cabo una campaña de bombardeos sobre Alemania para doblegar la capacidad industrial del Tercer Reich. Los ataques aéreos se los reparten entre ingleses y norteamericanos, siendo cada vez más numerosos e intensos conforme avanza la guerra. A partir de 1943 las ciudades alemanas sufren una lluvia de fuego mortífero. En Hamburgo se producen 30 000 muertos y casi su completa destrucción, Würzburg 4000 muertos, Magdeburgo 12 000, y así una larga lista de ciudades.
Entre noviembre de 1943 y marzo de 1944 se intensifican los bombardeos sobre Berlín que causan 6000 víctimas y un millón y medio se quedan sin hogar.
Pero los bombardeos aliados no causan los efectos que se esperaban. No son capaces de doblegar la moral alemana ni de destruir su capacidad industrial. Y eso que durante 1943 y 1944 son arrojadas más de 250 000 toneladas de bombas sobre las ciudades germanas.
LA OFENSIVA DEL EJÉRCITO ROJO
Habiendo logrado al fin una superioridad en soldados y medios militares, a mediados de 1943 la maquinaria militar soviética emprende el camino imparable hasta Berlín.
Pese a la inferioridad los alemanes llevan a cabo contraataques contra las maniobras de cerco rusas. La respuesta a la ofensiva rusa se ve muy limitada por la exigente orden de Hitler de no permitir ningún repliegue, lo que imposibilitaba una defensa más flexible y móvil que hubiera complicado más la vida al enemigo.
Durante 1944 los ejércitos de Stalin lanzan dos grandes ofensivas que provocan el desbordamiento del grupo de ejércitos del Norte, y en Ucrania cerca a los alemanes en el río Bug.
En el centro del frente los rusos llegan a Hungría y en Crimea; tras una ofensiva con fuego devastador de los Katiuska, se conquista Sebastopol. En su retirada los alemanes practican la táctica de tierra quemada, destruyendo fábricas, pueblos e infraestructuras.
En el verano de 1944 los soviéticos avanzan hacia Rumanía y los Balcanes en el frente central, cercando y destruyendo al ejército del Centro alemán en torno Minsk. Desalojan al enemigo de Bielorrusia y se conquista la parte septentrional de Polonia. En 6 semanas de ofensivas constantes los soviéticos destruyen 30 divisiones alemanas. Solo una año y medio después de Stalingrado, los rusos han expulsado de sus fronteras al enemigo.
El levantamiento de Varsovia
El 31 de julio las vanguardias soviéticas avistan Praga y el 1 de agosto los patriotas polacos, ante la inminente llegada soviética, dirigidos por el general Tadeusz Bor (conde Komrowski), se levantan en armas contra sus ocupantes alemanes.
El levantamiento se tornó en tragedia. Mientras que los rebeldes polacos son aplastados y masacrados por el ejército alemán, Stalin da la orden de no intervenir, y además impide a los bombarderos americanos utilizar sus bases aéreas para lanzar los suministros a los que se han levantado en armas.
Stalin solo reconoce al Comité de Liberación Nacional Polaco con sede en Lubrín que ha aceptado las pretensiones soviéticas para cuando termine la guerra. El avance soviético se detiene ante las puertas de Varsovia durante 6 meses antes de reemprender la marcha que les llevará a Berlín.
Los soviéticos dueños de los Balcanes
Con la destrucción del grupo de ejércitos del Centro alemanes, los aliados de Hitler lo van abandonando progresivamente. Rumanía firma el armisticio el 23 de agosto de 1944 y entra en guerra contra Alemania. En Hungría la invasión soviética fuerza la disolución del Gobierno y la firma del armisticio; en Eslovaquia y Bulgaria sendos levantamientos facilitan la ocupación del Ejército Rojo. El 20 de octubre los soldados rusos, con ayuda de los partisanos dirigidos por Tito, conquistan Belgrado y liberando Yugoslavia. La esfera de influencia rusa se extiende cada vez más.
LA LIBERACIÓN DE FRANCIA
En mayo los Aliados ya están preparados para dar el salto para la conquista del continente a través de Francia. Si quieres saber más sobre el desembarco de Normandía pincha en el enlace donde podrás leer un artículo muy completo sobre este acontecimiento que cambió el curso de la guerra en Europa.
Desembarco de Normandía
La Operación Overlord da comienzo el Día D (6 de junio de 1944). Para liberar Francia los Aliados movilizan 60 convoyes que transportan 6438 unidades que remolcan más de 2000 medios de desembarco. Este monstruo logístico es protegido por 9 acorazados, 23 cruceros y 104 destructores. Se pretende desembarcar a 1 700 000 norteamericanos, 1 000 000 de ingleses y canadienses y 300 000 entre franceses, polacos, belgas, holandeses y noruegos.
