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¿Qué es la guerra?
Si buscamos en nuestro hermoso diccionario «sabelotodo», el término guerra es definido como la «desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias» y «la lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación«. Pero, ¿qué es lo que lleva al ser humano a enfrentarse a estos niveles? ¿Para qué sirve? ¿Qué hay detrás de todo conflicto bélico? ¿Cuáles son las causas de las guerras? ¿Dónde está su origen? ¿Cómo es la guerra? ¿Cuáles son los diferentes tipos de conflictos armados que han existido o siguen existiendo?
Son muchas las preguntas que surgen, es por ello que estás en el lugar adecuado para profundizar e indagar sobre este apasionante tema y así poder encontrar las respuestas que buscas.
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Sin duda la pregunta no es fácil de contestar ya que este fenómeno intrínsecamente humano ha sido uno de los elementos más importantes a lo largo de su historia y el que lo ha condicionado como especie. Elaboraremos un resumen de todo lo que implica un conflicto armado siendo conscientes de la enorme complejidad del tema que estamos abordando.
¿Qué es una guerra? ¿Qué tipos de guerra existen? ¿Es el ser humano violento por naturaleza? ¿Han hecho progresar a la humanidad? ¿Las guerras desparecerán algún día? Demasiadas preguntas que invitan a una reflexión seria y profunda que la humanidad no ha hecho todavía.
Lo único cierto es que los conflictos bélicos han existido desde nuestros orígenes y que estos han ido aumentando en capacidad destructiva a la par del progreso tecnológico y científico. La bomba atómica es el culmen del arma de destrucción que el ser humano ha ido desarrollando durante milenios para enfrentarse a su contrario. Y el ejemplo que acabamos de mostrar es bastante significativo de la complejidad de la guerra: Estados Unidos y Rusia tienen suficiente arsenal atómico para destruir el mundo, sin embargo el desarrollo de la bomba atómica supuso una innovación y desarrollo tecnológico en muchos campos que han terminado beneficiando a la sociedad.
¿Esto significa que el avance va aparejado a la guerra? Es muy probable que no pero sigue siendo un tema muy debatido ya que muchos expertos consideran que las guerras aceleran los procesos de innovación y desarrollo tecnológico, y ponen de ejemplo las dos guerra mundiales; sin embargo se olvidan de poner en una balanza todos los efectos negativos: ¿qué pesó más para la humanidad, los avances científicos y el desarrollo tecnológico o las consecuencias que tuvieron?
Intentaremos dar una visión a todos estos planteamientos y a otros más que surjan. Explicaremos conceptos, tipos de guerras, consecuencias y muchas cuestiones más. Si eres un apasionado de la guerra y los conflictos bélicos que ha generado el ser humano, este es tu sitio.
Consideraciones generales
Podríamos argumentar que la guerra es simplemente un duelo, pero a una escala mayor. Dos contrarios que luchan por imponerse utilizando el acto de la fuerza. La violencia y la fuerza son los elementos principales que se utilizan para doblegar al otro. Porque someter y vencer son los objetivos básicos de cualquier conflicto.
La definición anterior, si bien es correcta, también es un poco limitante. Reducir la complejidad de una guerra a un mero duelo es muy simplista, sobre todo siendo conscientes que en una guerra puede haber más de dos bandos luchando simultáneamente y que puede implicar muchos sectores, y que estos no se enfrenten de forma directa. Y no siempre las guerras, sobre todo las contemporáneas, cumplen con las reglas que sí se respetan en los duelos.
La RAE nos ofrece una definición de duelo bastante precisa: “combate o pelea entre dos, a consecuencia de un reto o desafío”. La guerra no se ajustaría a esta definición puesto que el vencedor tiene la intención de aniquilar al contrario, lejos de esa idea de justicia que entraña el duelo. La intención de vencer a toda costa es la que impide que la guerra se conduzca por reglas de juego limpio, exigencia que sí tiene el duelo.
En un duelo el agraviado busca justicia y resarcir su honor mancillado con la muerte de su enemigo, aplicando para ello unas reglas que deben respetarse. Los conflictos no suelen tener ninguna norma moral y en ellos vale todo. Por lo tanto el trasfondo motivador del duelo es el honor, mientras que en la guerra los motivos pueden ser muy variados y muchos de ellos se rigen por el poder y la influencia, así como por aspectos económicos.
Por lo tanto la analogía entre duelo y guerra no se ajusta a la realidad. Son dos realidades muy distintas aunque el nexo común sea el enfrentamiento de las partes. La guerra se convierte en un fenómeno muy complejo que desborda el ámbito de lo que podría definir el concepto de duelo.