El Muro Atlántico
El Muro Atlántico era una serie de fortificaciones defensivas como búnkeres, alambres de espino, artillería costera y demás artilugios que defendía toda la costa de Europa desde la frontera de España hasta Noruega.
Tras este muro defensivo se encontraban 500 000 soldados alemanes que se concentraban sobre todo en el Paso de Calais, donde creía Hitler que se llevaría a cabo el desembarco. No obstante las fuerzas blindadas alemanas está dispersas y demasiados alejadas de la costa.
La Operación Overlord
La operación con nombre en clave Overlord se llevaría a cabo en la región de Normandía. Las playas elegidas serían Utah, encomendada a las tropas norteamericanas, al igual que la playa de Omaha; Gold para los británicos; Juno donde desembarcarían los canadienses; y Sword donde participarían británicos y un comando francés.
El engaño aliado había surtido efecto pues los alemanes esperaban el desembarco en Calais donde sí había puertos de calado para los barcos aliados y el trozo de mar que les separaba de Inglaterra era más estrecho. Sin embargo el Alto Mando aliado trazó en el mapa Normandía desde el primer momento que comenzó a organizarse la Operación Overlord. El éxito o fracaso del desembarco sería decisivo para liberar Europa de los nazis.
El Día D
Eisenhower, comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa, da luz verde para que el desembarco se lleve a cabo el 6 de junio. A las 3,14 horas de la madrugada casi 20 000 paracaidistas se lanzan por toda Normandía para infiltrarse entre el enemigo y destruir puentes e infraestructuras que eviten la ofensiva alemana, así como defender los flancos de la invasión.
Al mismo tiempo se produce el bombardeo masivo de las defensas costeras alemanas que en muchos casos no tienen apenas efecto. Los cañones de los destructores abren también fuego contra las costas para debilitar aún más la capacidad defensiva enemiga.
A las 6,30 da inicio la operación con las lanchas desembarcando en las playas de Utah, Omaha, Gold, Sword, y Juno. Los desembarcos van como se había previsto exceptuando la playa de Omaha donde los norteamericanos estás sufriendo una verdadera masacre.
Sin embargo a lo largo del día se van logrando los objetivos marcados: los ingleses logran aproximarse a Caen mientras que los norteamericanos se dirigen a Cherburgo. Los alemanes siguen convencidos de que Normandía no es la operación principal y que esta tendría que venir por Calais. Esto es un error de cálculo crucial que desperdicia un tiempo muy valioso para movilizar las divisiones Panzer. Para colmo de males el encargado de la defensa, el mariscal Rommel, no se encuentra en Francia en el momento de la invasión y tiene que volver rápidamente para coordinar las operaciones, pero ya es tarde.
La batalla de Normandía
Tras el éxito del primer día del desembarco los aliados comienzan su avance para tomar una cabeza de puente amplia que les permita seguir desembarcando hombres y material. Los puertos artificiales construidos por los ingenieros es un logro innovador y titánico que permite puertos provisionales mientras se conquista Cherburgo y Calais.
En dos semanas se logra ocupar parte de Normandía pero el avance se ralentiza. En Caen los alemanes siguen resistiendo y en Cherburgo se avanza con dificultad debido al sistema natural de la región denominado bocage (matorrales enmarañados) que favorecen la defensa alemana y obstaculiza el progreso aliado.
A finales de julio Cherburgo y Caen son liberadas y, al mismo tiempo, se lleva a cabo la Operación Dragoon, el desembarco de tropas en el sur de Francia en torno a Toulon y Cannes, que deberán unirse a las fuerzas de Normandía.
La liberación de París
A mediados de agosto, entre el Sena y el Loira, los Aliados destruyen el VII y el V ejércitos acorazados alemanes, abriendo el camino a París y a la liberación definitiva de toda Francia. El 24 de agosto las columnas del general Jacques Leclerc, junto a un puñado de republicanos exiliados españoles que han estado luchando durante toda la campaña, entran en la capital francesa. La guarnición alemana que defiende la ciudad desobedece las órdenes de Hitler de arrasar la ciudad y se rinde. El general De Gaulle hace una entrada triunfante en la ciudad que quedará para la historia.
Tras este éxito los aliados continúan su avance. En septiembre se conquista Bruselas y Amberes y las vanguardias del general Patton se encuentran en las inmediaciones de la región industrial alemana del Sarre.
LA OFENSIVA DE LAS ARDENAS
Lo que antes era el gran imperio del Tercer Reich, con todo el continente bajo su poder, ahora se está desmoronando. Los soviéticos por el este están alcanzando las fronteras alemanas al igual que ingleses y británicos en la parte occidental. Francia ha sido liberada y en Italia se mantiene una precaria línea defensiva que más tarde terminará cayendo.