Conflicto bélico como expresión de la violencia política
Si la guerra es un acto de fuerza para imponer nuestra voluntad al adversario, la política vendría a ser lo mismo pero por otros medios. La guerra y la política son dos hechos muy vinculados el uno con el otro. Esta frase sobre la guerra lo define muy bien:
«La guerra es la mera continuación de la política por otros medios»
Carl von Clausewitz
Argumentar que la guerra es un medio más de la política no es del todo acertado pues es una prolongación de la política de una manera más intensa y violenta. Ambos fenómenos no pueden separarse.
Por su parte Maquiavelo en su famosa obra “El Príncipe” da cuenta de la ambición del ser humano y de sus denodados esfuerzos por conseguir y mantener el poder. Para ello Maquiavelo ofrece un compendio de consejos para el gobernante en el que recomienda que la guerra sea el último instrumento a utilizar pero sin descartarla. Este sería un gran ejemplo de que la guerra corresponde al uso de la violencia en política, llevada al extremo.
¿Cuál es la definición de guerra?
«Lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación»
Real Academia de la Lengua Española
Hay multitud de definiciones sobre el concepto de guerra pero todas ellas deben incluir los siguientes elementos:
- Es exclusivamente un acto humano. Es el único animal de la tierra que promueve la guerra para resolver sus conflictos.
- La guerra es un hecho social. Los conflictos involucran a grupos sociales y no solo a individuos y cuando estallan nadie puede eximirse. Sus consecuencias afectan a todos y son capaces de reorganizar la estructura social previa al estallido de la guerra.
- Cualquier guerra está vinculada a los deseos de poder. Es así de sencillo: el fin de una guerra estriba en los anhelos de mantenimiento o reconocimiento de un poder, o el deseo de alcanzarlo.
- Es un acto organizado del ser humano. Cuando se produce un conflicto la sociedad se organiza en torno a un objetivo común y se elaboran estrategias en las que los diferentes individuos de la sociedad saben cual es su papel y rol. Ciertamente no puede llevarse a cabo una guerra si no hay un mínimo consenso social en torno a ella.
- Es una confrontación violenta. En toda guerra hay una intención clara de hacer daño en mayor o menor intensidad. En los conflictos más modernos esa intención de dañar se muestra en la destrucción de la infraestructura material, económica y cultural del adversario. El sufrimiento, el dolor y la muerte son elementos inseparables de todo conflicto bélico, por muy justificado que esté.
- La guerra es un fenómeno generador de transformaciones en todos los ámbitos. Los cambios económicos, políticos y sociales que producen son muy notables. Después de una guerra la sociedad que la promueve o la sufre no vuelve a ser la misma. No es acertado asemejar la guerra con la involución y tampoco con el progreso: puede conllevar los dos elementos. Pero la transformación y el cambio siempre están ahí, acompañando a cualquier conflicto bélico.
- Es un hecho inevitablemente trágico. Por eso el ser humano está siempre en el dilema de hacerla o no hacerla, siendo consciente de sus consecuencias. A pesar de que en la mayoría de casos se quiera evitar, esta siempre aparece.
Los elementos anteriormente descritos aparecen de forma irremediable en todo conflicto sin descartar otros que no se han expuesto. Analizándolos nos llevaría a pensar que la guerra para el ser humano es un acto inevitable en su naturaleza y un instrumento más para sus fines. Sin bien siguen existiendo, lo cierto es que a mi modo de entender las guerras no tienen que ser un elemento irremediable en la solución de conflictos. De hecho las divergencias a lo largo de la historia se han solucionado en su mayoría por pactos en los que las partes han tenido que ceder en algunas de sus pretensiones para llegar a un acuerdo. En este sentido la guerra ha sido excepcional si lo comparamos con las veces en que esta se ha evitado.
¿Cuáles son las causas de la guerras?
Las causas por las cuales estalla una guerra suelen ser variadas y complejas, si bien algunas son más determinantes que otras. Abordaremos este tema analizando el origen de los conflictos desde un punto de vista cronológico (causas inmediatas y a largo plazo) y temático (ideológicas, políticas, económicas y religiosas).
Causas inmediatas
Entendemos como causa inmediata el cassus belli que ha encendido la mecha, el motivo que ha provocado la explosión, por decirlo de alguna manera. Suele ser la causa más superficial en la que no podemos buscar las verdaderas razones que la han hecho estallar. Digamos que las consecuencias inmediatas son a su vez consecuencia también de todos los acontecimientos que han ido provocando el enfrentamiento.