Los bombardeos aliados están devastando las ciudades y la industria alemanas, mientras la Wehrmacht dispone cada vez de menos medios y de reemplazos más jóvenes e inexpertos. A pesar de todo esto Alemania da su último coletazo desesperado en las Ardenas para frenar la ofensiva hacia su territorio.
Operación Niebla de Otoño
Hitler ordena una ofensiva en el bosque de las Ardenas denominada en clave Niebla de Otoño. Es realizada por dos ejércitos acorazados incompletos, el V y el VI que, aprovechando la climatología adversa, lanzan un ataque sorpresa el 16 de diciembre de 1944 desbordando las defensas norteamericanas.
La intención es ocupar el nudo de comunicaciones de Bastogne para obligar a los Aliados a retirarse. La resistencia encarnizada de la 101 División de paracaidistas norteamericana frustró los planes alemanes, muy debilitados ya por la falta de combustible y suministros.
Las Ardenas terminó siendo un fracaso para los alemanes pero dejó claro que la guerra no se terminaría pronto.
ESTADOS UNIDOS TOMA LA INICIATIVA EN EL PACÍFICO
Con la derrota de Midway los Estados Unidos logran la primacía naval en el Pacífico, embarcándose en la enorme tarea de desalojar a las fuerzas japonesas de los territorios ocupados.
Pero la enormidad del campo de batalla que significa el Pacífico causa muchos problemas logísticos a los norteamericanos. La defensa de anillos concéntricos organizada por Japón consistía en la ocupación de numerosas islas por todo el Pacífico para llevar a cabo una defensa de su zona de influencia. Esto dificultaba los planes del Alto Mando estadounidense que dio prioridad al Pacífico suroccidental y central.
Las islas Marshall
Las operaciones anfibias por el Pacífico llevan a las fuerzas americanas a la ocupación de las islas Salomón, las Bismarck, las Gilbert, el atolón de Tarawa y, finalmente, la islas Marshall en enero de 1944. Aunque las pérdidas humanas son elevadas por parte de ambos bandos, la estrategia estadounidense está dando resultado.
El siguiente paso son las islas Marianas, Saipán, Guam y Tinam cuya conquista servirá de base para el bombardeo de Japón por parte de los bombarderos B-29.
Las Marianas, Saipán y Tarawa
La intención japonesa es atraer a los portaviones norteamericanos al este de Filipinas para tenderles una trampa y destruirlos con su I Flota móvil comandada por el almirante Jisaburo Ozawa. Sin embargo la batalla aeronaval del mar de Filipinas termina con la derrota nipona.
Después de esto las Marianas caen en manos estadounidenses y, a mediados del mes siguiente, tras durísimos combates sobre el terreno, donde los soldados norteamericanos usan el lanzallamas como forma de sacar a los japoneses de sus escondites, se conquista Saipán y Tarawa. Estas campañas dejan 3500 muertos estadounidenses y 26 000 japoneses.
Ahora Filipinas queda aislada y a merced de la invasión de Estados Unidos. Los japoneses ordenan la resistencia a ultranza contra el enemigo lo que, en el devenir de la guerra, provocará aún más muertos y destrucción.
La conquista de Filipinas
Ahora MacArthur está preparado para cumplir la promesa que hizo cuando tuvo que abandonar las Filipinas ante la ocupación japonesa. Tras el fiasco de derrotar a la flota naval enemiga, se le encarga a Tomoyuki Yamashita la defensa por tierra.
Por orden de MacArthur el VI Ejército desembarca en la isla de Leyte con la intención de partir en dos las comunicaciones del enemigo entre Japón y las Indias holandesas. La batalla del golfo de Leyte comienza el 23 de octubre de 1944 y termina solo dos días después con la retirada de la escuadra japonesa. Está considerada la batalla naval más grande de la historia y en ella participaron 282 buques y más de 100 aviones. Japón pierde 4 portaviones, 3 acorazados, 6 cruceros pesados, 3 ligeros, 10 destructores y casi toda su aviación naval. Estados Unidos pierde solo 3 portaviones y 3 destructores. Esta batalla da la estocada definitiva a la capacidad militar japonesa.
Con la supremacía indiscutible del Pacífico los norteamericanos terminan conquistando Filipinas y las demás islas del archipiélago, como Manila.
Los ataques Kamikaze
«Como flores de cerezo
en primavera
dejémonos caer
puros y radiantes»
En 1281 una flota mongola se dispuso a invadir Japón. La leyenda cuenta que el Kamikaze, traducido como «viento divino», destruyó toda la flota y salvó la isla.
Inspirados en esta historia los japoneses organizan un grupo de voluntarios llamados Kamikazes que se suicidarían estrellándose con sus aviones cargados de explosivos sobre los buques norteamericanos.
Su ritual antes del suicidio se basa en el código del Bushido donde se ciñen la frente con una banda blanca con un sol rojo. Escriben sus últimas palabras para sus familiares y personas queridas y se montan en los aviones que los conducen a la muerte.
Las oleadas de Kamikazes, cada vez mayores conforme Japón va perdiendo la guerra, sorprende a los estadounidenses: en la batalla de Leyte sufrieron daños en más de 250 de sus buques. Pero pronto la marina de Estados Unidos se organiza para la nueva amenaza y sus defensas consiguen derribar 8 de cada 9 suicidas que los atacan desde el aire.
Los Kamikazes se montaban en unos aeroplanos de madera cargados de explosivos llamados Okha (flor de cerezo), para después se lanzarse en picado contra los objetivos que habían elegido. 5000 japoneses encontrarían la muerte de esta forma.
Iwo Jima
Tras la conquista de Filipinas el Alto Mando norteamericano se propone conquistar Iwo Jima, una pequeña isla volcánica que serviría como base a los bombarderos que atacarían Japón.
Está defendida por 20 000 japoneses al mando del general Tadamichi Kuribayashi que manda construir cuevas y galerías que la conecten dentro de la montaña para resistir los bombardeos navales y aéreos estadounidenses. Tras descargar más de 14 000 toneladas de bombas durante varios días, el 19 de febrero de 1945 desembarcan 30 000 marines en las playas suroccidentales de la isla.
La terca resistencia nipona provoca una verdadera carnicería. Se tuvieron que emplear lanzallamas y carros de combate para sacar de sus escondites y eliminar al enemigo. Al cabo de 5 semanas la conquista es total pero de los 20 000 soldados japoneses iniciales solo sobrevivieron 210. Por su parte los Estados Unidos pierden 4500 hombres en una isla de tan solo 20 kilómetros cuadrados.
Okinawa
Okinawa es otro de los acontecimientos históricos escritos con sangre. Las cifras de pérdidas humanas asustan, y el alto coste para los dos bandos no justifica los objetivos estratégicos.
La isla de Okinawa estaba defendida por 120 000 soldados al mando del general Mitsuru Ushijima. Los norteamericanos rodean la isla con una flota de más de 1300 buques de los cuales había 40 portaviones, 18 acorazados y 200 destructores. Tras un masivo bombardeo aéreo y naval sobre la isla desembarcan a 60 000 marines para conquistarla.
Oleadas de ataques suicidas se lanzan contra la flota que rodea Okinawa mientras que las tropas niponas de tierra luchan hasta el último hombre sin rendirse. Después de casi 3 meses de lucha por mar, tierra y aire, Okinawa es conquistada, pero las pérdidas son espantosas.
Por parte de Estados Unidos mueren 7000 marines, más 31 000 heridos. Por el lado japonés, de los 120 000 soldados que guarnecían la isla solo sobrevivieron 10 000. Todos los generales se hicieron el hara-kiri y murieron 150 000 civiles en el fuego cruzado.
Los bombardeos sobre Japón
Las espantosas cifras de muertos en Iwo Jima y Okinawa conmocionan a la opinión pública norteamericana. Si los japoneses se han comportado con esa determinación tan fanática para defender unas islas que ni siquiera pertenecen a su territorio, ¿qué ocurrirá cuando los soldados americanos se presten a invadir territorio japonés? El Alto Mando tiene asumido que la invasión a Japón tendrá unos costes inasumibles para el país.
Debido a esto se intensifica el bloqueo en el mar de las rutas de aprovisionamiento niponas y el bombardeo masivo de las ciudades japonesas. Los B-29 destruyen Tokio con bombas incendiarias que provocan una verdadera catástrofe; también Osaka, Nagoya, Kobe y muchas otras ciudades más. La intención es desmoralizar al máximo al enemigo y forzar su rendición. Para los mandos militares norteamericanos es la última esperanza que tienen para evitar la invasión por tierra.
¿CÓMO TERMINÓ LA GUERRA EN EUROPA?
El avance aliado está prefigurando las zonas de influencia, tanto en el este como en el oeste, que serán determinantes en la posterior Guerra Fría. Stalin y Churchill se ponen de acuerdo para configurar el este de Europa donde solo Grecia quedará bajo el paraguas inglés. También se van oganizando los planes para la Alemania de posguerra donde se prevé su desmembramiento y repartición por las potencias victoriosas.