Como ejemplo nos trasladamos a la Primera Guerra Mundial cuyas causas son muy variadas y complejas, pero la inmediata está en el asesinato del heredero al trono austrohúngaro Francisco Fernando en Sarajevo el 28 de junio de 1914. En la Segunda Guerra Mundial sería la invasión alemana de Polonia el 1 de septiembre de 1939.
Causas a largo plazo
Estas son más lejanas y remotas en el tiempo y nos conducen a una comprensión más exacta de las razones de cualquier conflicto armado. En muchas ocasiones se muestran ocultas pero, bien analizadas y estudiadas, nos aclaran las raíces de las problemáticas que han conducido a la guerra. Como ejemplo podríamos poner la Guerra Civil Española. El conflicto se inició con el levantamiento militar de julio de 1936, pero cuyas causas lejanas pueden explicarse en la incapacidad del país durante todo el siglo XIX para lograr una estabilidad política y un desarrollo económico que viniesen a crear menos desigualdades e injusticias sociales.
Guerras comerciales
Son sin duda de las más importantes. El poder económico es uno de los factores que avocan al ser humano a enfrentarse con su contrario, bien para arrebatarle sus riquezas, bien para obtener los recursos que a uno le faltan. Durante el siglo XX las guerras para controlar el petróleo, un recurso esencial en la economía capitalista, han sido muy recurrentes.
En la actualidad las guerras suelen ser más económicas que políticas. El país que controla la economía domina a los demás. Un ejemplo evidente lo tenemos en el conflicto de Estados Unidos contra China. El país asiático le está comiendo terreno al que hasta el momento era la potencia económica indiscutible. Los estadounidenses han respondido a la amenaza con aranceles para debilitar la economía china enormemente globalizada.
En el futuro los recursos naturales serán más escasos y este motivo será clave en las guerras internacionales venideras.
Ideológicas
Por causas ideológicas entendemos una corriente de pensamiento que se desarrolla y cuestiona el orden existente, lo que provoca un choque con ideologías anteriores que pugnan por mantenerse. Esto puede convertirse en causa de muchas guerras. Como ejemplo clarificador sería el ascenso del nazismo en Alemania que alumbró un nuevo orden social que terminó por adentrar a Europa en un conflicto bélico de dimensiones nunca vistas. El fascismo, tan de moda en las primeras décadas del siglo XX, entró en pugna con el sistema liberal parlamentario europeo proveniente del siglo anterior.
La Guerra de Vietnam es un claro ejemplo de pugna de dos modelos antagónicos que lucharon por imponerse. Este conflicto se insertó dentro de la Guerra Fría, escenario del enfrentamiento de dos potencias con diferentes ideologías, el capitalismo estadounidense y el comunismo ruso. En esta guerra donde los contendientes se enfrentaron de forma indirecta, la motivación originaria estaba en la ideología, a pesar de que también se mezclaban muchos otros factores.
Otra ideología enormemente potente que germinó en el siglo XIX y que fue, y sigue siendo, fuente de motivación de numerosos conflictos armados es el nacionalismo. El nacionalismo es uno de los elementos importantes que explican las dos guerras mundiales, la Guerra de los Balcanes y todo el proceso de descolonización en África.
Políticas
Muy en relación con las causas ideológicas están las políticas. Estas llevarían a la práctica las motivaciones ideológicas. Por poner un ejemplo, la ideología nazi comienza a hacer política una vez que el partido de Hitler toma el poder. Por la tanto la política la podemos considerar como un transmisor de la ideología así como un instrumento de propaganda y justificador de las guerras.
Religiosas
Sin duda ha sido una de las causas que más guerras ha provocado. En la antigüedad era un elemento justificador recurrente para la invasión del territorio vecino o para la represión del conquistado. La Reconquista, las Cruzadas, la expansión islámica, la conquista de América, las guerras entre protestantes y católicos y un largo etcétera forman parte ya de la historia violenta del ser humano.
Si bien fue un factor determinante durante mucho tiempo, dejó de tener mucha incidencia durante el siglo XX. Las guerras contemporáneas comienzan a tener causas distintas y la religión pasa a un segundo plano. Se convierte en un anexo más que apoya las causas ideológicas.
La larga guerra árabe-israelí, que aún hoy continúa, pareciera ser un conflicto entre dos contrincantes con opuesta religión, pero esta solo es una excusa para justificar lo que en realidad es una lucha por el territorio. La religión actúa como un ingrediente que potencia la identidad y la exclusión de un bando frente a otro, pero no el motivo fundamental.
¿Cuáles son las consecuencias de las guerras?
La guerra es un fenómeno devastador que en muchas ocasiones se ha llevado hasta el extremo. La Segunda Guerra Mundial ha sido el conflicto más destructivo que ha padecido la humanidad. Los contendientes lucharon hasta el exterminio del contrincante y el armamento utilizado fue el más mortífero que hasta el momento se conocía. Se puso en práctica además el exterminio sistemático, y por medios industriales, de una raza. Este conflicto armado sería el ejemplo claro de la devastación que puede provocar en el mundo. De hecho, Europa no volvió a ser la misma tras el silencio de las armas.
El conflicto armado y sus efectos en el mundo
La historia de las guerras es una historia de muerte, violencia y destrucción, pero también de cambios políticos, sociales y económicos. En cada guerra la historia se va reescribiendo.
Psicológicas
Entre las consecuencias más inminentes que una persona sufre es el miedo. Esto da lugar a una serie de emociones incontroladas que se producen en los individuos o en los colectivos sociales. La neurosis de guerra existe y es un fenómeno que se ha dado a lo largo de toda la historia. Se trata de los efectos que experimentan emocionalmente una comunidad que está sometida a un ambiente de destrucción, enfermedad y muerte a lo largo de un periodo de tiempo determinado.
Estos trastornos, sobre todo cuando son muy prolongados, suelen tener consecuencias que se reflejan en el estrés postraumático que surge en soldados, colectivos humanos o sociedades. La Guerra de Vietnam provocó un consumo masivo de drogas entre soldados y numerosos casos de depresión y esquizofrenia.
Las consecuencias psicológicas, en ocasiones, pueden durar décadas y sus secuelas son transmitidas de generación en generación.
Económicas
Los efectos que pueden tener los conflictos en la economía son tantos y tan confusos que en muchas ocasiones es difícil discernirlos. Pero de lo que no cabe duda es de la capacidad de transformación que produce en la economía de una sociedad.
Son efectos que suelen ser profundos y persistentes, y en este aspecto existen dos corrientes de pensamiento opuestas: los que creen que la guerra favorece el desarrollo tecnológico y la innovación de la que posteriormente se beneficiará la sociedad en época de paz; y los que consideran que la destrucción generada por los conflictos reduce a largo plazo las posibilidades de crecimiento de los países. Otros historiadores defienden una postura intermedia argumentando que habría que estudiar caso por caso ya que cada guerra es diferente.
Entre los efectos económicos podríamos exponer los siguientes: alteración de las estructuras productivas de los países afectados, el incremento de la inflación, reducción del nivel de ingreso de las familias y aumento de la desigualdad y la pobreza y la incidencia negativa que tiene en los flujos comerciales entre regiones o países.
Demográficas
La trágica pérdida de vidas tiene, además del componente de sufrimiento por parte de sus familias, consecuencias en generaciones posteriores. Ponemos el ejemplo de la Primera Guerra Mundial. En el conflicto se movilizaron 75 millones de soldados y de ellos murieron 10 millones, dejando 20 millones de heridos. Con estos números no existía familia en los países implicados que no hayan sufrido una pérdida o tenga un familiar herido.
Los países no solo pierden un número importante de su población, sino que además corresponde al estrato social más joven y dinámico, afectando a su vez a la economía.
A diferencia de las guerras contemporáneas, los conflictos de la antigüedad producían menor número de muertes, pero estas no dejaban de ser importantes. Tanto en las antiguas como en las más recientes se produce un efecto importante: las mujeres, apartadas socialmente, llevan a cabo las labores propiamente masculinas como consecuencia de su ausencia. En la Primera Guerra Mundial la progresiva preeminencia de las mujeres en la sociedad y en la economía les hace tomar conciencia. Surgen los primeros movimientos feministas que exigían la equiparación de derechos. La mujer, injustamente apartada, se convierte en factor clave en el campo y en la industria para sostener la economía de guerra.
No obstante toda guerra afecta a la pirámide demográfica del país que la sufre, sobre todo a los jóvenes y hombres en su etapa de madurez, siendo este un factor que arrastrarán las generaciones futuras.
Políticas
Son las más visibles e inmediatas cuando finaliza un conflicto bélico. La reorganización de las fronteras, la desaparición de países, la creación de otros nuevos, el surgimiento de imperios, la formación de nuevos sistemas políticos, el derrocamiento de los antiguos y un largo etcétera son solo algunas consecuencias que pueden desarrollarse.
La Primera y Segunda Guerras Mundiales son un ejemplo claro de las grandes transformaciones que se producen tras largos y traumáticos enfrentamientos armados, pero no son los únicos, ya que a lo largo de la historia se observan muchos más.
Los cambios políticos no tienen por qué estar vinculados a un conflicto, pero tras cualquier guerra normalmente se produce una transformación política, de mayor o menor calado.