Los soviéticos llegan a Prusia oriental
Tras la toma de Budapest en el frente central y la ocupación de Letonia en el frente del norte, Stalin ordena a sus dos generales de los grupos de ejércitos del Centro y Norte, Koniev y Zhukov respectivamente, reunir las tropas necesarias y los blindados para realizar el asalto final a Berlín.
El 21 de enero de 1945 los soviéticos ocupan Tannenberg (donde en la Primera Guerra Mundial los alemanes había derrotado a al ejército zarista). El avance arrollador ruso les lleva a Cracovia y a la región industrial de Silesia. El 27 de enero se libera el campo de exterminio nazi de Aushwitz-Birkenau.
Se alcanzan las fronteras de Brandeburgo y Pomerania y, a finales de enero, se quedan a 150 kilómetros de la capital del Tercer Reich. El ejército alemán está de rodillas ante el imparable y arrollador rodillo ruso.
Las masacres de los soldados soviéticos en su avance, en señal de venganza por las que cometió la Wehrmacht un año atrás, provocan un éxodo masivo de la población civil hacia el oeste. Berlín se convierte en un enorme campo de refugiados.
La conferencia de Yalta
Stalin, Roosevelt y Churchill deciden reunirse en Yalta, Crimera, el 4 de febrero de 1945. Las tres grandes potencias quieren discutir sobre todos los aspectos que conllevará la posguerra. Estados Unidos y Gran Bretaña quieren garantías de Stalin de dejar convocar elecciones libres en los países del este liberados. También se logra del mandatario ruso una promesa de atacar Japón en cuanto termine la guerra en Europa.
Se llega a un acuerdo sobre los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas, asegurando una colaboración mutua de los aliados hasta que termine la guerra y gestionando un sistema de seguridad colectivo para la posguerra, embrión de lo que sería la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
El bombardeo de Dresde
Ha pasado tristemente a ser una de los ataques aéreos más famosos de la guerra mundial. La Luftwaffe ha dejado de existir y los aviones aliados son dueños de los cielos. Británicos y norteamericanos llevan a cabo un bombardeo en Dresde con artefactos incendiarios que arrasan la ciudad hasta sus cimientos. El incendio dura días y las víctimas mortales alcanzan las 70 000. Un triste recuerdo de lo que ocasiona la guerra y que nunca debemos olvidar.
En el mes de marzo el III Ejército de Patton llega al río Rin e inicia la incursión en territorio alemán. A mediados de abril el IX Ejército norteamericano llega a Magdeburgo, en el Elba, la línea de demarcación que se había establecido con los rusos. Praga y Viena son liberadas por el Ejército Rojo y Alemania se encuentra totalmente rodeada y postrada, la rendición es cuestión de tiempo.
La batalla de Berlín
El Ejército Rojo lleva a cabo una ofensiva en la periferia de la capital alemana que consigue aislarla. El 20 de abril los rusos bombardean la ciudad en la que Hitler está atrincherado en su búnker.
Para defender su capital los alemanes solo tienen 45 000 combatientes compuestos por la milicia popular y por menores de edad miembros de la HitlerJugend y de las Waffen-SS. Las tropas se atrincheran en sótanos y edificios para luchar contra el enemigo.
La infantería soviética se lanza al asalto de la ciudad y el 30 de abril toman el Reichstag y se rodea la cancillería. El 2 de mayo el comandante de las unidades de resistencia de Berlín acepta la rendición incondicional que les imponen los soviéticos.
El suicidio de Hitler
Mientras los rusos se extendían por Berlín, Hitler se resguarda en su búnker subterráneo, cerca de la cancillería. Cada vez más depresivo y desquiciado, destituye a Guderian del cargo de jefe del Estado Mayor, a Göring del mando de la Luftwaffe y a Himmler del mando de las SS, después de que este le traicionara al presentar una oferta de capitulación a los aliados.
En un ambiente dentro del búnker ya inaguantable sus fieles comienzan a suicidarse. Hitler, acompañado por su esposa Eva Braum, se traslada a una habitación del búnker donde se toma una pastilla de cianuro. Antes de que surtiera efecto Hitler se dispara en la cabeza, terminando así con años de terror en Europa. Su cuerpo es sacado fuera del búnker y quemado por orden suya.
En su testamento Hitler nombra al almirante Karl Dönizt como su sucesor y a Goebbels canciller del Reich. Este último también se suicidaría junto a su esposa e hijos.
La liberación de Italia
A finales de 1944 los aliados están preparados para atacar la línea Gótica y desatar la ofensiva final contra la República Social italiana. Los canadienses toman Rávena y los norteamericanos llegan a Pisa. El avance por el norte de Italia es más costoso debido a la falta de medios y soldados al dar el Alto Mando aliado prioridad a otros escenarios de la guerra.