En la mayoría de los casos reyes y gobernantes se juegan su poder e influencia. En muchos conflictos la victoria significa la reafirmación a un sistema político vigente; la derrota hace tambalear o cuestionar dicho sistema.
Las motivaciones políticas están detrás de muchas guerras: la expansión de las fronteras es una potente razón de peso para levantarse en armas. Las derrotas suelen llevar a la invasión por parte del enemigo.
Por último destacar que los sistemas políticos son, en muchas ocasiones, productos de las guerras. En Rusia el sistema político comunista se impuso tras una sangrienta guerra civil. En Europa el sistema liberal fue de la mano de sangrientas revoluciones y de las guerras napoleónicas. Por su parte los sistemas políticos fascista y nazi tenían en sus planteamientos grandes dosis de violencia y expansionismo que terminaría sufriendo Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
¿Qué tipos de guerras existen?
Clasificar los diferentes conflictos bélicos es un arduo y complejo trabajo que requiere grandes dosis de síntesis. Cada guerra es única, y en su desarrollo puede adoptar diferentes formas. Por ejemplo, una guerra civil puede derivar a una guerra general, o un conflicto económico puede degenerar a uno político, o quizás estén mezclados.
A pesar de las dificultades el ser humano necesita de sistemas de clasificación para una mejor comprensión de los fenómenos que le rodean. Es por ello que intentaremos hacer nuestra particular taxonimía de las guerras que hemos sufrido y seguimos padeciendo.
Guerras pequeñas y grandes
A los historiadores les encanta distinguir entre guerras pequeñas y grandes. Es un modo de clasificar los conflictos de una manera sencilla.
Las guerras pequeñas pueden distinguirse porque, en muchas ocasiones, están destinadas a castigar a ciudadanos y a bienes enemigos. Las razias que se llevaban constantemente a cabo en la Edad Media es un claro ejemplo. Otras sin embargo son para proteger el territorio de una incursión enemiga; o de pacificación. Las guerras de lucro y explotación de los recursos del enemigo también serían un tipo de conflicto pequeño. Normalmente son cortas en el tiempo y no suelen ser determinantes.
En las guerras grandes el objetivo es la destrucción total del enemigo. Aparecen frentes de batalla nítidos donde ambos contendientes se distinguen de forma evidente. Poseen un comienzo y un final claros, a diferencia de las guerras pequeñas donde estos límites son más difusos.
Aunque esta clasificación es muy genérica e imprecisa, es necesaria para distinguir las guerras menores que, aunque importantes, tienen poca incidencia en el devenir histórico. Un ejemplo clarísimo de guerras grandes lo tenemos en el siguiente apartado.
Guerras mundiales
Las guerras mundiales tienen características que las distinguen del resto. Son conflictos bélicos en los cuales la industrialización a gran escala agrega una nueva dimensión a los combates y donde los soldados luchan contra máquinas. Se utilizan por primera vez armas de destrucción masiva, como el gas en las trincheras de la Primera Guerra Mundial o la bomba atómica en las Segunda Guerra Mundial.
Las guerras mundiales inauguraron un nuevo tipo de guerra: la guerra total. Se lucha sin ningún tipo de restricciones en tierra, mar y aire, con el fin último de aniquilar al enemigo, y no solo vencerlo. El planeta tierra es el escenario de las diversas batallas que se van produciendo. Países enteros se convierte en frentes de guerra y la sociedad de esos mismos países se ve enteramente involucrada en el desarrollo del conflicto. Nada ni nadie escapa a su influencia. Por primera vez los civiles son objetivos militares a gran escala y durante la Segunda Guerra Mundial se desarrolló algo inédito: el exterminio de la raza judía en Europa a escala industrial.
Son nuevos fenómenos que traen consigo el desarrollo científico, la innovación tecnológica y el aumento demográfico aparejado a las mejores expectativas de vida. Europa aumenta su población y provoca que las guerras se conviertan en conflictos de masas.
Guerras civiles
Son incontables y todos los países del mundo han pasado por una o varias de ellas. Se considera guerra civil la que enfrentan a dos o más bandos o grupos armados dentro de un país. Y desde los comienzos de la historia han existido: remontándonos a la Guerra del Peloponeso, donde los estados griegos pugnaba por su hegemonía, pasando por las diferentes guerras civiles de Roma, hasta llegar a la Revolución Francesa, la Revolución Rusa, la guerra civil norteamericana o la guerra civil española. En el camino nos hemos dejado muchas, pero estas son solo un ejemplo.
Este tipo de conflictos son peculiares debido al enfrentamiento entre compatriotas. Contienen altas dosis de intensidad y sentimientos, por ello la cifra de muertos son elevadas.
Normalmente uno de los bandos suele ser el propio estado que pugna con un bando rebelde que se alza en armas y que puede controlar una parte del territorio. Este bando rebelde cuenta con cierto apoyo social y son reconocidos como beligerantes.
Guerra de guerrillas
El término guerrilla comenzó a utilizarse por primera vez en España durante la invasión napoleónica, pero siempre ha existido a lo largo de la historia. Es un tipo de guerra que consiste en hostigar al enemigo mediante ataques sorpresivos y fugaces para cortar sus suministros, entorpecer ofensivas, reducir sus efectivos y así disminuir sus posibilidades de éxito. Es necesario que el bando que la lleva a cabo conozca muy bien el terreno por el que se mueve para realizar emboscadas y elaborar trampas.
Las guerras de guerrillas van inevitablemente de la mano de otra guerra que en ese momento se esté produciendo. Se planifican para entorpecer al enemigo, pero no tienen la capacidad de ganar la guerra en sí.
Una de sus características es la guerra de desgaste mediante acciones coordinadas que se van desarrollando en el tiempo con el objetivo de debilitar al enemigo, aunque su derrota final se la dejen a grupos armados más organizados.
Suelen realizarlas nativos del lugar, pues son los que conocen a la perfección el terreno por el que se mueven. Durante el siglo XX ha surgido la guerra de guerrillas urbanas. Se caracteriza por desarrollarse en ciudades en las que un grupo se hace fuerte resguardándose en los innumerables edificios e infraestructuras que ofrece la urbe.
Guerras santas
La motivación principal que las provoca es la religión. Normalmente se busca la imposición a través de la violencia del dogma religioso, así como la defensa o conquista de los lugares religiosos de gran simbolismo.
Las Cruzadas es el ejemplo más claro y evidente de este tipo de conflictos. Fueron incitadas por los diferentes papas para conquistar los territorios sagrados que ocupaban los infieles.
En la actualidad se está produciendo un tipo de guerra santa denominada Yihad, que si bien no es una guerra convencional al uso, se producen diferentes atentados y muertes en nombre de Alá. El asesinato de infieles tendría su recompensa como mártires en el paraíso.
Guerra Fría
He querido destacar este tipo de guerra que para mí es una categoría en sí misma. Se le denomina Guerra Fría al periodo de tiempo en el que Estados Unidos y la Unión Soviética pugnaron por el poder e influencia en todo el planeta. Y lo significativo de este caso fue que el enfrentamiento entre ambos se produjo de forma indirecta, a través de guerras a menor escala en las que no llegan a luchar directamente.
Normalmente una de las potencias se enfrenta contra un bando al que apoya la otra potencia. Como ejemplos están la Guerra de Vietnam, donde los estadounidenses luchaban por el control de Vietnam para que no cayese en manos comunistas mientras los soviéticos armaban al Viet Cong en contra de Estados Unidos. Lo mismo ocurrió en la Guerra de Corea o en Afganistán, en la cual los soviéticos querían someter el país bajo su influencia mientras los norteamericanos armaban a su población para hacerles frente.
La Guerra Fría fue un conflicto global entre las dos potencias hegemónicas del planeta donde se enfrentaron indirectamente en diferentes escenarios. La he decidido incluir porque, hasta que apareció, no se había dado nunca este tipo de guerra. Si bien la Segunda Guerra Mundial fue global, el enfrentamiento entre las potencias fue directo y limitado, si lo comparamos con el plazo de tiempo en que se desarrolló la Guerra Fría: más de 40 años.
Los conflictos armados del siglo XXI
La pregunta es obligada: ¿qué tipos de conflictos bélicos veremos en el futuro? ¿Se están produciendo ya? Para dar respuesta a estas preguntas debemos observar las tendencias que se dan en estos momentos.
Para ello nos remontaremos al final de la Guerra Fría, periodo de tiempo donde da comienzo una nueva serie de fenómenos que evidencian el cambio de tendencia:
- En la primera década del siglo XXI se ha observado una tendencia significativa a la baja en cuanto al número de conflictos que se han producido. Este dato es objetivo, pues solo tiene que compararse con el número de conflictos anteriores, y prometedor para el futuro de la humanidad. Tendremos que esperar para saber si de verdad es una tendencia transformadora o quizás solo es el producto de la casualidad.
- Se ha reducido también significativamente el nivel de intensidad de los conflictos armados. El número de muertes es cada vez menor cuando se declara una guerra, aunque como he especificado en el apartado anterior las cosas pueden cambiar en un futuro. Sin embargo la tendencia actual es esta.