En abril de 1945, justo cuando los rusos están tomando Berlín, los norteamericanos llegan a la llanura paduana y al río Po. Mussolini intenta llevar a cabo una rendición pero la desconfianza aliada y la negativa de los alemanes se lo impiden.
La muerte de Mussolini
El levantamiento general partisano ha facilitado mucho el avance de las tropas aliadas que han conseguido desmoronar el estado títere puesto por Hitler en el norte de Italia. Mussolini decide abandonar Milán rumbo a Suiza pero en el trayecto es interceptado por un grupo de partisanos. El Duce y su mujer son ajusticiados el 28 de abril y su cadáver y el de otros dirigentes fascistas son colgados y exhibidos en la plaza Loreto de Milán. El 29 de abril los alemanes firman la rendición incondicional y se terminan 20 años de dictadura fascista en Italia.
Alemania derrotada en la Segunda Guerra Mundial
Dönitz lleva a cabo las primeras negociaciones con los aliados con la ingenua esperanza de salvar a Alemania del desastre total. Pero Gran Bretaña y Estados Unidos solo imponen la rendición incondicional como único punto a cumplir de forma obligatoria.
El 7 de mayo de 1945 es una fecha histórica puesto que el general Alfred Jodl firma la capitulación total del Reich en el cuartel general de las fuerzas aliadas en Reims, y con la presencia de oficiales de las cuatro potencias vencedoras.
Los vencedores desmantelan el aparato estatal alemán y lo desmilitarizan. Las cuatro potencias asumen el control del Gobierno y trocean el país y su capital: el sector oriental será controlado por los rusos mientras que el occidental por norteamericanos, ingleses y franceses.
EL FINAL DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Estados Unidos tiene contra las cuerdas a Japón, pero el país del Sol Naciente no está dispuesto a rendirse. Es más, el Alto Mando planea una resistencia nacional para cuando los estadounidenses pisen suelo japonés; sin embargo estos han desarrollado de forma secreta un arma que cambiará el curso de la historia.
Conferencia de Potsdam
Entre el 17 de julio y el 2 de agosto de 1945 Clement Attlee (elegido Primer Ministro británico), Stalin y el nuevo presidente de Estados Unidos tras la muerte de Roosevelt, Harry Truman, se reúnen en el castillo de Cecilienhof, en Potsdam.
A diferencia de la anterior reunión en Yalta, en esta gravita la desconfianza con el aliado soviético. La cuestión del enfrentamiento estriba en las nuevas fronteras de Europa tras la guerra. Se discute sobre Polonia y la actitud soviética de no rebajar su presencia en los países europeos conquistados a los nazis. Stalin no cede a las presiones de sus aliados, ni siquiera cuando se entera del éxito de la prueba atómica. No obstante en la reunión el mandatario ruso rebela sus planes de atacar Japón muy pronto, tal y como se había comprometido meses atrás.
Potsdam deja muy claro que el viejo continente ha quedado dividido en dos esferas claramente diferenciadas ideológicamente controladas por las dos grandes potencias emergentes tras la guerra mundial: Estados Unidos y la URSS.
El imperio japonés se desvanece
Las conquistas niponas tras el ataque a Pearl Harbor se están desmoronando. En Indonesia una revuelta nacionalista lleva a la independencia del país, al igual que en Vietnam, donde los comunistas de Viet-Minh se hacen con el control, expulsando a los japoneses. A su vez los aliados reconquistan Birmania y someten a Japón a un bloqueo marítimo y a una campaña de bombardeos aéreos que la están poniendo de rodillas.
Para colmo de males el 5 de abril Moscú denuncia su tratado de neutralidad que suscribió con Tokio en 1941 y desencadena un ataque simultáneo en Manchuria y Corea. Japón está siendo atacado por Estados Unidos y la Unión Soviética, y el Alto Mando nipón se plantea seriamente por primera vez la rendición.
El Proyecto Manhattan
Desde el verano de 1942 Estados Unidos había puesto en marcha el Proyecto Manhattan (si queréis saber más sobre este asunto tenéis un artículo muy completo en el enlace) donde reunió a las mentes más brillantes de la época, muchas de ellas emigradas del nazismo y el fascismo, para investigar sobre la fusión atómica.
Se le encargó al general Leslie Groves dirigir el proyecto bajo la supervisión científica del físico J. Robert Opoenheimer. En el más estricto secreto se construyen gigantescas instalaciones como la del Los Álamos, en Nuevo México.
En 1945 se hace la prueba haciendo estallar en el desierto de Nuevo México la primera bomba atómica de plutonio de la historia. Tras el éxito que significó, Groves comunica al presidente Truman que los Estados Unidos disponen de dos bombas atómicas, una de uranio y otra de plutonio, listas y preparadas para ser lanzadas contra Japón.