- Como dato negativo está en el aumento de las muertes civiles en las guerras. Estas no han disminuido sino todo lo contrario. Más que nunca siguen siendo objetivo militar prioritario. Hoy en día 9 de cada 10 muertes en los conflictos son civiles.
- Se ha reducido el número de guerras en las que implicaban a multitud de países. Ahora predominan más las guerras civiles o los conflictos internos y las guerras a pequeña escala.
- Las guerras son cada vez más complejas en el sentido de la participación de los actores o grupos que intervienen en ellas. Como ejemplo pongo la actual guerra siria donde la persona media que no está muy informada de lo que está allí ocurriendo no sabría decir cuáles son los bandos enfrentados. La variedad de actores que intervienen en la guerra siria, las potencias involucradas, las diferentes facciones no gubernamentales que luchan por el territorio (algunas de ellas luchan por el mismo objetivo pero no están unidas) hacen que la problemática siria sea enormemente compleja.
- Entre las causas que alientan las nuevas guerras están motivos religiosos, étnicos o nacionales en detrimento de las causas ideológicas o territoriales. No podemos olvidarnos de la causa económica como una de las más importantes y vinculada al control de los recursos naturales extremadamente necesarios para el desarrollo de la economía. La Primera Guerra del Golfo estaría motivada por el control de los recursos petroleros por parte de Estados Unidos, en la primera guerra moderna televisada de la historia.
- También las tácticas están cambiando. El control del territorio ahora se intenta hacer a través del desplazamiento de población civil y no directamente a través de invasiones de territorio que son cada vez peor vistas por la opinión pública. Y esto es importante: las guerras de ahora intentan encubrir más los motivos que durante toda la historia las han motivado: invasión de territorios, afán de poder y hegemonía, control de los recursos, etcétera.
- El desarrollo de la tecnología militar por parte de algunos países ha venido a crear el falso concepto de “guerra limpia” en el cual se destruyen objetivos selectivos sin dañar a la población, haciéndonos creer que las guerras ya no tienen nada que ver con la población civil. Esto lo pudimos observar en la Guerra del Golfo donde los estadounidenses exponían una y otra vez ante la opinión pública la precisión que sus misiles tomahawk tenían en la destrucción de los objetivos militares sin afectar a los civiles. El desarrollo de la guerra vendría a demostrar lo contrario.
Hacia un futuro sin guerras
Tras la Segunda Guerra Mundial se crearon una serie de organismos como la ONU para trabajar por la paz y la desaparición de conflictos generales. Pero estas organizaciones no están orientadas a resolver las guerras internas y regionales de los países, que son las que en la actualidad están predominando.
La complejidad de los conflictos modernos necesita de nuevos mecanismos ideados por los países, una acción política coherente y establecer un nuevo orden acorde a los retos que se avecinan.
Se va vislumbrando la idea de una nueva “geopolítica de la intervención” destinada a frenar los conflictos, pero esta nueva geopolítica no está exenta de crítica. Muchos países, entre ellos China, son totalmente contrarios a cualquier injerencia en los asuntos internos de otros actores. Además, se da la paradoja de que los organismos que se encargarían de pacificar y mantener el equilibrio estarían controlados por aquellas potencias que mandan globalmente y que tienen sus propios intereses. En definitiva volveríamos a caer en la ineficacia de la actual ONU.
Los países emergentes muestran sus reticencias a este puñado de buenas intenciones alegando que puede ser utilizadas como un instrumento para justificar el intervencionismo occidental. La responsabilidad de proteger tiene mejor acogida en Occidente, pero es desacreditada cada vez que Estados Unidos actúa unilateralmente.
La palabra “complejidad” es bien definitoria de los conflictos que se avecinan, tan complejos como la propia sociedad que los crea. Lo cierto es que el ser humano tiene suficiente arsenal atómico para destruirse varias veces, lo que tendría que hacernos reflexionar sobre las guerras que se avecinan. La globalización ya ha marcado sus sesgo y es imposible pensar que las guerras generales que a partir de ahora puedan desarrollarse no afectarán a toda la humanidad.
¿Cuáles han sido las guerras más sangrientas de la historia?
Esta es sin duda la historia negra del ser humano. Los conflictos que ha creado y sufrido quedan para la posteridad. Te exponemos las guerras donde se han producido el mayor número de muertos.
Las guerras napoleónicas
Durante el tiempo que Napoleón gobernó Francia se sucedieron guerras por todo el continente que tenían como eje catalizador los deseos expansionistas franceses. Para los historiadores no hay consenso sobre el origen de estas guerras: algunos lo sitúan en la toma de poder de Napoleón en 1799; otros sin embargo argumentan que su comienzo estuvo en la declaración de guerra a Francia por parte de Reino Unido en 1803.