Las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki
Ante el ataque soviético a Japón y el temor de Truman de que Stalin siga ampliando su influencia, se da luz verde para lanzar la primera bomba. El 6 de agosto de 1945 se arroja sobre la ciudad de Hiroshima, provocando la muerte casi instantánea de 70 000 personas, miles más morirían posteriormente por la radiación. El mundo entra en la era atómica.
Tras el ataque la cúpula militar nipona sigue sin rendirse y tres días después le toca el turno a Nagasaki, donde la bomba atómica provoca 80.000 víctimas mortales.
La rendición de Japón
La situación se torna insostenible. La invasión rusa y los ataques atómicos fuerzan al emperador de Japón a actuar. En una reunión con sus generales Hirohito les ordena enviar una capitulación, y el 14 de agosto anuncia por radio a su población la rendición incondicional de su país.
El 2 de septiembre los japoneses firman la capitulación formal en el acorazado Missouri, terminando así la guerra más destructiva y devastadora que jamás ha tenido la humanidad. Poco después las fuerzas niponas capitulan en Manchuria y en el Sudeste asiático. Seis años después del ataque alemán a Polonia, la Segunda Guerra Mundial ha terminado.
CONSECUENCIAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
La Segunda Guerra Mundial ha pasado a ser el primer y único conflicto “total” que ha sufrido la humanidad hasta la fecha. Alteró la vida de personas en muchas de las regiones del planeta y las destrucciones alcanzaron dimensiones gigantescas.
Las víctimas mortales
Esta guerra sangrienta dejó un número de víctimas que aún hoy en día asusta. Tras 6 años de conflicto comprometió a 70 millones de combatientes de los que murieron 17 millones (1 de cada 22 rusos, 25 alemanes, 46 japoneses, 150 italianos, 150 ingleses, 200 franceses y 500 norteamericanos).
Pero esta guerra fue especial porque afectó más a la población civil, al contrario de lo que había venido sucediendo hasta ahora en los conflictos modernos. Los bombardeos aéreos, el exterminio planificado de los nazis hacia los judíos, las prisiones, el hambre, la escasez de alimentos y un largo etcétera hacen que los civiles sean especialmente castigados.
Vamos a ir viendo estas macabras cifras país por país:
- Unión Soviética: es el país que tiene el trágico honor de tener mayor número de muertos. La cifra alcanza los 20 millones, de ellos 7 millones son soldados y el resto civiles.
- Alemania: pierde a 3 millones y medio de soldados más otros 5 millones de civiles, siendo el segundo país con más víctimas.
- Polonia: pierde 300 000 soldados y 6 millones de civiles, de los cuales un tercio son judíos exterminados por la maquinaria nazi.
- Yugoslavia: 1 millón de muertos de los cuales un tercio son soldados.
- Japón: pierde más de un millón de soldados y 600 000 civiles.
- China: las cifras chinas difieren mucho según los estudios pero entre 4 y 12 millones de personas perecieron.
- Italia: desaparecen 400 000 personas, entre militares y civiles.
- Francia: pierde 200 000 militares y 400 000 civiles.
- Gran Bretaña: 270 000 militares y 90 000 entre la población civil.
- Estados Unidos: mueren 300 000 soldados y 5 000 civiles.
Se estima que en total perecieron entre 60 y 70 millones de persona en 6 años de guerra mundial. Estas cifras abruman, sobre todo si las comparamos con el que hasta el momento había sido el conflicto más devastador, la Primera Guerra Mundial, en la que hubo entre 7 y 9 millones.
La nueva configuración internacional
Alemania es una de las mayores perjudicadas del conflicto. Es desmembrada y troceada por las potencias victoriosas que se la reparten. Aún así es el menor de los problemas a los que se tendrán que enfrentar: en un futuro tendrán que acostumbrarse a una división permanente y a la ocupación soviética de su parte oriental, pero sobre todo la población alemana se verá obligada a lidiar con un pasado que le perseguirá para siempre. La sombra de la guerra mundial y del holocausto judío perpetrado por los nazis es una pesada losa que tendrán que aprender a sobrellevar.
A pesar de la destrucción que llevó por todo el sudeste asiático, Japón sale mejor parada de lo que cabría esperar. Los americanos aceptan que Hirohito siga siendo emperador aunque toda la estructura y pensamiento medievales del país se desmoronan. Evidentemente Japón pierde los territorios conquistados pero sigue preservando su integridad territorial. La isla es ocupada por un tiempo por los norteamericanos que imponen la democracia y una constitución que prohíbe a los nipones tener unas fuerzas armadas.
Por su parte Francia comienza a adquirir conciencia de que su papel como potencia mundial ya no es relevante. La invasión alemana ha venido a ser un jarro de agua fría a un país que no ha sido determinante en toda la guerra. Su liberación ha dependido de otros países y ahora sus colonias asiáticas buscan su emancipación tras la invasión japonesa.
Gran Bretaña ha luchado con honor y determinación en la Segunda Guerra Mundial. El logro titánico de no sucumbir a las garras nazis ha conseguido desplegar una producción militar que, junto al gigante norteamericano, le ha llevado a la victoria final.
Si bien el papel relevante de Gran Bretaña ha sido determinante para vencer a Alemania, tras la guerra debe asumir, al igual que Francia, que su protagonismo como potencia mundial ha sido sistituido por otros países. Aunque es un actor relevante en la reconfiguración europea tras la guerra, debe conformarse con apoyar la política geoestratégica de Estados Unidos.
Estados Unidos sale del conflicto como indiscutible potencia suprema global. Se ha convertido en el motor de la economía mundial, dispone del arma atómica y su influencia se extiende por toda Europa occidental y Japón. La reconstrucción de estas dos zonas dependen de la inversiones norteamericanas y su ejército es el más grande del mundo.
La Unión Soviética, a pesar del enorme costo que ha tenido en la guerra, ha salido reforzada como la primera potencia europea. Stalin ha sido capaz de crear un ejército temible que ya controla toda Europa oriental y parte de Alemania. Es el único país capaz de plantar cara a los Estados Unidos en la posguerra.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Estados Unidos y la Unión Soviética crean la Organización de las Naciones Unidas para coordinar un sistema internacional para las futuras relaciones diplomáticas y políticas. Sin embargo las divergencias que se están empezando a vislumbrar entre las dos potencias ponen en evidencia la ineficacia de este nuevo organismo que ve impotente cómo surge los dos bloques ideológicos antagónicos que marcarán las relaciones futuras. Churchill denuncia el “telón de acero” que divide a Europa. La Guerra Fría ya se ha puesto en marcha.
Los juicios de Nuremberg
Tras la guerra se crea un tribunal internacional militar de Nuremberg, compuesto por jueces que representan a los cuatro países vencedores, para juzgar los crímenes de 22 jerarcas nazis. A estos se les imputa la muerte de 12 millones de personas además de crímenes contra la humanidad y violación de tratados internacionales.
Durante el juicio se pone en evidencia las atrocidades nazis, y la sentencia del 10 de octubre de 1946 impone la horca a 12 de ellos. El resto son condenados a años de cárcel. Muchos jerarcas nazis, como Goebbels o el propio Hitler, se suicidaron antes de ser atrapados. Otros como Göring sí fueron apresados y juzgados. Göring moriría en la cárcel antes de que se le dictase sentencia al tomarse una pastilla de cianuro que tenía escondida.
Sin embargo la gran mayoría de nazis se salvaron de la cárcel o la horca. Muchos de ellos pasaron desapercibidos tras la guerra o se exiliaron a otros países. Incluso los condenados gozaron de posteriores amnistías en el contexto de la Guerra Fría. Una deuda que hoy en día sigue pendiente.
El proceso de Tokio
Al igual que Nuremberg en Europa, Estados Unidos hizo lo propio con los altos mandos políticos y militares japoneses. MacArthur forma el Tribunal Internacional Militar para Extremo Oriente en el que se juzgan 25 jefes militares, políticos y funcionarios nipones.
La sentencia del 21 de noviembre de 1948 declara a los imputados culpables por crímenes contra la humanidad y atrocidades. Entre los condenados a la orca está el general Tojo y el ministro de Asuntos Exteriores Hirota. El emperador japonés, figura importantísima para su población, fue respetada para facilitar la ocupación del país y allanar el cambio político en Japón.
La desconolización
Desde el mismo momento de la ocupación japonesa en el sudeste asiático se plantó la semilla de la descolonización. Tras finalizar la guerra mundial países como India y Pakistán se liberan del yugo inglés.
En China los comunistas de Mao Zedong toman el poder del país más grande de Asia e Indonesia se independiza de Holanda tras un largo conflicto armado. A estos procesos de independencia le siguen el de Cora, Filipinas, Birmania, Vietnam, Camboya y Laos.
Pero la Segunda Guerra Mundial también tuvo consecuencias en Oriente Medio que aún hoy en día persisten. En 1948 se crea el estado de Israel que conducirá a numerosas guerras con los palestinos. Al año siguiente Jordania se convierte en estado independiente.
Por su parte en África los procesos descolonizadores tendrán que esperar hasta los años cincuentas cuando producirán su eclosión.