Las guerras napoleónicas duraron más de 15 años y costaron la vida de entre 3 y 7 millones de europeos de la época. De ellos un millón y medio fueron franceses.
La rebelión An Shi
Fue una rebelión militar que se produjo en la China de la dinastía Tang entre el 756 y el 763 d.C. Se convertiría en una guerra civil entre las facciones en pugna por el poder que costó la vida de al menos a 30 millones de personas. Una cifra espeluznante dada la demografía china de la época y que nos hace una idea de lo terrible que pudo llegar a ser. Si las cifras son ciertas se trata de la guerra civil más sangrienta de la historia.
La Primera Guerra Mundial
La primera de las dos grandes contiendas mundiales se saldó con entre 10 a 30 millones de muertos entre civiles y soldados. Aquí las cifras son más exactas y nos muestran la dimensión que tomó el conflicto.
Lo peor se lo llevó el Imperio alemán que perdió más de 2 millones, seguido de Francia con un millón y medio y Gran Bretaña con más de un millón entre soldados y civiles.
Las invasiones mongolas
Los mongoles, guiados por Gengis Kan, llevaron a cabo una expansión que les llevó a convertirse en uno de los imperios más grandes de toda la historia. Albergó a más de 100 millones de personas y cuyos territorios se extendieron por toda Asia, India, Rusia, Persia, Mesopotamia y Europa Oriental.
Se estima que las conquistas costaron entre 30 y 60 millones de muertes. Debemos no fiarnos de las cifras que la historiografía nos muestra puesto que en aquella época no existían registros, por eso nunca sabremos la cifra exacta. No obstante nos podemos hacer una idea de la forma mongola de conquistar territorios y de lo sangriento que fue su expansión.
La Segunda Guerra Mundial
Es el conflicto total por antonomasia y el más destructivo que ha tenido hasta ahora la humanidad. Se combatió por todo el planeta y fueron numerosos los contendientes que participaron en ella.
Entre 1939, año que comenzó la guerra, hasta 1945, cuando Japón y Alemania se rindieron, entre 70 y 80 millones de personas dejaron de existir. No hay que olvidar que son cifran aproximadas y no exactas. Solo la Unión Soviética se estima que perdió a más de 20 millones, entre soldados y población civil, siendo la más afectada de la guerra. Las cifras impactan, pero produce más asombro que los millones de personas murieran en un corto espacio de tiempo de 6 años. Fue una matanza indiscriminada nunca antes vista.
¿Dónde hay guerras actualmente en el 2020?
Seríamos muy ingenuos si pensamos que los conflictos bélicos han desaparecido. Hoy en día el mundo los sigue sufriendo, y algunos de ellos se han alargado convirtiéndose en una escalofriante rutina. Estas son la guerras que siguen vigentes:
La guerra civil de Sudán del Sur
Según algunos informes de organizaciones internacionales, se estima que más de 2,5 millones de sudaneses del sur se han convertido en refugiados. Aunque los últimos acuerdos de paz han venido a rebajar la tensión, el conflicto permanece desde que se inició en 2011.
La guerra de Afganistán
La retirada de las tropas estadounidenses no vino a terminar con el conflicto armado en esta país islámico. La violencia no ha dejado de aumentar a pesar de que esta guerra ya no abre telediarios ni interesa a la opinión pública. Los talibanes prosiguen con su campaña de terror manteniendo el pulso al Gobierno.
La guerra en el Kurdistán
En Turquía la guerra contra los kurdos del Partido de los Trabajadores (PKK) prosigue desde que ambos bandos rompieran las negociaciones de paz. El gobierno turco, que considera al PKK como grupo terrorista, sigue bombardeando sus poblaciones ocasionando miles de muertos. Un conflicto que aún sigue enquistado.
Boko Haram
El grupo islamista de Boko Haram siembra el terror en Nigeria. 2 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus aldeas y trasladarse a otras regiones del país. El ejército nigeriano, con apoyo de los países vecinos, continúa la lucha contra Boko Haram y sus leales desde 2004.
La guerra de Siria
La Primavera Árabe fue el origen de este sangriento y largo conflicto. Su complejidad está en la cantidad de intervinientes, con las principales potencias mundiales jugando sus cartas sobre el terreno, y con la creación del Estado Islámico, que a día de hoy ha desaparecido.
De los 20 millones de personas que vivían en el país antes de que estallase la guerra, en la actualidad han muerto más de 250 000, 7 millones de desplazados dentro del país y otros 6 millones que han cruzado sus fronteras para salir. La herida aún continúa.